Opinión
La Jornada Maya
09/03/2025 | Mérida, Yucatán
Este domingo, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó un mitin, denominado asamblea informativa, en el cual dio cuenta de los avatares de la relación entre los Estados Unidos y México, a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país. El tema es de interés nacional, puesto que la retórica del magnate estadunidense, desde su campaña, ha sido xenofóbica y de llamado a establecer aranceles con el mundo, en busca de que las compañías que en algún momento se establecieron en otros lugares regresen y a su lugar de origen y que los empleos que crearon sean para pobladores del “cinturón de óxido”.
Sheinbaum, frente a miles de mexicanos concentrados en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, respondió con un discurso en el cual quedó entremezclada la patriotería y el pragmatismo político, reafirmando la identificación entre la nación y el actual gobierno mientras anunciaba la estrategia a seguir a partir del próximo 2 de abril, que será cuando Estados Unidos anuncie el establecimiento de aranceles recíprocos con el resto del mundo.
Al inicio de su intervención, la Presidenta enfatizó su compromiso por mantener la identificación del pueblo con el gobierno, dando por entendido que ese Zócalo pletórico es precisamente el respaldo popular con que cuenta su administración, y al mismo tiempo signo de la aprobación de que goza.
En cuanto a la cuestión de los aranceles que ha pretendido imponer Donald Trump, y sobre la cual ha reculado en dos ocasiones, aunque el empresariado nacional mantiene justa preocupación, la mandataria subrayó el último resultado y lo que deberá ser la conclusión necesaria de este episodio: que todos los productos mexicanos y canadienses que se exporten a Estados Unidos a través del Tratado México -Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es decir, todo el comercio legal, deberá estar exento de tarifas arancelarias.
En cuanto a la imposición de aranceles, es primordial destacar algo que la propia Presidenta está considerando: en la relación entre mandatarios han primado el diálogo y el respeto mutuo. La postura mexicana de “cabeza fría”, esperar a tener los documentos legalmente y “serenidad y paciencia”, ha posicionado a Sheinbaum Pardo como una de las líderes internacionales que ha obtenido mejores resultados en cuanto a la relación con Trump, dado el carácter voluble e intempestivo de éste. Se ha actuado con inteligencia y ello ha impedido entrar en una dinámica de conflicto y guerra comercial en la que ya ha caído Canadá, lo que ha puesto en duda la viabilidad del T-MEC a corto plazo. México, mientras, resulta el mejor ejemplo de que el comercio internacional puede mantenerse, sin necesidad de caer en enfrentamientos, por más justificados que pudieran parecer.
Pero lo llamativo de la asamblea fue la estrategia para enfrentar una posible imposición de tarifas arancelarias, que a todas luces no resulta incongruente con el T-MEC. La Presidenta refirió varios puntos que redundan en el fortalecimiento económico de México en cuanto a su capacidad de producción de bienes estratégicos -particularmente alimentos básicos y energéticos -así como del poder adquisitivo de los mexicanos, a partir de continuar los aumentos graduales al salario mínimo y la distribución de becas y pensiones del Bienestar.
Igualmente, ampliar la infraestructura en comunicaciones, vivienda y distribución de agua debe redundar en la disminución de las tasas de desempleo y en el posicionamiento del país como un enclave estratégico mundial para la circulación de mercancías. Las claves estarán en cómo los ferrocarriles de carga se enlazan con los puertos y con las principales ciudades, o enlazan el Atlántico con el Pacífico, y en que cada vez más mexicanos superen el umbral de pobreza.
Pero lo que exige Trump, al menos en sus exabruptos aparentemente espontáneos, es el combate al tráfico de fentanilo, para que este enervante no llegue a su país. Sheinbaum ha sido muy clara en cuanto a la necesidad de que se combata el consumo, mientras que por otro lado ha conseguido ofrecer resultados tangibles en cuanto a decomisos de drogas y desmantelamiento de laboratorios en el territorio nacional; lo que queda por analizar es qué hace Estados Unidos para que disminuya la demanda de estupefacientes dentro de sus fronteras. No es fácil exigirle resultados al gigante norteamericano, pero la Presidenta ha tenido argumentos sólidos para hacerlo, y al mismo tiempo demandar que se lleven a cabo acciones similares para evitar el ingreso de armas de alto poder a México.
Puede discutirse la estrategia comunicativa de la Presidenta, en cuanto a su efectividad y falta de novedad. Sin embargo, lo importante es el mensaje y que la multitud congregada en la plaza pública es indicadora de la aprobación de que goza. En un gobierno que no ha cumplido siquiera seis meses, hay avances significativos en asuntos sensibles de política internacional por las repercusiones que podrían tener en la economía local; Claudia Sheinbaum, hasta el momento, ha dado muestras de saberse conducir en este rubro y mostrado su capacidad para obtener resultados más que satisfactorios.
Edición: Fernando Sierra