El amor romántico, tal como lo hemos aprendido y reproducido, es una de las construcciones culturales más arraigadas en nuestras sociedades. Nos han enseñado que amar es encontrar "a la persona indicada", que el amor todo lo puede y que, si algo no funciona, es porque no hemos luchado lo suficiente. De acuerdo con Brigitte Vasallo, en su obra Pensamiento monógamo, terror poliamoroso, expone cómo el amor que aprendemos desde pequeñas en películas y cuentos es una construcción social, no una emoción natural o espontánea. De acuerdo con Vasallo, el amor romántico tal como lo conocemos es una imposición de un sistema que fomenta la desigualdad y la violencia machista.
Si bien en la violencia hacia las mujeres pueden influir diversos factores, es cierto que muchas veces esta cultura del amor las pone en riesgo en relaciones dependientes, con celos e imposiciones. Daremos algunos datos: en México, durante el 2024 fueron víctimas de feminicidio 797 mujeres; en Yucatán siete, Campeche seis, y Quintana Roo 12. Presuntamente se cometieron 278 mil 220 delitos de violencia familiar; en Yucatán 301, Campeche mil 186 y Quintana Roo 7 mil 195 (la cifra no está desagregada, incluye a hombres y mujeres). Sobre el delito de violación, en el país se denunciaron 21 mil 884 casos; en Yucatán 45, Campeche 274 y Quintana Roo 718 (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).
Esto puede suceder porque algunos pilares del amor romántico son el aceptar los celos, posesión y exclusividad como parte del pacto amoroso. Nos han enseñado que los celos son una señal de amor y que la pareja debe ser nuestra única fuente de afecto, deseo y seguridad emocional. Esta visión fomenta relaciones donde la libertad individual se ve limitada, y cualquier vínculo fuera de la pareja es percibido como una amenaza. Si bien no tenemos un dato estadístico sobre este tipo de problemas, se pueden rastrear en la comisión de los delitos de abuso sexual, hostigamiento, llamadas de emergencia y en los últimos años el ciberacoso. En el 2024, 12 mil 923 de las llamadas de emergencia a nivel nacional fueron por incidentes de acoso y hostigamiento sexual. En Yucatán, 200, en Campeche 31 y en Quintana Roo 302 y del total de llamadas por incidentes de violencia hacia la mujer fueron en México 326 mil 328; en Yucatán mil 596, Campeche mil 335 y Quintana Roo 2 mil 329 (SESNSP).
Respecto a los riesgos digitales del amor romántico, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México, señala que en este febrero aumentaron en 65 por ciento los delitos en apps de citas respecto al mismo mes en el 2023. El Consejo ha identificado cuatro ciberdelitos más frecuentes: Sextorsión, ciberacoso, ciberextorsión por infidelidad y fraude amoroso; en estos delitos más del 50 por ciento de las víctimas son mujeres jóvenes y para la zona sur del país se cometieron 10.7 por ciento de estos delitos durante el 2023. Pero ¿por qué afectan estos delitos a las mujeres en particular? Vasallo (2028) sostiene que el pensamiento monogámico es una forma de estructurar la sociedad basada en la propiedad y el control. Aunque muchas personas defienden la monogamia como una elección personal, en realidad esta no se nos presenta como una opción entre muchas, sino como la única forma válida de amar.
Bajo esta lógica, muchas mujeres han sido socializadas para creer que su realización personal depende de encontrar a "su otra mitad", casarse y tener hijos. Esta idea refuerza la dependencia económica y emocional, haciendo que muchas permanezcan en relaciones donde el sacrificio y la renuncia a sí mismas son vistos como pruebas de amor.
Una buena práctica para la prevención de delitos de violencia hacia las mujeres será trabajar este tema desde las relaciones basadas en la igualdad, el cuidado y la cooperación como lo explica Coral Herrera (2011) en contraposición a la idealización romántica. Hacerlo a temprana edad como parte de la educación sexual integral construirá nuevas relaciones donde ambas partes puedan crecer sin perder su identidad, sin caer en dependencias emocionales. Desmontar el amor romántico no significa rechazar el amor, sino liberarlo de los moldes que nos han impuesto. Amar con conciencia, sin miedo y sin ataduras, es, quizás, el mayor acto de revolución que podemos llevar a cabo.
Edición: Fernando Sierra