Opinión
Julio Hernández López
08/09/2025 | Ciudad de México
“Guerra” contra Chicago
En una expresión más de los trastornos que le acompañan, el presidente de Estados Unidos colocó en su cuenta de Truth Social una fotografía editada y un texto de escalofriante amenaza a Chicago, santuario de migrantes y ciudad de sostenida votación mayoritaria a favor del Partido Demócrata.
“Chipocalypse Now”, tituló su posteo el desquiciado Trump, vestido en imitación del teniente coronel Bill Kilgore, el personaje representado por Robert Duvall en la magnificente película dirigida por Francis Ford Coppola, en la que en un punto del bárbaro ataque que dirige en Vietnam pronuncia: “¿Hueles eso? ¿Hueles eso? Napalm, hijo. Nada en el mundo huele así. Me encanta el olor a napalm por la mañana”.
Trump-Kilgore, con un sombrero texano de color negro, tal cual Duvall lo usó en su momento cinematográfico, parafraseó, en un plano de anuncio de un ataque salvaje, desproporcionadamente ventajoso: “Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana (...) Chicago va a comprobar por qué se llama Departamento de Guerra”.
La advertencia tiene como contexto el anunciado envío de efectivos militares y Guardia Nacional a Chicago, con el pretexto explícito de combatir la inmigración ilegal y el presunto aumento de la criminalidad, tal cual lo ha hecho en otros lugares de intensa oposición al trumpismo, como Los Ángeles y Washington.
Ayer, cuando una reportera le preguntó si está “listo para ir a la guerra con Chicago”, Trump respondió de manera grosera, acusando a la reportera de ser de “segunda categoría” y valerse de “noticias falsas”, y pretendió explicar o matizar: “No vamos a la guerra. Vamos a limpiar nuestras ciudades. Las vamos a limpiar para que no maten a cinco personas cada fin de semana. Eso no es guerra. Es sentido común”. (goo.su/kLOyabU).
Como mero detalle: el teniente coronel Trump-Kilgore ha cambiado, a sus pistolas, sin consulta ni aprobación del Congreso, el nombre del Departamento de Defensa, para asumirse confesionalmente como Departamento de Guerra, con Venezuela como primer punto a resolver, pero no solamente ese.
Vicealmirante Farías, en bandeja
Otro de esos puntos es México, donde el intervencionista secretario de Estado, Marco Rubio, pudo haberse enterado, o haber sido enterado, a las 8:03 horas (conforme al Registro Nacional de Detenciones, de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de la
captura del vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna. Una aprehensión registrada oficialmente casi dos horas antes del encuentro entre el citado Rubio y la presidenta Sheinbaum para formalizar un acuerdo o “entendimiento” en materia de migración y combate al crimen organizado, además de exigencias-amenazas en materia comercial, en particular respecto a barreras no arancelarias que Trump demanda abatir para dar paso a más inversiones estadunidenses, sin molestas restricciones legales.
El encarcelamiento y procesamiento judicial del vicealmirante Farías Laguna es un hecho plausible en sí (como mínimo botón de muestra de acciones en la élite contra la corrupción), aunque tardío, bajo contexto de las presiones de Estados Unidos para que el segundo piso de la 4T actúe contra personajes de “alto nivel”, pero restringido para que no afecte a Rafael Ojeda Durán, quien fue
secretario de Marina en la administración obradorista y es familiar político del detenido y de un hermano de éste, prófugo.
Exculpar al ex secretario Ojeda
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Edición: Ana Ordaz