Opinión
Edgar Fernando Cruz
25/03/2025 | Mérida, Yucatán
Diez días le fueron suficientes al gobierno federal para plantear un escenario diferente a la narrativa mediática creada a partir del redescubrimiento de un predio en Teuchitlán llamado Rancho Izaguirre, que en principio no es un rancho, sino un predio semi baldío con construcciones en obra negra, bardeado y con un gran portón.
Desde el viernes que se dio a conocer la información muchos medios anunciaban y vociferaban un supuesto campo de exterminio, al grado de compararlo o asimilarlo a los campos de concentración nazis.
El discurso mediático sin duda llevaba veneno, el objetivo era señalar al gobierno federal y su asociación al narcotráfico, algunos periodistas usaron el dolor de las madres buscadoras para generar un efecto emocional y empático de la sociedad con las víctimas y acentuar la mala imagen del gobierno morenista.
La presidenta ha dicho que se conocerá la verdad, “no se va a esconder nada, que se conozca la verdad”. Como hemos escrito hace semanas, Claudia Sheinbaum va a desarticular la información falsa y malintencionada con ciencia. Y este es un nuevo caso donde la actuación del gobierno federal fue rápida y coordinada con la fiscalía federal a cargo de Gertz Manero.
Se atrajó el caso y se abrió el predio para que los periodistas lo visitaran, entonces aquellos medios que anunciaron hornos crematorios se frustraron, no encontraron las hipótesis que publicaron como un hecho real de que aquel predio era un campo de exterminio.
Lo escucho y me parece una historia siniestra, a la vista de quienes informan, me parece increíble que con toda la Guardia Nacional, policía cibernética, inteligencia y espionaje, los gobernantes locales y militares no sepan de estos predios y los asalte en los medios una nota sorpresiva, alarmante y entonces actúen abriéndolo todo, buscando contener las mentiras de los medios y controlando los daños.
Tengo la sensación de que importa al gobierno más el impacto de imagen mediática, que el verdadero problema de seguridad, delincuencia e impunidad que vive México.
¿Cuántos predios Izaguirre habrá en el país? La herencia maldita que recibió Claudia Sheinbaum y que urge una operación verdadera y de fondo para contener la crisis de sangre que vivimos. Como dice Rosa Icela, la secretaria de gobernación, “atendiendo las causas”, sí, pero eso lleva mucho tiempo y el éxito del programa no es totalmente seguro.
Un porcentaje de jóvenes se sumarán a los malos, simplemente por estadística.
La investigación está en curso, los peritajes darán luz a muchas verdades que son inocultables. Al tiempo que se desarticula el discurso de medios empresariales malintencionados también se deja claro que en México campea la impunidad y que policías estatales y municipales están coludidas con la delincuencia organizada. De otra manera no se puede entender cómo operan estas bandas a la vista de todos.
No basta. México vive una crisis de seguridad originada al menos 35 años atrás. Crisis que inunda de sangre y miedo en muchos estados del país.
No basta con saber que Quintana Roo, Sinaloa, Baja California, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Morelos, Tabasco, Veracruz, Zacatecas y Chiapas vienen con altos índices de violencia.
No basta con abrir, exponer, transparentar y callar a los medios faltos de ética con agenda de choque. No basta, hablen, expongan a los dirigentes de alto nivel del crimen para lograr una verdadera credibilidad, sin bruma, sin velos. Abrir las puertas de un predio y presumir capturas e incautaciones no basta. ¿Dónde están los jefes?
Edición: Fernando Sierra