de

del

Capítulo X

El Cannes 77 se despide al estilo 'Star Wars'
Foto: Tabacón B. Linus

Mientras los dos Oppenheimer -el personaje y la película- con un poco de autocrítica y mucho con un ego gigantesco, citan el texto sagrado del Bhagavad-Gita en el umbral de la primera detonación nuclear “ahora me he convertido en muerte, el destructor de mundos”; George Lucas con la humildad de un joven que se tropezó con el cine en la universidad y se ha dedicado a esa pasión hasta en el retiro, se ha convertido en dador de vida de muchos personajes y creador de mundos. Las explosiones de uno han traído angustias y miedo, las explosiones del otro momentos memorables e ilusiones. 

George Lucas luce su edad y se ve colosal. Es alguien que ya es inmortal y no tiene nada que probar ni necesidad alguna de presumir. Así, mientras se hace la introducción de su entrevista honorífica en el Festival de Cannes y se presentan en pantalla una selección de imágenes de sus películas clave, uno puede verlo -con un poco de suerte de espectador- oculto tras bambalinas, en la segunda cortina del telón, con sus tenis blancos, camisa de manga corta a cuadros y su barba y pelo completamente canos. Parece un espectador adolescente maravillado con las imágenes, increíblemente clandestino y muy discreto en un escenario que en realidad le pertenece. Brillan sus rasos zapatos deportivos -fuera de todo protocolo en Cannes- con Darth Vader en la pantalla, destacan sus brazos cruzados con sencillez mientras en cámara estalla la Estrella de la Muerte. La luz brilla curiosamente sobre él cuando Yoda ocupa el primer cuadro de la producción o los AT-AT atacan instalaciones rebeldes. El director no se vanagloria de sus creaciones, las observa con cierto pudor a pesar de ser una de las fuentes inspiradoras de los nuevos monstruos de la cultura pop. 

Él no pierde tampoco el tiempo y va directo al punto cuando la entrevista arranca. Star Wars es una saga que comenzó siendo para niños de 10 a 14 años, que nadie pierda ese foco. Lo dice con la misma franqueza con la que Hemingway dejó muy claro que -en El viejo y el mar- “el mar es el mar, el viejo es un viejo, el niño es un niño y el pez es un pez”. Ante preguntas incómodas del tipo por qué creo a un personaje tan aborrecible como Jar Jar Binks, contesta con absoluta contundencia: los que no soportan a Jar Jar son los adultos que como niños amaban a C-3PO. El personaje sigue siendo el mismo, idéntico, el problema es que esa audiencia ya no tiene 10 años. Tiene razón, Star Wars -en su historial vertebral, porque ahora hay desdoblamientos para todos- se ha mantenido fiel a su segmento poblacional, somos nosotros los que hemos perdido la edad mágica. A la crítica sobre el hecho de que no hay roles relevantes para las mujeres en las seis películas iniciales, él contesta que los únicos personajes estratégicos, con actitudes maduras, capacidad logística y visión de Estado son mujeres, las princesas Leia y Amidala. Es cierto que ellas usan suntuosos vestidos, pero los hombres pasan el tiempo en peleas de sable, como niños. Bien bajado ese balón. 

 

Foto: Jonassa Treviño

 

Sobre el nacimiento de Star Wars nos enteramos de que los filmes germinaron a partir de dos rechazos. George Lucas quería dirigir Flash Gordon y consideraron que no tenía ni el tamaño ni el talento para hacerlo (y ni quien se acuerde de Flash) y luego soñó con dirigir Apocalypse Now y tampoco lo logró, pero sus ideas para esas dos películas están ahí. Uno repiensa las cosas y ahí está el Emperador (así no se llame Ming) y la máscara de Vader es en mucho la cara de Marlon Brando. Por supuesto que Star Wars está inspirada por Vietnam, la preocupación sobre el fascismo y las carreras de autos, así de variopintos son sus ingredientes. George Lucas soñaba con ser piloto de automóviles, por lo que ahí están las persecuciones, ataques y escapatorias infinitas y a toda velocidad en naves espaciales. 

