Micaela Mar y Leña, sin pretensiones por la vestimenta pero lleno de amor por la comida

La esencia de Micaela Mar y Leña: un lugar sin pretensiones, recalca la importancia de que las personas que lleguen se sientan a gusto sin importar si visten shorts, chanclas o traje formal, recalca Vidal Elías Murillo, chef propietario del lugar.

El concepto del restaurante surgió de la inspiración de una vieja carta encontrada en una tienda de antigüedades; la esencia: enaltecer a todas las personas que dan amor a través de la comida.

El establecimiento cumple tres años de que abrió sus puertas en Mérida y como parte de sus festividades, la noche de este domingo realizaron una cena maridaje de seis tiempos denominada “Las niñas de mis ojos”.

Los platillos de este evento gastronómico fueron realizados por Thalía Barrios, cocinera tradicional de Oaxaca, y las chefs anfitrionas del restaurante, Ivet Aracelly, chef repostera, Rebeca de Anda, chef ejecutiva y Alejandra Xexa, mixóloga (el arte de la mezcla, la alquimia de las bebidas).

Los vinos que se degustaron fueron cortesía de Bodega Mogor o Bodega Tres Mujeres. Lo recaudado de esta noche será destinado para la Casa de Vida Independiente para mujeres, ubicada en el Refettorio Mérida.

Luego del triunfo de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos, Vidal Elías Murillo, chef propietario de Micaela, decidió salir de ese país, sabiendo que la situación para los migrantes seria complicada. Y encontró un lugar ideal en Mérida, Yucatán.

El chef ya tenía en las venas al estado, pues su papá era yucateco. Aquí ha venido de vacaciones y su esposa también es yucateca, entonces no había otro lugar mejor para instalarse.

Viajando por varias partes para encontrar un nuevo concepto de restaurant, hallaron en una tienda de antigüedades una carta firmada por Micaela, al cual decía (más o menos):  “Mi niña me enseñó a escribir y pide que cuente mi vida, pero cómo voy a platicar mi vida sin el olor a mar, de la cocina sin el sabor a la leña…mi vida es escribir mis recetas, mis memorias de una cocina de mar y leña”.

Esta carta quedó grabada en su mente y de ahí escogió que esa sería la esencia de su nuevo restaurante. “Enaltecer a todas aquellas personas que el amor lo dan a través de la comida: una mamá, abuela, nana”; expresa.

Asimismo, dijo que las y los yucatecos los han aceptado con los brazos abiertos, al igual que los extranjeros.

Cena maridaje

El primer tiempo consistió en un par de ostiones naturales con perros de lima, puré de mandarina y flor de azahar, la comida estuvo acompañada de un coctel “Xe´ek Pixan”, el cual consistía en ginebra Tanqueray Sevilla, con naranja agria, jugo de jícama y cordial de mandarina.

Para el segundo tiempo, se ofreció a los asistentes una ensalada de jitomates de nativos de Oaxaca, aderezados con un puré de betabel. El platillo estuvo acompañado del vino blanco de Mogor, Chasellas, Valle de San Vicente, México.

La velada continuó con un tamal de calabaza con camarón, papa y chintextle, pasta de chiles secos -generalmente pasilla mixe o ancho- que se baja en el metate y funciona como sazonador. Lo acompaño el vino tinto, Arrebol.

El cuarto platillo consistió en un mole verde de frijol blanco con costilla de puerco y verduras. La bebida elegida fue el vino Mezcla Mestiza 2015; mientras que el penúltimo tiempo consistió en un molote de plátano con ragú de res a la mexicana. El vino que acompañó este delicioso plato fue un vino Mezcla del Rancho.

Para finalizar, los asistentes el deleitaron el paladar con un rico postre: crumble de higo con cremoso de yogurt ahumado, ganache de pimienta blanca y de chocolate. El dulce fue acompañado del vino Mogor Badan.

Lee: 

-Ofrece Micaela Mar y Leña cata maridaje sensorial

-Abel Vázquez devela su mural 'Compartiendo' en galería de Mérida

Edición: Emilio Gómez