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La Jornada
11/09/2025 | Ciudad de México
Alonso Urrutia y Alma E. Muñoz
México, el país con mayor consumo de bebidas azucaradas en el mundo, registra un promedio de 166 litros por persona al año, cifra que ha contribuido a que cada año ocurran 100 mil muertes a causa de enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de azúcar, como la diabetes, el sobrepeso y la hipertensión, señaló el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark.
Durante la conferencia presidencial, se explicó que el aumento del impuesto a los refrescos es una política pública eficaz para reducir su consumo, tal como se ha demostrado en los 119 países que lo aplican. En el Reino Unido, por ejemplo, tras implementarlo en 2018, el consumo de refrescos se redujo en 30 por ciento; en Sudáfrica, el descenso fue de 29 por ciento, y en Chile, de 21 por ciento. Estas cifras demuestran que la medida cuenta con una “evidencia global contundente” para inhibir este consumo y salvar vidas.
Clark indicó que el consumo de refrescos, tanto azucarados como con edulcorantes, es una de las principales preocupaciones de salud porque genera obesidad. En México, una de cada tres personas padece este problema.
Asimismo, señaló que una de cada tres muertes se debe a infartos, hipertensión y diabetes, padecimientos asociados al consumo de refresco que, si bien no es la única causa, constituyen un “motor silencioso de muerte”.
El subsecretario añadió que en los años 80 la diabetes no era considerada una epidemia, pero ahora sí, pues el 18 por ciento de los adultos mayores la padece, mientras que uno de cada tres tiene hipertensión. Destacó también que la tasa de muertes por enfermedades del corazón se ha triplicado.
Afirmó que la evolución de estas enfermedades asociadas al consumo de productos ha provocado que las muertes por esta causa se tripliquen: en 1980, 60 de cada mil muertes estaban vinculadas a la diabetes y actualmente son 163 de cada mil.
Señaló que con esta medida se proyecta una reducción del 7 por ciento en el consumo de refrescos y, con ello, se podría comenzar a revertir la tendencia ascendente en la incidencia de estas enfermedades. Destacó que el impuesto a los refrescos en México comenzó en 2014 y, en un principio, generó un descenso en su consumo, pero ahora se busca una reducción de hasta el 10 por ciento, ya que en el país se consumen 24 mil millones de refrescos al año.
Clark mencionó que, aunque no es el objetivo principal, se estima que el impuesto generará alrededor de 41 mil millones de pesos que se destinarán a fortalecer las políticas del sector salud.
Por su parte, el secretario de Salud, David Kershenobich, destacó que en paralelo se intensifican las estrategias preventivas para desalentar el consumo de refrescos y fomentar la conciencia sobre las medidas para cuidar la salud.
Edición: Emilio Gómez