de

del

La naturaleza siempre tiene la capacidad de sorprender la imaginación de los seres humanos y por eso mismo los fenómenos que en ella se originan pueden tener desenlaces catastróficos, incluso cuando se hacen previsiones y preparativos para enfrentar algún desastre que involucre al agua, el fuego, el viento o los movimientos de la Tierra.

En los últimos años, los efectos del cambio climático se han manifestado particularmente en las tormentas y ciclones. En México, Acapulco resintió recientemente el impacto del huracán Otis, próximo a cumplir dos años, que se desarrolló a categoría 5 en la escala Saffir-Simpson unas cuantas horas antes de tocar tierra.

Ahora, apenas este fin de semana, la región de la Huasteca enfrenta el desastre que han dejado las últimas lluvias, y cuyo efecto ya se mide en 64 personas fallecidas y 65 desaparecidas. Las imágenes de ríos desbordados, poblados sumergidos y vecinos en busca de refugio, indican claramente que las alertas, simplemente, no bastaron para dar inicio a las medidas de prevención necesarias o que éstas no fueron las suficientes.

Este lunes, la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, reconoció que el gobierno federal carecía de la información precisa, de los indicios científicos o meteorológicos que predijeran la dimensión de la catástrofe que azota a Querétaro, el norte de Veracruz, parte de Hidalgo, San Luis Potosí y Puebla. Esto a pesar del sistema de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para informar a Protección de cada estado y municipio de los efectos previstos por la precipitación pluvial y el estado del caudal de los ríos.

Todavía hace un mes, se realizó el ejercicio de una alerta nacional, difundida a través de la red de telefonía celular. La naturaleza, sin embargo, se ha enfocado a demostrar que, en México, existe una enorme desigualdad en cuanto a las vulnerabilidades ante desastres naturales y, lamentablemente, hay entidades cuyo sistema de alertamiento y el establecimiento de protocolos para la protección de la población civil son sumamente débiles. Es urgente, entonces, pasar a la creación de alertas regionales, que reporten los niveles de los ríos o la proximidad de tormentas y sistemas ciclónicos. 

Si los pronósticos ahora resultan insuficientes para contar con una previsión confiable para anticipar los riesgos, el desafío queda para las autoridades, que están obligadas a evitar la pérdida de vidas, por lo que la opción que queda es extremar las precauciones: difundir las claves de alertamiento temprano, actualizar y difundir los atlas regionales de riesgos, exhortar a la población a adoptar un protocolo familiar ante emergencias, entre otras medidas.

Lo que ha sucedido en el norte del Golfo de México es resultado de la continuidad de las lluvias y el volumen de agua derramado. Se toma como buena noticia que el sistema Cutzamala se encuentra casi al tope de su capacidad, pero esto también ha sido sinónimo de decenas de miles de damnificados. Aquí resultará vital fortalecer la red de refugios temporales, al igual que la de atención médica de primer nivel, y asegurar el abasto de agua potable y alimentos no perecederos; esto como medida básica de prevención durante la temporada de lluvias.

Sería magnífico contar con equipos científicos para el Atlántico y el Pacífico a fin de fortalecer el alertamiento temprano, pero también debe resultar sano el extremar las medidas de cuidado. Es preferible que surjan burlas sobre la “invención” de huracanes para no ir a trabajar que lamentar que el agua arrastre vidas junto con casas, vehículos y lodo. La enseñanza que han dejado las últimas lluvias en cinco estados es que ya es necesario pasar del monitoreo de fenómenos individuales a crear modelos de comportamiento a partir de la interacción con otros meteoros ocurriendo en simultáneo.

Ahora, habrá que reconstruir, iniciando con la limpieza y recuperación de hogares e infraestructura. La recuperación de lo material, suele afirmarse, siempre será lo de menos. Lo principal, tanto o más que contar con los recursos para el apoyo a personas damnificadas, es que no se repita la pérdida de vidas, y menos que se den fallecimientos por falta de alertas o porque alguien consideró que era demasiado esfuerzo en prevención.
Notas relacionadas:


Edición: Estefanía Cardeña


Lo más reciente

Dejar de fumar, aunque sea a edad tardía, implica menos riesgo de demencia: Esto dice el estudio

El tabaquismo perjudica el cerebro, ya que daña los vasos sanguíneos que le suministran oxígeno

Efe

Dejar de fumar, aunque sea a edad tardía, implica menos riesgo de demencia: Esto dice el estudio

Científicos dan paso clave para la recuperación del extinto dodo con células de pariente vivo

Colossal Biosciences, empresa responsable del reciente 'nacimiento' de cachorros lobo terrible, está detrás de la iniciativa

The Independent

Científicos dan paso clave para la recuperación del extinto dodo con células de pariente vivo

CFE restablece servicio eléctrico al 84 % de usuarios afectados por lluvias en Hidalgo, Puebla, Querétaro, SLP y Veracruz

Marina auxilia a más de 7 mil personas en cuatro estados

La Jornada

CFE restablece servicio eléctrico al 84 % de usuarios afectados por lluvias en Hidalgo, Puebla, Querétaro, SLP y Veracruz

Nobel 2025 de Química, no sólo es por el trabajo que hizo pensar en las películas de Harry Potter

Visión Intercultural

Francisco J. Rosado May

Nobel 2025 de Química, no sólo es por el trabajo que hizo pensar en las películas de Harry Potter