''Somos personas vulnerables'': profesionales de la salud reflexionan en día del psicólogo

Las y los psicólogos igual necesitan darse un tiempo para descansar, sanar, conocer sus limitaciones para seguir con sus labores terapéuticas. Son seres humanos que cometen errores. Se desgastan y también se deprimen. Experimentan emociones como cualquier otra persona.   

Al estar en contacto con sus pacientes, al escuchar sus experiencias se pueden sentir identificados. Se ven reflejados en sus vivencias. Revivir heridas y dolores del pasado que no han cicatrizado por completo. También son personas vulnerables. “No somos máquinas”. El sistema igual les atraviesa, viven problemáticas similares a sus pacientes.   

 Ahí es cuando deben adoptar diversas estrategias para manejar sus emociones y que esto no interfiera con el bienestar de sus usuarios. Ejercer su derecho a estar bien y a ser seres humanos y quitarse la piedra de que “debemos ser perfectos”. Saber pedir ayuda. Y decir este tema no pudo manejarlo, con el fin de estar mejor y brindar un mejor acompañamiento.   

“Tengo muchos años y he vivido situaciones de la vida y he tenido que tomar una pausa, sanar y volver”, reconoce la doctora Patricia Gili López, ex presidenta del Colegio de Psicólogos de Yucatán.   

Especialistas de la psicología comparten sus experiencias en torno a su labor, los retos y el panorama actual que enfrenta la profesión

Gili López indicó que las y los psicólogos son seres humanos comunes, que no son ni tienen una vida perfecta; seres humanos comunes con “nuestros propios demonios y miedos”.   

Por llo tanto, de acuerdo con la también presidenta de la Federación de Colegios de profesionales de Yucatán, deben tener las herramientas adecuadas para gestionar estas emociones y estar sanos; y que esto no interfiera en el tratamiento con su pacientes.  

“Es importante resaltar que usamos métodos y herramientas de entrenamiento de distintos tipos para mejorar o aumentar el bienestar emocional en nosotros mismos”, destaca. Entonces esto nos ayuda a ser mejores profesionales y hacer mejores seres humanos.   

A veces, detalla la psicóloga, estamos en presencia, lo que se conoce como “la transferencia”, es decir cuando se sienten emociones o cuando se identifican con algo que está trabajando el paciente, por lo cual, esto deben adoptar conciencia de lo que hay detrás de nuestros propios síntomas, desde el momento en que se crea una relación terapéutica.   

¿Qué hacer ante esta situación, cómo afrontarlo para que no repercuta en sus pacientes?  

Es prioritario, expuso, nuestra salud mental para poder brindar un servicio óptimo y objetivo donde no se involucren nuestras emociones en el proceso.   

“Es muy importante que estemos centrados, sanos, que nuestros propios problemas de la vida cotidiana, lo tengamos trabajado para que esto no afecte nuestro propio proceso terapéutico”.   

“Loa psicólogos clínicos que nos dedicamos al ejercicio de la psicología tenemos que tener un proceso terapéutico para canalizar la problemática que vivimos y trabajar en nuestra residencia”, añade.   

La especialista comparte una experiencia cuando estuvo trabajando en estudio de investigación para su examen de grado de maestría de Salud Pública, donde realizó una investigación sobre factores psicosociales del suicidio en Yucatán post pandemia, iba a las casas donde se había suicidado una persona y se entrevistaba con la familia; “cuando ya íbamos por como por 25 entrevistas, yo tuve que parar. porque ya sentía que ella mi salud mental estaba en riesgo, me estaba lastimando toda esa problemática y es ahí cuando tienes que saber hacer la pausa, recuperarte y volver otra vez a la trinchera”.   

“No podemos permitir que estas situaciones nos rebasen porque terminamos enfermos”, agrega.   

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Somos personas vulnerables, no somos máquinas

Parala psicóloga Nallely Barrera Acosta; “al trabajar con personas, eso nos hace también vulnerables, nos hace que también las historias nos impacten”.   

En su caso, explica, trabaja desde la psicoterapia humanista, en donde el centro es que “somos personas, no podemos aislar este cerebro, este cuerpo y emoción del contacto con los usuarios”.   

Tenemos, precisa, técnicas que nos ayudan a posicionarnos en ser más consejeras u orientadores; pero al final “no somos máquinas”, les impactan las historias de las personas que les permiten acompañarlos.   

Como seres humanos, tienen otras relaciones más allá del espacio terapéutico que impactan sus vidas; pasan por esos procesos emocionales y psicológicos en donde es crucial que atendamos. “Yo apuesto porque todas las personas acuden a terapia, pero muchísimo más importante que las profesionales de la salud lo hagamos para poder tener un espacio de descarga emocional para poder organizar pensamientos; seguir desarrollándonos y así poder sentirnos bien y dar un impacto positivo a los pacientes”, expresa. 

Elías Alfonso Góngora Coronado, ex director del Centro de la Felicidad y Bienestar de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), coincidió: “No debemos olvidar que el psicólogo, la psicóloga es un ser humano y como ser humano pues tenemos puntos de fortalezas, pero también de vulnerabilidades y nos tenemos que preparar precisamente para dar lo mejor de nosotros”.  

El especialista añade: Tenemos que permitirnos el derecho a ser humanos, a quitar  el peso de decir: “tenemos que ser perfectos, nosotros somos perfectos o no necesitamos a alguien”.   

“Yo creo que tener esa humildad también en cualquiera de las áreas en las que estemos de decir que necesitamos ayuda, pedirla, hay que trabajar en uno mismo. No pensar que vamos a ser seres perfectos, pero si tratar de ser mejores”.   
 

Buscar el bienestar

Por lo tanto, señala que el profesional de la sicología debe dedicarles tiempo a ellos mismos; pues “mientras mejores seres humanos seamos, mejores profesionales vamos a hacer”.   

Por otro lado, el sicólogo comentó que se debe trabajar también en la prevención, y que muchas personas van al psicólogo cuando se sienten mal.   

“Como profesionales debemos dedicarnos a buscar el bienestar, a que las personas estén lo mejor posible; a promover su bienestar cuando están bien, porque a veces se confunde y se piensa que la persona solamente debe ir al psicólogo cuando está mal, pero realmente es un proceso educativo y de formación en el estilo de vida”, manifestó.   

 Esto ayuda mucho a evitar muchos problemas de salud mental, como el suicidio; no obstante, los profesionales de la salud muchas veces “llegamos tarde al problema” porque  se atiende cuando ya ocurrió cuando la persona ya intentó quitarse la vida.
 

Promover lo positivo

Una forma de prevención, según indicó, es la promoción de lo bueno, de lo positivo y la paz. “Que las personas estén en paz, la felicidad, el bienestar, trabajar en eso no solamente en resolver una situación difícil”.  

Muchas veces, añadió, dejamos de ver otras cosas que son importantes, tenemos que cerrar el círculo, atender la adversidad, pero también generar el bienestar.

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Edición: Fernando Sierra