A través de un comunicado, a nombre de las Comunidades Mayas de Los Chenes, expresan su descontento y repudio contra el juez Sexto de Distrito, Francisco Javier Rebolledo, por otorgar lo que calificaron como “un permiso de evasión” a la transnacional Monsanto para introducir el glifosato a distintas zonas del país, entre ellas, la región de Los Chenes en el estado de Campeche.
“Manifestamos nuestro rechazo ante la suspensión provisional otorgada a Monsanto contra el decreto presidencial que busca eliminar el herbicida glifosato y el maíz transgénico. Proclamamos que la decisión del juez Sexto de Distrito en Materia Administrativa, Francisco Javier Rebolledo, pone en riesgo el derecho humano a la alimentación, al agua, a un medio ambiente sano y a la salud de la población, además que es contraria a los requisitos establecidos en el artículo 138 de la Ley de Amparo”, destacaron.
Hicieron un llamado a recordar la recomendación 82/2018, emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que evidencia los daños ocasionados por los plaguicidas altamente peligrosos, entre los que destaca el glifosato, y la cual fue aceptada por todas las autoridades responsables.
Destacaron que el uso de dicho herbicida, aunado con el modelo de desarrollo agroindustrial, ha generado en el territorio maya una crisis ambiental que repercute de manera sistémica en diversas dimensiones, como son la afectación de la apicultura, la contaminación y escasez del agua, la deforestación y los daños en la salud de las comunidades, que atenta con el buen vivir.
Señalaron que el municipio de Hopelchén actualmente es reconocido a nivel internacional por la grave situación ambiental que afecta a las comunidades mayas que habitan el territorio, mismas que derivan directamente de un modelo de producción agroindustrial basado en el uso indiscriminado de agrotóxicos y semillas transgénicas las cuales están prohibidas en todo el país.
Las afectaciones por el uso excesivo de sustancias tóxicas en el municipio abonan a un modelo de desarrollo que afecta directamente la salud humana, los mantos acuíferos, las fuentes de vida y la biodiversidad, entre ellas las abejas y los polinizadores, que cumplen un rol vital para la preservación de la selva y permiten la generación de ingresos económicos a cientos de familias mayas que dependen directamente de la actividad apícola.
También recordaron que desde el año 2012, las comunidades mayas lidian una ardua batalla contra la agroindustria y la siembra de transgénicos en el territorio. Del 2001 a 2020 Hopelchén perdió un estimado de 213 mil hectáreas de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución de 19 por ciento de la selva desde el año 2000, y al 54.0Mt de las emisiones de CO₂.
Finalmente, hay que recordar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desde 2015 confirmó que la siembra de transgénicos y el uso de glifosato podrían causar un impacto significativo en la vida y entorno.
Edición: Laura Espejo
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