Colibrí tijereta, al borde de la extinción por depredación de su hábitat en Yucatán

Doricha eliza / Colibrí tijereta mexicano

Tamaño: Entre 9.5 y 10 centímetros

Hábitat: Litorales de Yucatán y Veracruz

Alimentación: Néctar y pequeños insectos

Amenazas: Depredación de su fuente de alimento

Reproducción: Ovípara

No se sabe cuántos colibrís tijereta mexicanos queden en Yucatán, pero sí que sus poblaciones se han reducido drásticamente en los últimos años. Lo anterior, fundamentalmente, a razón de una expansión de la actividad turística sin un enfoque que contemple la sustentabilidad. La esperanza de esta ave colorida radica hoy, en gran medida, en la voluntad ciudadana.

El colibrí tijereta mexicano (Doricha eliza) está en peligro de extinción. En la NOM-059 así se categoriza y en la Norma de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés) figura como una especie casi amenazada.

“Es decir, que sus poblaciones, lamentablemente, están en descenso. No podemos inferir cuándo va a desaparecer, pero es un hecho que su permanencia en sus hábitats es cada día más complicada”, detalló Gilberto González Kuk, coordinador del programa de Aves Urbanas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Esta ave, abundó, se distribuye únicamente en dos partes de México y la población más importante se encuentra en el litoral norte de Yucatán. También, en menor escala, dijo, se puede ubicar en algunas zonas céntricas del litoral del estado de Veracruz.

“Sus hábitats preferidos son los matorrales, manglares, selvas y vegetaciones que tengan un buen grado de conservación”, afirmó.

La costa, señaló Gilberto González, está cada vez más poblada, lo que genera una mayor expansión urbana y, a su vez, propicia que los colibríes puedan observarse incluso en los jardines de las casas o complejos veraniegos.

El experto en aves detalló que existe una curiosa característica en estos ejemplares, la cual suele pasar desapercibida. Se trata de aves apodiformes, es decir, se caracterizan por sus patas cortas, como las golondrinas. 

“Como tienen las patitas muy chicas, a diferencia de otras aves que pueden caminar normalmente sobre el suelo, ellas no pueden, y pasan la mayor parte del tiempo volando o reposando sobre una rama”.
 

Vuelos invertidos

Una de las ventajas de este rasgo en los colibrís tijereta, comentó, es que son aves poseedoras de grandes aptitudes para desplazarse, que otras no tienen: pueden volar hacia atrás.

Los machos y las hembras, explicó, presentan características morfológicas distintas. El macho luce un color verdoso y la garganta color rosa brillante; mientras que la hembra es más pequeña y de un tono más blanco. Ambos se denominan “tijereta” por su cola bifurcada.

La dieta de esta especie está compuesta básicamente por néctar procedente de varias plantas nativas, aunque también suelen complementarla con insectos pequeños tales como mosquitos y otros que sean capaces de digerir.

En cuanto a su reproducción y anidación, González Kuk expuso que suelen efectuarla de agosto a abril y buscan hacer sus nidos en zonas altas. En la costa, sostuvo, es común ubicarlas en las partes altas de las palmeras o en arbustos de talla media.

“Otra de sus características principales es que buscan especies (de flora) con espinas cuando anidan, esto para proteger a sus polluelos; para que no cualquier depredador pueda subir por aquellos troncos espinosos”.

Estas aves, prosiguió el ambientalista, usualmente ponen hasta dos huevos, de los cuales sólo uno suele sobrevivir a la etapa adulta. Su migración, acotó, es local.

Amenazas

Los colibrís tijereta mexicanos, reiteró el coordinador de la Conabio, están en peligro de extinción a razón de una amplia diversidad de amenazas. La mayor, condenó, es la degradación de su hábitat en diferentes “presentaciones” como deforestación, expansión urbana y cambios de uso de suelo. 

En Yucatán, puntualizó, uno de los retos a los que se enfrentan las poblaciones de estas aves radica en el desarrollo turístico que propicia una expansión inmobiliaria desmedida, deforestación y la pérdida de las dunas costeras.

“Eso, asociado a que se pierden especies de plantas nativas. Es muy común que cuando se expande la parte turística se remueva la vegetación nativa para que planten otras ‘exóticas’ como palmas reales. Especies estéticas, pero sin funciones ecológicas importantes”.

Entonces, aclaró, al colibrí no solamente lo amenazan las expansiones turísticas, sino también el hecho de que se remueva la flora que conforma su dieta. Se trata de una serie de factores en cadena, apuntó. “Un círculo vicioso”.

No se sabe a ciencia cierta cuántos ejemplares de colibrí quedan en el estado. Es por ello, precisó el maestro González, que su monitoreo y conservación es imprescindible para mantener el equilibrio medioambiental en la zona. 

La cifra de colibrís restantes, manifestó el experto, seguramente ha disminuido exponencialmente considerando la velocidad a la que ha crecido dicha zona de la península porque, además, sólo viven de tres a cinco años, agregó. 

“Hay una falta de conciencia, la gente no está sensibilizada. Incluso intentan capturarla”, lamentó.

Jardines polinizadores, la esperanza

Para evitar la extinción de los colibrís tijereta, motivó Gilberto González Kuk, se pueden tomar varias medidas de conservación, no sólo las que van desde estudios científicos a monitoreo, aclaró: la ciudadanía puede apoyar en esta empresa.

Esto, dijo, puede ser a través de la instalación de jardines para polinizadores, una iniciativa que a últimas fechas se ha estado impulsando a partir de diferentes ámbitos; e incluso ha propiciado que se convierta en una estrategia nacional.

Parques, escuelas y viviendas particulares pueden contribuir a la preservación de los colibrís sembrando especies nativas como ciricote, flor de mayo, tsitsilché, jabín, kitan ché, flor de tajonal y anacahuita, por mencionar algunas. 

“Estos son únicamente ejemplos. Lo recomendable es que la gente que quiera establecer sus jardines para polinizadores se acerque a especialistas en la materia. También pueden consultar a instituciones dedicadas a ello”, exhortó finalmente.

Como cada semana, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Estefanía Cardeña