Texto y foto: Sandra Gayou Soto
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 4 de marzo, 2019
Un barco con poco más de mil coreanos arribó a Yucatán en 1905. Ahí venía el tatarabuelo de Mirley Ramírez Guerrero, José Tu, quien llegó acompañado por su bisabuelo Luis Kim. Mirley cuenta que su bisabuelo nunca aprendió su nombre en español, “hablaba un poquito maya, era cien por ciento coreano”, relata.
Su bisabuela, Nolberta Yu Chan, es hija de padres coreanos, “ella solamente pudo hablar el español y maya”, la comunicación con el bisabuelo fue complicada por esta razón, “como podían se entendían porque a ellos los casaron”.
“Nolberta Yu y Luis Kim son mis bisabuelos, ellos tuvieron nueve hijos entre los que se encuentra Margarita Kim Yu, abuela de Mirley”.
“Mi abuela se dedicó a la venta de dulces, los coreanos se dedicaron a esto y a la reparación de ollas, era lo que los identificaba”, Mirley nos cuenta que la venta de dulces fue el oficio al que su bisabuela le dedicó el cien por ciento de su tiempo “esos que se venden entre las fondas, entre las ferias, son los que hacía mi familia”.
El papá de Mirley es yucateco: “mi mamá también es yucateca”, se llama Margarita Guerrero Kim. Ella narra que sus bisabuelos tuvieron nueve hijos; su abuela es la más chica, “hoy por hoy sólo vive ella, sólo ella y una hermana”.
Su madre Margarita tuvo seis hijos, ellos ya no siguieron con la venta de dulces, “nosotros trabajamos, uno de mis hermanos es trabajador social, una de mis hermanas trabaja en el área de puericultura en una escuela, una hace diseño de imagen y mi otro hermano es comerciante”.
Mirley es emprendedora, trabaja con productos artesanales: “en este caso bolsas y sombreros de primera mano estoy trabajando el guano y de palma y se le está poniendo arte”.
La marca de Mirley se llama Mar710mx, señala que está trabajando duro para que el gobierno coreano pueda ayudarle a convertirse en una exportadora. “calculo a finales de año terminar de formar la empresa y con la ayuda con las asociaciones del estado de Yucatán y de Campeche, están apoyándome para poder ser exportados no solamente a Corea, sino al mundo”.
Los diseños son exclusivos, “mi tía la señora Irma Guerrero Ming, hermanita de mi mamá, ella es la artista de la familia, yo estoy siendo la empresaria, estoy viendo el financiamiento para que que este emprendimiento salga a la luz”.
Para Mirley es un orgullo pertenecer a la comunidad coreana, “estoy muy emocionada y orgullosa de ser descendiente. Corea vive y vivirá porque nosotros estamos acá vivos, haciendo que se sienta el poder que todavía llevamos en nuestras venas, lo llevo en el corazón, lo llevo en la sangre, lo llevo en la piel, lo llevo en los ojos”.
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