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Conexión con los jóvenes

Una invitación a comunicarnos con los adolescentes, con su inquietud, curiosidad y atrevimiento
Foto: Margarita Robleda Moguel

Fue alrededor del 2012, cuando la COESPO del estado de Campeche, ante la información recaudada del alza de la drogadicción, violencia en el noviazgo, embarazos, suicidios y demás, armó un proyecto de visitas a secundarias y bachilleratos de los entonces siete municipios del estado.

Reconozco que mi primer impulso fue de rechazo. Después de tantos años dedicada a trabajar con niños, maestros y familias, la comunicación con jóvenes me parecía cuesta arriba; me incomodaban las modas y, sobre todo, las caras largas a la defensiva. La reflexión sobre ellos como cachorros de nuestra especie y su soledad me hizo aceptar. Y curiosamente, al cabo de los años, esta misma reflexión me ha acompañado, diluyendo barreras cuando les digo: “Estoy aquí, porque ustedes son mis cachorros, mis cachorritas, las de mi especie, y por ustedes hasta rapera me volví”. En ese momento, me dirijo a alguien y le digo: “¿No me crees? ¿verdad? ¡Qué bueno que no me creas! Hay que investigar, toca cuestionarte todo”.

Inicié con un Power Point que fui armando con los temas que pensé eran importantes tratar: consumismo, falta de identidad, autoestima, incomunicación, la soledad.  “Sexo, drogas y rock and roll”. Palabras que conectan y llenan de susto y de gusto. Con el tiempo añadí: “Me pueden preguntar lo que quieran y les voy a responder con verdad”. Sin embargo, caí en cuenta de que a pesar de lo mucho que les alborota la posibilidad, la triste realidad era y sigue siendo, que los jóvenes, en especial los de escuelas de gobierno, no saben preguntar. El aprendizaje inicia en casa. “Mamá, ¿por qué el cielo es azul? La mayoría de las veces recibieron como respuesta algo como: “¿Qué preguntas son esas? ¿No ves que estoy ocupada?” Cuesta decir: “No sé, pero voy a investigarlo” Frase que los maestros, que tampoco saben preguntar, porque padecieron lo mismo, podrían repetir en sus salones. Me pregunto, si tanto les cuesta decir, “no sé”, al ocultar su ignorancia, pierden la oportunidad de ofrecer una de sus mejores lecciones de vida docente: “Nunca dejes de investigar y aprender”.

Me enamoré de los jóvenes. Me vi reflejada. Inquieta, curiosa, atrevida: en proceso, y opté por continuar trabajando con ellos componiendo rocks, raps y boleros, como: “Soy punto y aparte”, “Hormona vs neurona”, el rock “Estoy enojada”, el bolero “La prueba de amor”. Al cabo del tiempo, caí en cuenta de que estaba recuperando a la Margarita que inició componiendo “Hay que cambiar este mundo”, “Deja de ser espejo…” canciones que brotaron hace más de 50 años, estimulada por los movimientos sociales de 1968 y que hoy parece que las escribí ayer, tan frescas, tan al día.

Los años vuelan y en días pasados, fui invitada por el maestro Luis Ernesto Flores, al rector del Centro Regional de Formación Profesional Docente de Sonora(CRESON), esto por solicitud del maestro Jhonathan Díaz Tuyub, director de la Escuela Normal de El Quinto, en Navojoa, quien me acompañó a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en Ciudad Obregón y a la Escuela Normal Superior de Hermosillo, cuyos directores, Luzma Gaytán y Josué Gutiérrez Gonzales, quienes en conjunto con el maestro Diaz Tuyub, en lugar de competir, comparten y se apoyan en favor de la meta en común: formar maestros comprometidos y capaces, hombres y mujeres de bien, en beneficio de sus alumnos. Su actitud, que es la del rector, me llena de esperanza. A la hora de la presentación en sus espacios se dejaron llevar con la alegría que surgió a borbotones y logramos contagiarnos de la esencia humana, tan ajena en estos tiempos. ¡Vamos bien!

De esta visita surgió el rap Conexión humana y su estreno mundial se dio el sábado 25 en el programa del gran José Luis Preciado en Radio Formula Yucatán 94.5 FM con la participación de la psicóloga Abigail Interian, que gracias a la producción de Amado Marín pueden escuchar en mi muro de Facebook.

Una rebanada de Conexión humana:

“Hay que recuperar / la conexión humana. / Nos hemos convertido / en islas solitarias / mandando memes y caritas / en lugar de comunicarnos / con palabras / que brotan del corazón. // Toca volver a mirarnos a los ojos / sin miedo ni desconfianza. / Y es que no sabemos qué decir / tenemos la sonrisa bien atorada.

@mrobleda

Lea, de la misma autora: Cucharadas contra el hastío

Edición: Fernando Sierra


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