de

del

Foto: Alejandro Cabrera Valenzuela

En este escrito revisaremos brevemente cómo una localidad de origen maya, a través de su devenir histórico marcado por la colonización española y el sincretismo cultural, ha incorporado a su calendario litúrgico diversas celebraciones y expresiones culturales. Algunas de ellas provienen de disposiciones civiles nacionales, pero todas han sido resignificadas desde una matriz de origen maya mesoamericano.

Según documentos históricos, en la época prehispánica Dzitnup formaba parte del cacicazgo de Los Cupules, cuya capital era Zací. Para 1579, el encomendero del pueblo era Juan de Benavides, y su cabecera de doctrina era el “Pueblo de Zizal”, que en ese entonces contaba con un monasterio extramuros de la villa de Valladolid (Zací), administrado por religiosos de la orden de San Francisco. En la actualidad, Dzitnup es una comisaría del municipio de Valladolid, Yucatán, y depende eclesiásticamente de la parroquia de Sisal, también en Valladolid.

Las celebraciones que abordaremos —todas, excepto una— son organizadas desde el templo católico de la localidad y cuentan con la participación activa del párroco.

Durante el mes de abril se celebra la Semana Santa, conforme a las normas establecidas por la Iglesia Católica. No obstante, en Dzitnup destacan algunas expresiones particulares, como la escenificación de la crucifixión en el Monte Calvario. Esta representación tiene lugar frente al altar principal del templo, donde se erige un andamio de madera cubierto con ramas de limonaria (Murraya paniculata), sobre el cual se coloca un Cristo articulado de aproximadamente 1.50 metros de altura. Otra actividad significativa es la visita del “santo entierro” —una urna con la imagen del Cristo yacente— al cementerio local, el viernes por la noche, como parte de la “marcha del silencio”, una procesión fúnebre que parte del templo hacia el cementerio. Un momento central de esta práctica consiste en que los participantes, al llegar al camposanto, visitan las tumbas de sus familiares difuntos y depositan sobre ellas las velas encendidas que los han acompañado durante el trayecto. 

Acotaremos aquí, que el uso del cementerio (Ley Comonfort de 1857),  impulsado por las autoridades civiles, encontró rápida significación en la cosmovisión de los habitantes de Dzitnup. La visita del “santo sepulcro” no forma parte de las actividades que actualmente organiza la iglesia católica, pero en Dzitnup fue reinterpretada de manera laica e incorporada a su incluyente cosmovisión.

Durante mayo y julio se celebran misas y actividades de los gremios “Flor de María” y de las “Cuarenta Horas de adoración” al Santísimo Sacramento, respectivamente. En junio, un ritual particular es la petición de lluvia o “Ceremonia de Dyoos Yuumbil” (Dios Padre). Este ritual se lleva a cabo de manera simultánea en dos espacios del pueblo presididos por dos  jmeeno’ob (especialistas rituales) y tiene lugar el día de Corpus Christi. Aunque ambas celebraciones se realizan sin la participación del párroco, una parte de las ofrendas se entrega al templo católico y es recibida por el sacristán.

En noviembre tiene lugar la fiesta patronal en honor de San Andrés apóstol patrono del pueblo y de sus  seis “amigos” visitantes (santos patronos de comunidades vecinas). Esta celebración, conocida como visita recíproca de santos, ha sido estudiada como parte de una región devocional llamada 'región de los apóstoles', debido a que la mayoría de los santos patronos son apóstoles.

En diciembre se llevan a cabo nueve novenas en honor a la Virgen de Guadalupe, mismas que concluyen el 12 de diciembre. Un evento particular en este mes, es la celebración del nacimiento de Jesús el 24 de diciembre, que incluye novenas, misas y una performance llamada “danza de los abuelos” que inicia el 24 de diciembre y concluye el 6 de enero. En esta danza participan personajes de diferentes edades (rezadores, niños, población en general) y destacan los pastores Abraham, Isaac y Jacob; personajes que portan máscaras de madera. Además se personifica al K’ak’asbal, Kisin o diablo.

El caso de Dzitnup, comunidad de origen maya, muestra a nivel local cómo el calendario litúrgico —heredado de la evangelización española— ha sido apropiado e hibridado con celebraciones religiosas y laicas, según su propia cosmovisión. Estas prácticas, que los pobladores vinculan con tiempos ancestrales y la memoria de “los abuelos”, se han sostenido en parte gracias a la cercanía con el Convento de Sisal. Así, Dzitnup encarna un ejemplo de continuidad y resignificación cultural en el marco del calendario ritual.

Alejandro Cabrera Valenzuela es antropólogo social del Centro INAH Yucatán

Coordinadora editorial de la columna: 
María del Carmen Castillo Cisneros, antropóloga social Centro INAH Yucatán


Edición: Fernando Sierra


Lo más reciente

Alcaldesa de Mérida tiende a ciudadanos que acudieron al programa Miércoles Ciudadano

Autoridades municipales reagendaron el encuentro para el próximo 4 de junio

La Jornada Maya

Alcaldesa de Mérida tiende a ciudadanos que acudieron al programa Miércoles Ciudadano

Niños, principales reclutas del narco que busca lealtad e impunidad

Víctimas relatan cómo el crimen organizado incorpora infantes cada vez más jóvenes a sus filas

Reuters

Niños, principales reclutas del narco que busca lealtad e impunidad

Corte federal de Estados Unidos bloquea aranceles que impuso Trump a México por fentanilo

La medida también abarca las importaciones con Canadá y China

La Jornada

Corte federal de Estados Unidos bloquea aranceles que impuso Trump a México por fentanilo

Arranca la Olimpiada Nacional de Vela en Telchac Puerto

En la competencia participarán cerca de 200 deportistas de diferentes entidades

La Jornada Maya

Arranca la Olimpiada Nacional de Vela en Telchac Puerto