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La Jornada Maya
26/06/2025 | Ciudad de México
Con información de Efe y La Jornada
Entre aves, jaulas y caballos, manifestantes de diferentes localidades de México marcharon este jueves para defender que “el gallo nace para pelear” y que esta es una “tradición” que persiste en los pueblos y rancherías a diferencia de lo que se ve en Ciudad de México, donde se aprobaron “
las corridas de toros sin sangre”.
Esta reforma, impulsada el pasado marzo por el Congreso de la capital mexicana y respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum excluye la prohibición de las peleas de gallos debido a que según la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso capitalino esta actividad sí demuestra “un arraigo cultural” en algunas alcaldías de la metrópoli y requiere de consulta.
Bajo ese contexto y para evitar la prohibición de esta “actividad gallística”, como ha sucedido en los estados de Veracruz y
Quintana Roo, criadores de esta ave que integran la organización Tradiciones Unidas Por México A.C. se unieron en una marcha nacional en defensa de las ferias, palenques y las peleas de gallos, prácticas que consideran parte fundamental de la cultura mexicana.
Los manifestantes exigen respeto a sus costumbres y la apertura de espacios en el Senado y Congreso para presentar iniciativas legales que protejan este tipo de prácticas.
La movilización se realizó desde el Palacio de Bellas Artes hasta el Zócalo de la CDMX, donde pidieron que se escuchen todas las voces ante los llamamientos a su cancelación por parte de los defensores de los animales.
Ese es el caso de Francisco Baluarte, originario del Estado de México, lugar donde tiene su criadero de pelea desde hace 9 años que quiere seguir trabajando, así como lo hacen otras dos millones de personas a través de empleos directos e indirectos en el país.
“Si solo vamos a escuchar a la gente de las ciudades o en edificios es muy difícil que obtengamos el verdadero valor del gallo de pelea, para hacer una verdadera consulta se tiene que ir a todos los pueblos porque estas aves están desde el valle más profundo hasta la sierra más alta”, destaca.
Baluarte también resalta que la verdadera “defensa de los animales” debería permitir la “evolución de la especie”, ya que “el gallo de pelea tiene una naturaleza propia y si la presidenta o cualquier ciudadano quisiera aprender de gallos, tiene que ver que hay pollos recién nacidos de uno o dos días peleándose entre ellos”.
De igual modo se expresa José Antonio Villa Landeros, quien lleva 15 años criando esta ave para su combate en Guanajuato, uno de los estados que más presencia han tenido en esta movilización.
Villa Landeros apunta que el criador no incita al gallo a estar a la defensiva, que este ya “nace para pelear” porque “lo trae en sus genes”.
"No hacemos maltrato animal"
En esa misma línea, Mario Delgadillo, que se dedica a la misma actividad en el municipio de Tepotzotlán, afirma que “hay mucho desconocimiento” sobre este animal y del entorno relacionado con la tauromaquía, una actividad que no practica pero que también viene a defender en esta marcha.
También ha invitado a Sheinbaum a visitar “las galleras” para que vea “las condiciones en las que se encuentra el pollo desde que nace” porque muchas veces “comen hasta mejor que nosotros”, dice.
“No hacemos maltrato animal e incitamos a que esta labor sea reconocida como patrimonio cultural inmaterial”, remarca.
Las peleas de gallos en México han sido reconocidas como patrimonio cultural inmaterial en los estados de Hidalgo, Aguascalientes, Nayarit, Tlaxcala y Zacatecas al apelar a la tradición y a los ingresos económicos que generan.
En México existen más de mil 200 clubes y asociaciones de criadores de gallos de pelea que celebran alrededor de tres millones de peleas de gallos al año, para las cuales se necesitan unos 40 millones de aves de combate.
Edición: Mirna Abreu