Foto y Texto: Gina Fierro
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Jueves 17 de enero, 2019
“Fue suerte para mí encontrarme con una empresa tan buena, con gente tan apreciable que me abrió las puertas y me dieron toda la confianza, creían y creen en mí. No cualquier empresa es de puertas abiertas”, nos platica Erik Arvizu, al tiempo que nos narra la forma en que llegó a Ganso Azul.
“A mí me tocó cerrar la última empresa en la que trabajé. Fui uno de los últimos que se encontraba en las instalaciones, porque era el encargado de retornar la maquinaria que se había importado temporalmente”.
“En ese proceso se hizo una subasta de mobiliario. Recuerdo que me encontraba esperando a que alguien acudiera a comprar lo que le interesara y llegó uno de los socios de Ganso Azul, quien me preguntó qué hacía allí, y le dije que era el apoderado de la empresa; luego me cuestionó sobre qué es lo que hace un apoderado. Le expliqué que era la persona a la que la empresa le da el poder para que pueda hacer las funciones de una agencia aduanal”.
Después de este encuentro, Erik se reunió con Claudia Martínez, directora de la empresa Ganso Azul, quien sería su próxima jefa, para una entrevista formal.
“Les agradó la idea de contar con un apoderado aduanal; recuerdo que me comentaron si apostaba por su empresa, y yo les dije que por supuesto, si ellos apostaban por mi. Así fue como pude entrar a Ganso Azul”. En ese momento Erik adquirió un compromiso con la empresa muy particular.
“Ya venía con cierta experiencia y lo único que faltaba era demostrarla”, relata, tras 10 años de antigüedad en la compañía.
[b]Industria textil, una de las más observadas[/b]
“Parte de mis funciones es asegurar que los trámites de comercio exterior se realicen conforme a la ley; un error en el área de comercio exterior puede ser signo de malas acciones”, refiere.
“Afortunadamente cuento con un equipo muy confiable. El trabajo no lo hago yo solo, cada uno de los profesionales se dedica a ciertas tareas que aseguran que la operación salga al cien por ciento, cero errores”.
En el tema de exportaciones e importaciones, Erik detalla que la industria textil es un área “sensible, de las más observadas, muy controlada”. Las empresas del ramo siempre hemos sido los más monitoreados, hay muchas empresas que aprovechan los tratados para hacer negocios inapropiados, “por eso la misma autoridad te pone más candados y más regulaciones”.
“El comercio exterior es muy cambiante, nuestras reglas se renuevan cada tres meses. La misma legislación aduanera cambia cada año, los convenios internacionales se modifican frecuentemente".
[b]Una empresa que se distingue del resto[/b]
“Estamos en una empresa, que aunque es comparada con otras que también trabajan bajo el Programa para la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación, es especial por el tipo de producto que fabricamos, tan complicado como es un uniforme para una dependencia policial”.
Sobre la producción de la compañía maquiladora, mensualmente se importan alrededor de cinco contenedores de materia prima, con capacidad de hasta 17 mil prendas. “Actualmente exportamos dos contenedores de producto terminado a la semana”.
A diferencia de otras compañías, Ganso Azul trabaja con la presencia de un apoderado aduanal, lo que se refleja en la inmediatez de sus procesos de exportación e importación. “Controlamos nuestros tiempos y eso es un plus”.
“Gracias a la apertura que ha tenido la dirección, se adoptó la idea del apoderado, ya que antes la compañía dependía del servicio de una agencia aduanal”.
De esta manera, el apoderado se encarga de realizar cada una de las acciones que haría una agencia, “desde ir a revisar la mercancía para ver si está bien y completa, hasta hacer el pedimento de importación y el despacho de la liberación del contenedor en aduanas”.
La maquiladora cuenta con una serie de beneficios que la distinguen, como la certificación triple A, “es como una entrada y una salida, la autoridad te va monitoreando, y de lo importado en un mes, al siguiente se debe exportar el 90 por ciento; es decir, lo que importas, lo transformas y exportas al extranjero”.
Mientras que su confiabilidad se ve reflejada bajo el rubro Triple A. “Es una empresa que siempre ha cumplido con sus obligaciones fiscales y de aduana”.
[b]Ganso, una apuesta[/b]
En retrospectiva, y diez años después de “apostarle” a la empresa maquiladora, Erik destaca una serie de satisfacciones que lo hacen apasionarse por su trabajo, además de reconocer la confianza y libertad que le da la compañía como empleado.
Dentro de estas satisfacciones, habla sobre la oportunidad de descubrir y desarrollar talento, ya que desde el inicio de su vida laboral, asegura, sus superiores fueron un punto clave para el desarrollo y despegue de su carrera.
Hoy, con 25 años de experiencia en la industria maquiladora, recuerda que comenzó en el área como “lleva papeles en la agencia aduanal”; ahora, como jefe, es quien impulsa a su equipo, “yo les digo a mis empleados, si quieres salir adelante aquí, lo vas a hacer, porque hay empresas en las que entras como auxiliar y prácticamente te quedas toda tu vida en el mismo puesto”.
Y concluye, “mi mayor satisfacción es ver que la gente crezca. Voy con el dicho que afirma: el alumno supera al maestro”.
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