Opinión
Normando Medina Castro
15/01/2025 | Chetumal, Quintana Roo
Cualquier marca exitosa basa su éxito en ciertas características propias para distinguirse de sus competidores y determinadas bondades que la hacen deseable para quienes deciden darle sus preferencias, por lo que sin el cumplimiento de ambas condiciones sobreviene el desgaste y el fracaso. En política ocurre lo mismo y los partidos políticos que incumplen con su esencia terminan en el “basurero de la historia” como el PRI, PAN, PRD y existe el riesgo ineludible para el Movimiento de Regeneración Nacional, cuyo ascenso y caída pueden ser igual de acelerados.
Andrés Manuel López Obrador creó una marca exitosa que levantó las expectativas junto con las esperanzas de la inmensa mayoría de las mexicanas y mexicanos que se sintieron identificados con un cambio que quitó el énfasis del gobierno en las cúpulas y se lo dio a los menos favorecidos, con un compromiso ético moral de cero corrupción y una plataforma conceptual que resumió en el humanismo mexicano.
“No somos iguales”, aseveró una y otra vez AMLO, pero en los hechos su pragmatismo y la necesidad de alcanzar un rápido avance territorial lo obligaron a aceptar en sus filas a gente con prácticas diferentes a las que su marca exigía. Hoy convertido en partido hegemónico es fundamental que la marca depure a quienes empoderó y les exija el cumplimiento de las condiciones esenciales que los distingan, los hagan diferentes de las mujeres y hombres que usufructuaron el poder en el régimen anterior.
Uno de los aliados de la marca Morena es el Partido Verde Mexicano, cuya ideología es sacar provecho personal del poder. Son lo opuesto a la marca Morena. No buscan ni buscarán cambiar. Apuestan a la simulación, a la demagogia, a mentir, robar y traicionar. Así lo hicieron cuando fueron aliados del PAN y del PRI. ¿Qué se puede esperar del Niño Verde Jorge Emilia González que no sea el chantaje? El choque de los verdes con la presidenta Claudia Sheinbaum parece inevitable.
En Quintana Roo las aguas de la política están agitadas, antes de manera soterrada y ahora abiertamente. La gubernatura la ganó Morena con Mara Lezama impulsada por el
Niño Verde Jorge Emilio González y sus 43 diputados federales indispensables para AMLO. En lugar de mesura, de equilibrios y de actuar como morenista, se quedó en el discurso y los eslóganes. Poder Judicial, Fiscalía, poder legislativo, organismos autónomos, municipios, estructura de gobierno estatal, son Verdes. Sin disimulo los negocios son primero. Más impuestos y cargas fiscales,
ley chaleco, licencias de manejo, leyes contra emprendedores, valuadores de terrenos del SAT QRoo que invalidan a los peritos particulares –es conflicto de interés cuando los poderosos del gobierno tienen inmobiliarias-,
ley de expropiación estatal conocida como “ley despojo” y un largo etcétera contrario a la 4T. En el informe de los 100 días de la presidenta Claudia Sheinbaum gobernadores y gobernadoras presumieron sus selfies con la mandataria en redes sociales, no faltaron los emecistas Pablo Lemus de Jalisco y Samuel Garcia de Nuevo León, el priísta Manolo Jiménez de Coahuila y hasta el cuestionadísimo morenista Rubén Rocha Moya de Sinaloa. Mara Lezama y sus publicistas armaron una campaña con fotos donde aparece con Andrés Manuel López Beltrán, como “prueba” de su morenismo. La ex alcaldesa panista Lilly Campos hizo lo propio con fotos al lado de Ricardo Monreal.
En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡Hasta la próxima!