En la Sierra Gorda de Querétaro los restos de una pequeña niña de alrededor de dos años y medio de edad fueron encontrados dentro de una cueva por los pobladores de la zona en el año 2002.
El cuerpo se encontraba momificado, situación que extrañó a los descubridores, quienes, sin querer, encontraron a una de las momias más antiguas identificadas en México.
Se trata de Pepita, una momia infantil que tiene aproximadamente 2 mil 300 años de antigüedad.
Fue la misma gente que la encontró la que la llamó Pepita, nombre con el cual todavía es identificada.

Pepita fue encontrada en la zona arqueológica de Toluquilla y con ello se pudo revelar que los asentamientos humanos en la región ocurrieron antes del tiempo que se había estimado.
La momia mide 45 centímetros y se encuentra hiperflexionada.
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aseguran que la niña pudo haber fallecido por problemas respiratorios, como una enfermedad pulmonar o por una infección intestinal.
 
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