Foto: Instagram @laretorno

¿Son las plataformas de venta de segunda mano parte del futuro sustentable? Promotoras de proyectos de venta ropa responden que sí.

Hoy en día, la venta y compra de ropa de segunda mano ha aumentado, cada vez vemos a más personas enfocadas en este sector, ya sea porque es más económico o porque es una opción sustentable ante la creciente industria de la moda que daña el medio ambiente.

Varias personas venden ropa de segunda mano a través de plataformas en línea, redes sociales, en tianguis, mercados, bazares u otros espacios, algunos optando por transformarlas para darles una nueva vida. No obstante, también es responsabilidad de los consumidores decir no a la moda rápida.

La Retorno Ropería es un proyecto de rescate, reutilización, reparación y transformación de prendas y accesorios, cuyo objetivo es producir reflexiones en torno a la sustentabilidad, la construcción de narrativas personales y la posibilidad de convertirnos en consumidores más conscientes.

Daniela Camacho, fundadora de la empresa, comenta que ésta nace de la incomodidad: “Del malestar personal y colectivo por los daños irreversibles que estamos haciéndole al planeta y a nosotros mismos”.

Nace también del deseo, agrega, de la voluntad de compartir una alternativa que vuelve común lo individual, en un espacio de respeto y apreciación por todos los cuerpos que, juntos, celebran la indeterminación, la diversidad y el cuidado.

¿Cómo se puede tener una industria de la moda más sustentable y amigable con el medio ambiente?

Para Daniela, la respuesta no es sencilla, si así fuera quizá los cambios necesarios ya se habrían acelerado, pero es complejo. La apuesta de La Retorno, resalta, es por la reducción de daños.

Sin embargo, indicó que si tenemos el privilegio de poder elegir, entonces la moda también es una herramienta política y hay que usarla responsablemente.

“Los cambios de perspectiva son cambios de hábitos y esto es importante: podemos usar lo que ya tenemos por mucho más tiempo, comprar menos, elegir materiales menos tóxicos, intercambiar nuestras cosas en grupos de amigos, eventos, etcétera.”, manifestó.

A su vez, según expuso, hay que preguntarnos de dónde vienen las prendas que estamos adquiriendo y entender que la industria de la moda rápida se sostiene del trabajo esclavo, así que elegir piezas más duraderas, hechas localmente, o alargar la vida de ropa que ya fue usada son formas de reducir, un poco, la velocidad apabullante con la que estamos contaminando mares, ríos, selvas, bosques, el aire.

“Si como consumidores decimos no a esa imposición de derroche, exceso, explotación e indiferencia, las grandes industrias tendrán que hacer algo”, subrayó.

¿Cómo se puede lograr un consumo más responsable y consciente y por qué es necesario?

Daniela responde de manera sencilla, pero contundente: “Practicándolo. Por contagio. Compartiendo en nuestros círculos afectivos, de influencia, la urgencia de pensar en las consecuencias de cada compra que hacemos”.

De acuerdo con la artista, la búsqueda de nuestras identidades y las forma en que queremos expresarlas es fundamental; permite rebelarnos, producir autonomía, construir un estilo personal más ético, que desobedezca el mandato del capital, los cánones de belleza y el ritmo de consumo aceleradísimo que solo beneficia a las grandes empresas. Esto es necesario porque la devastación es inminente.

¿La ropa de segunda mano es una alternativa para poder conseguir lo anterior?

Es una alternativa de muchas, claro. Que debe, también, asumirse con responsabilidad. ¿Por qué? Porque usar lo que ya existe, dar una vida más larga a las prendas que ya circulan y que alguien más ya remplazó, significa que podemos retrasar el momento en que todo ese textil (en su mayoría plástico teñido con materiales tóxicos) llegará a nuestros montes, ríos, mares o bosques en forma de basura. Puede, eventualmente, reducir la velocidad a la que las grandes industrias de la moda producen, masivamente, más y más ropa, pues los consumidores estaríamos usando lo que ya existe, comprando menos esas nuevas producciones y tendrían que ajustar su oferta, su ritmo.

Es una contribución mínima, pero importante. Sin embargo, no es una práctica sin riesgo, se corre la tentación de comprar más porque los precios son más accesibles, de esa manera repetimos el círculo del hiperconsumismo y, al no usar todo lo que compramos, puede acabar, rápidamente, en la basura, ¡total, costó poco dinero! La toma de consciencia en este punto es muy importante.

¿Cuales son los beneficios para el planeta y el medio ambiente?

Entre muchos otros, reducir el tamaño (con todo lo que implica) de los basureros. Con esto se protege la vida silvestre, el suelo, el aire. Se reducen también el consumo de agua, la contaminación por químicos, la cantidad de desperdicios. Se cuestionan sistemas de explotación y trabajo esclavo.

Esto es muy importante porque la justicia social también hace parte fundamental de la sostenibilidad de la vida.

Aquí puedes encontrar mayor información. 
 

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