Ante pregunta específica, responde que su mayor orgullo profesional son los 10 años que pasó desarrollando tecnologías para hacer posible la filmación del resto de las películas de su creación cinematográfica; tecnologías que en el camino cambiaron radicalmente a la industria fílmica. Deja claro que hacia allá se debe avanzar, hay que caminar hacia nuevas ciencias aplicadas que permitan filmar todo lo que imaginemos. También reflexiona sobre el hecho de que no todo puede ser imagen. La mitad de una película es el sonido. Star Wars es en mucho su score, su música. El sonido es 10 por ciento del presupuesto y es 50 por ciento del producto acabado, es obvio dónde la inversión da mejores dividendos. El futuro no es sólo de computadoras, es también de cuerdas, metales y maderas. 

Con ese sonido de fondo, este Cannes 77 llega a su final y lo hace con una pantalla que en la clausura presenta el formato que George Lucas inventó: las letras con ese deslizar que se pierde en el horizonte de la proyección, con la industria fílmica presentada como la República y los 22 largometrajes como 22 soldados rebeldes. Algo tienen de razón. En este 2024 en el escenario uno ve a los rebeldes, los underdogs, los habitantes de las orillas de la galaxia ganar los premios; además la diversidad de lenguas, ropas y color de pieles se parecen mucho al del mundo soñado por Lucas. Bravo, porque si en Star Wars las mujeres son las estrategas, este año los premios son para mujeres o para películas sobre mujeres, las que luchan por la libertad, la dignidad, la diversidad, la igualdad y para que nuestro planeta pueda ser tan hermoso como Naboo. Todo a pesar de que en el aire global flota el fantasma del autoritarismo y el lado oscuro de la fuerza. 

 

Foto: Emilia Carrillo Brun

 

Se baja el telón y el titán del cine recibe su premio honorífico, pero no deja de mencionar que él nunca hizo películas que ganen premios, no era lo suyo. Recibe el reconocimiento con la reverencia ganada a pulso del cine más complicado y a veces más pretensioso del mundo. Empero, recuerda que cuando él vino a Cannes a presentar su primer filme THX-1138, debió pedir prestado para pagar su boleto de avión, recorrer las calles del festival bajo la lluvia y colarse a su propia película en una sala lejana y pequeña porque no le dieron un boleto de entrada. El festival que hoy lo reconoce y que se ha beneficiado de su creatividad le fue inicialmente hostil.

Ese George Lucas que recorre calles bajo la lluvia sigue ahí, porque se le veía más cómodo y sonriente escondido tras las cortinas del teatro Debussy -como un niño que logró meterse al cine sin que lo vieran- que como el centro de atención de vestidos de gala y trajes de decenas de miles de euros. La Palma de Oro Honorífica para George Lucas es el Capítulo X de una gran saga en una lejana galaxia. Es el círculo completo. 

Con eso también nosotros decimos adiós, quién hubiera dicho que sería desde Cannes, pues nuestra saga en estas páginas concluye y le deseamos a La Jornada Maya “Que la Force soit avec toi”.

 

Lee nuestra cobertura sobre Cannes:

-La cinta 'Anora' gana la Palma de Oro en el Festival de Cannes

-El otro festival

-Una película prohibida para concluir

-Ghibli, primer colectivo en recibir la Palma de Oro honorífica en Cannes

-Festival de Cannes arranca con entrega de la Palma de Oro de honor para Meryl Streep

 

Edición: Emilio Gómez


Lo más reciente

Anuncia Sheinbaum transición hacia jornada laboral de 40 horas

Subrayó que la reducción de la jornada será parte de una reforma laboral consensuada con empleadores, empleadoras, sindicatos y trabajadores

La Jornada

Anuncia Sheinbaum transición hacia jornada laboral de 40 horas

Zedillo, Fox y Calderón: el colmo del cinismo

La Resaca 2.0

Normando Medina Castro

Zedillo, Fox y Calderón: el colmo del cinismo

Ko’olele’ k’a’anan ti’al u beeta’al ts’aako’ob: Lena Ruiz

Mujeres son fundamentales en el desarrollo de fármacos: Lena Ruiz

La Jornada

Ko’olele’ k’a’anan ti’al u beeta’al ts’aako’ob: Lena Ruiz

Bernal, ex prospecto de Toronto y Kansas City, se une a los Leones de Yucatán; Haro, a Durango

Juan José Pacho, impresionado con el Kukulcán; “luce monumental”

Antonio Bargas Cicero

Bernal, ex prospecto de Toronto y Kansas City, se une a los Leones de Yucatán; Haro, a Durango