Opinión
Normando Medina Castro
02/10/2024 | Chetumal, Quintana Roo
El periodo presidencial de López Obrador queda para la historia como el primero de la era moderna en quitar como prioridad de las políticas públicas y acciones de gobierno los intereses de las cúpulas económicas, y en cambio puso énfasis en el bienestar de las mayorías.
Por eso no es extraño que hasta el final ha seguido contando con el apoyo y el cariño del pueblo, así como con el odio de todos los que perdieron algún privilegio en el entramado de poder de los gobiernos neoliberales. Los odiadores de AMLO son una minoría, su odio ha sido alimentado por la narrativa impuesta por la mayoría de los grandes medios de comunicación impresos, electrónicos y digitales, que junto con partidos opositores exigen reconciliación, pero todos los días continúan con su narrativa destructiva y anti México.
Más allá de simpatías y antipatías están los hechos y estadísticas. Es un hecho reconocido por el Banco Mundial que en el sexenio de AMLO cada mes cien mil personas abandonaron la pobreza. México pasó de ser la economía 15 del mundo a la 12, y es el segundo país del mundo con menos desempleo. El peso mexicano, a pesar de los ataques internos, no se devaluó como pronosticaron los opositores y es la segunda moneda en fortaleza en relación con el dólar. El salario mínimo de los trabajadores mexicanos aumentó cerca del 120 por ciento por encima de la inflación, etcétera.
Aún con los hechos, las acciones, los datos, etcétera, sus opositores lo siguen odiando y su narrativa de un país al borde del abismo, no ha cesado. Sus “pronósticos” de relección del “dictador”, aún sin ningún fundamento lo mantuvieron, incluso los trabajadores del poder judicial en paro, desmesurados agredieron al ahora ex presidente en la víspera de dejar el mando, con gritos de “dictador, dictador, dictador”. AMLO siempre actuó de manera tolerante a las acciones de la oposición, muchas de las cuales eran majaderías, insultos, mentiras y difamaciones sin pruebas como “narco presidente” que en campaña también le endilgaron a Sheinbaum Pardo, “narco candidata”. El mismo AMLO ya lo dijo: “sobre aviso no hay engaño. Sheinbaum tiene cabeza, corazón y carácter, no la subestimen”.
La advertencia de AMLO es válida también al interior de Morena y sus aliados del Verde y el PT que ejercen el poder alejados de los valores obradoristas. En Quintana Roo los verdes empoderados no tienen mesura, ya tienen la Fiscalía General del Estado, el tribunal superior de justicia, la fiscalía anticorrupción, etcétera y se aprestan a apoderarse del tribunal de Justicia Administrativa. De pena ajena “el salvador” de Morena y sus aliados en Othón P. Blanco. Debido al rechazo social que padece la presidenta municipal Yensunni Martínez nombraron a Luis Gamero como su secretario general, a quien la munícipe arrebató la candidatura de su primer periodo por violencia política de género, será legal? Gamero fue regidor del PAN cuando perdió la presidencia contra Eduardo Espinosa Abuxapqui 2002-2005 y nunca destacó. Llegó a Morena con Maribel Villegas, así que no parece una verdadera solución.
En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡Hasta la próxima!
Edición: Fernando Sierra