Libro retrata el estigma contra las juventudes en el sur de Mérida

Experto señala que en la ciudad la cultura maya se reproduce en situación de desventaja
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

El estigma y la discriminación persisten contra las juventudes en el sur de Mérida. La pobreza influye en este sector e incide en sus maneras de asumirse dentro de la sociedad. Las y los jóvenes se sienten minusvalorados y humillados al confesar el lugar donde viven. 

Estos son algunas de las tantas aristas que se retratan en el libro Pobreza, marginación y exclusión de los jóvenes del sur de Mérida, coordinador Violeta Guzmán Medina. La obra fue presentada este sábado 26 de marzo, como parte de las actividades en línea del primer día de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey) 2022. 

El material nos permite acercarnos a las problemáticas que vive este grupo social en el sur de la ciudad, todas atravesadas por su situación de pobreza y plantea retos para construir futuros posibles con realidades “lacerantes”. 

El libro fue comentado por Jesús Lizama Quijano, director regional del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Jorge Pacheco Castro, investigador del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi (CIR), de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).  

Lizama Quijano señaló que en una ciudad como Mérida donde lo indígena y maya es estigmatizado, a pesar de que el discurso diga lo contrario, la cultura maya se reproduce en situación de desventaja y se va diluyendo de generación en generación.

En este material, precisó el investigador, se evidencia cómo la pobreza influye en las juventudes del sur de la ciudad e incide en sus maneras de asumirse dentro de la sociedad; “se sienten humillados al expresar sus lugar de origen”. 

También, indicó que se indica que las colonias del sur son “altamente prejuiciadas”, el sur es conflictivo, violento, peligrosos y demás discursos que prevalecen en el imaginario geográfico de muchas personas. 

Sin embargo, el doctor Jesús Lizama comentó que este trabajo también nos muestra un lado positivo, donde las juventudes indican sentir confianza en sí mismos, y altos niveles de sentido de comunidad, pero igual expresan la necesidad de crear mayor comunidad.

A su vez, indicó, se abordó la identidad de las jóvenes, cómo se visualizan frente a los demás,  “jóvenes luchones" contra “jóvenes vándalos”, los primeros buscan esforzarse, estudiar, sobresalir y mejorar su calidad de vida, mientras que los segundos son vistos por los primeros como vándalos delincuentes, marginados o pobres. 

Este trabajo, detalló, aporta elementos para saber en cuáles variables sicológicas se debe poner más énfasis para dotar a los jóvenes de más recursos y estrategias. El libro concluye que: “El no recorrer los propios sentimientos o no saber manejar las relaciones se en encuentra vinculado con las faltas de respeto a las normas sociales básicas”. 

En concreto: “Lo que se vive en el sur no es sólo la delincuencia, drogadicción y bandas, lo que se vive es una tragedia, son esfuerzos desesperados por sobrevivir,  y, en el mejor de los casos, plantearse mejores condiciones de vida”, manifestó. 

 

La otredad 

Jorge Pacheco Castro planteó que el sur ha sido habitado por familias que vienen de otros estados, como Tabasco, Chiapas, Campeche o Veracruz y que corren de sus comunidades de origen por el problema de la violencia o despojos de tierras. 

Por lo tanto, según se expone en el libro, fue de suma importancia la creación de la Unidad Académica Bachillerato con Interacción Comunitaria de la UADY en el “sur profundo”, para ser una institución inclusiva y para abatir el estigma contenida en esta zona por la sociedad regional dominante. 

“El fin fue resarcir a la sociedad y a los habitantes y colonias del sur lo mucho que han contribuido y han dado al erario público y generar nuevas alternativas de orientación a a nuevas generaciones de los hijos de los migrantes”, recalcó. 

Además, indicó que a través de los seis capitulo del libro, “se expone cómo los cambios generados por el modelo económico liberal han afectado a las familias del campo que migran a la ciudad, y como los jóvenes que nacen han tenido que forjar una identidad y cultura distinta, incluso paralela a la de sus padres para ser aceptados en la ciudad y sobrevive en ella, ante los discursos de exclusión y discriminación a los que son sometidos”. 

Así planeta cómo la falta de educación para este grupo marginado dificulta poder encontrar un trabajo bien remunerado y justo que les posibilite una mejor calidad de vida. 

“Las problemáticas que surgen en el sur han surgido de esta estructura que históricamente los ha sometido y determinado sus condiciones de existencia”, recalcó. 

Violeta Guzmán comentó que, como investigadores con compromiso social, uno de los objetivos fue retribuir alguna forma a la sociedad con la idea de que los resultados de las investigaciones sirvieran para generar políticas públicas que estén orientadas a la juventud y mejorar sus condiciones de vida en lo posible.

 

Edición: Laura Espejo


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