Lilia Balam
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Viernes 10 de mayo, 2019
Para la investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Leticia Paredes Guerrero, en la entidad las mujeres no toman libremente la decisión de ser madres, pues diversos factores externos las presionan para que acepten tener hijos, aún cuando eso no sea su prioridad.
La experta en estudios de la mujer y relaciones de género explicó que para las yucatecas se han construido dos roles: el de mujer buena, que cumple con el estereotipo de asumir la responsabilidad del cuidado de los demás y de la maternidad “biológica o adoptada”; y el de la mujer mala, la que decide “ser para sí misma” y por lo tanto descarta la maternidad y el cuidar a terceras personas.
“Entonces, si tú decides no ser madre, eres mala mujer, porque te estás saliendo del otro rol construido. Eres egoísta”, dijo. Esos estereotipos se ven reforzados por el Estado, la Iglesia y los medios de comunicación, añadió.
En este sentido, recordó que fue un medio de comunicación de circulación nacional quien promovió el Día de las madres en el país, instaurando la imagen de “una madre sumisa, dada totalmente a los otros, a quienes cuida. La mujer en el hogar, en el cuidado de los hijos pero nunca un ser humano, porque entonces se convertiría en una mala mujer, en una egoísta”.
Paredes Guerrero insistió en que las mujeres “no toman libremente la decisión de ser madres”, ya que en el proceso intervienen factores externos, como el trabajo y la familia.
“Si estás laborando en una institución, te dicen que si te vuelves madre no puedes ascender o tu puesto peligra. Pero tu familia y amistades te presionan, dicen que ya es hora de que tengas hijos. Si escoges ser profesionista, eres egoísta, pero una mujer tampoco puede decir que quiere ser madre y jefa. Entonces finalmente quienes toman la decisión son la empresa y la familia”, aseveró la académica.
Las consecuencias de elegir la maternidad bajo presión pueden traducirse en problemas de salud, pues de acuerdo a la investigadora, la incidencia de hipertensión, diabetes y cáncer es más alta en las féminas debido a que “no se preocupa por ella misma, debe estar dedicada 100 por ciento al otro”. En términos sociales, suele permanecer al margen y no se integran a la vida política o laboral, precisó.
Para Paredes Guerrero, no habría más casos de maternidad obligada si se reconoce que las mujeres “somos seres humanos y tenemos la capacidad de decidir”.
“Con sólo decir la palabra mujer, vemos a una embarazada, con hijos y en la casa. Tenemos que modificar esa visión, que las mujeres tengan capacidad de decidir si quieren o no la maternidad y entonces el número de niños abandonados va a disminuir”, concluyó.
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