Con la estación Maxcanú, el Tren Maya acercará a más personas para que tengan la oportunidad de conocer la cultura ancestral del territorio yucateco, y disfrutar el refinado estilo arquitectónico, que en una etapa de desarrollo se denominó Proto-Puuc, distinguido por bóvedas que dejaron de ser escalonadas para dar paso a lajas en saledizo y un mejor labrado de piedra, pero con una complejidad urbanística vinculada al orden social.
A sólo 4 kilómetros de Maxcanú, la acostumbrada planicie que caracteriza la mayor parte del territorio yucateco empieza a desvanecerse; en su lugar, se erige una incipiente cordillera plagada de vegetación, con un verde intenso interrumpido sólo por coloridas mariposas y amenizado por el canto de pájaros o el resoplar del viento. El remanso de paz se prolonga conforme se avanza a la zona arqueológica de Oxkintok, que ejerce autoridad simbólica sobre la belleza circundante.
Este asentamiento prehispánico, considerado el más antiguo en la región central y con el periodo de ocupación más largo (500 a.C.-1450 d.C.) de la Ruta Puuc, guarda una riqueza histórica y cultural de la que dan fe sus inscripciones calendáricas, hermosas columnas con apariencia humana, cisternas, cuevas, tumbas, estelas y pirámides; así como el Satunsat, un sombrío laberinto en el que resulta fácil perderse, con tres niveles que representan el cielo, la tierra y el inframundo, según la concepción maya del origen y evolución del universo.
En una zona flanqueada por una muralla de árboles y unidos por caminos delineados con piedras en los extremos, conocidos como sacbés, destacan los principales conjuntos arquitectónicos: Ah Dzib, Ah May y Ah Canul, sedes de poder de los linajes más importantes que forman el núcleo central conocido como Gran Plaza, que en una visita conviene recorrer en el sentido de las manecillas del reloj, para conocerlos todos sin que escape alguno.
Oxkintok, vocablo maya que de manera literal significa: ox, tres; kin, sol o día y tok, pedernal, se puede traducir como “la ciudad de los tres soles cortantes”, cuyos adoratorios, depósitos de ofrendas e incensarios evocan otra forma de vida, en una época de apogeo en la que ocupó una posición estratégica entre las rutas comerciales de la península con otras culturas contemporáneas del Golfo de México y el Altiplano Central.
¿Cómo llegar a Oxkintok?
Saliendo de la capital yucateca son unos 74 kilómetros de recorrido. Primero se accede a la carretera federal número 180 Mérida-Campeche; 2 kilómetros antes de llegar a Maxcanú, a la altura del kilómetro 57 se bifurca la vía, ahí se elige el camino a Muna. Tras avanzar 11 kilómetros se encuentra un crucero, desde allí se continúa en dirección a las grutas de Calcehtok.
Tras avanzar 1.5 kilómetros más por el ramal de la carretera se verá otro desvío que, a lo largo de 4 kilómetros, conduce directo a Oxkintok.
Desde el letrero que indica hacia Calcehtok, se aprecia el cambio de paisaje con la aparición de una pronunciada pendiente y, al adentrarse en la zona boscosa, el incremento del tono verde que contrastará con el intenso azul del cielo si hace un día soleado y con suerte, en el trayecto podrán avistarse venados, conejos y diferentes tipos de aves.
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