Opinión
Margarita Robleda Moguel
24/03/2025 | Mérida, Yucatán
Es el título del libro de poemas que Angélica Santa Olaya, poeta, escritora, periodista, dramaturga, historiadora, maestra de la ENAH y de la Universidad del Claustro de Sor Juana, presentó el domingo pasado en la Feria Internacional de la Lectura, FILEY con el apoyo de Ileana Garma-Estrella.
Ante la pobreza del lenguaje que padecemos, la palabra morfología encendió mi curiosidad y el Diccionario de la Lengua Española disminuyó una decima de mi ignorancia. “Morfo y logía: Forma o estructura de algo”.
A Angélica Santa Olaya, la conozco desde hace muchos años, incluso en la pandemia tomé un taller a distancia de haikus, minúsculos poemas japones, de los que es experta y talentosa. Supe que a su esposo lo habían contratado en los Emiratos Árabes y pensé lo feliz que sería andar por esos lares tan sofisticados. Cuando estuve como turista me impresionó la visión del fundador y su sueño que hizo cantar al desierto. De como Dubái es un museo de edificios, obras de arte al aire libre, ya que invitaron a los mejores arquitectos del mundo a manifestar su talento.
Lo que nos narró nos cambió el panorama. Según esto, en 2010, la compañía Mexicana de Aviación dejó a 8 mil 500 trabajadores en la calle sin liquidación ni caja de ahorros. Investigando encontré una carta al presidente Calderón, donde el secretario general del sindicato contesta a las autoridades que la situación de la empresa se debía a la fallida administración de Gastón Azcárraga desde 2005, cuando el gobierno vendió Mexicana de Aviación a Grupo Posadas.
El golpe fue mortal. Las consecuencias devinieron en divorcios, suicidios, rompimientos, etc. Angélica nos platicó que ellos tuvieron suerte. Su marido, fue contratado por Emiratos Árabes para volar los aviones de su línea y la familia se trasladó a esa zona del mundo; el destierro forzado sumió a Angélica en una profunda depresión. “Me dolía mi país, en todo el cuerpo y en toda el alma”. Mencionaba en la presentación. “La cultura es la que nos sostiene a los que vivimos lejos. Nos ayuda a salir de todos los tropiezos”. De como se reunían de vez en cuando con compañeros en las mismas condiciones y realizaban trueques de los tesoros que lograban recibir o traer. El mole, achiote, tortillas, se volvieron oro. Cambió su visión de México.
Ella reconoce que la escritura la salvó. Al cabo del tiempo, estuvieron seis años, hizo una limpia de lo que consideró literatura de la infinidad de dolores que salieron en el proceso y nació Morfología de la Sed, que padecía.
EXORCISMO
En el lánguido rostro
de anémicas aceras
desfallecen los sueños
atorados en famélicas ventanas
que no atinan a clavar
el pespunte en la memoria
Aquí sólo persiste
el soplo que humedece
la matriz de la nostalgia
Se precisa un escape
alguna puerta o vuelo
que salga al encuentro
de la savia que exorcice
esta vampírica Sed
de volver a Ser
DEL ALMA
El alma ese pájaro emboscado
que sonríe con el buche lleno de púas
cuando sabemos que alguien nos espera
Allá -al otro lado del crepúsculo- y que el tiempo es un viejo reumático y sordo
que indiferente y desdentado
deshila sin prisa el atardecer
El problema no era únicamente la nostalgia de lo que dejó en la distancia, sino también la dificultad de compaginar las culturas para poder tener una mayor participación en su nuevo hogar. Recuerdo la sorpresa que me dio ver joyas que inician en la garganta y terminan en la cintura y se expandían hasta la espalda. Bordados en oro que nadie verá, al igual que el maquillaje, el tinte de pelo y todo lo que cubre una burka negra.
Una manifestación de alegría latina, de risas y miradas sonrientes, tan naturales en nuestra cultura, toca esconderlas, podría ser tomada como provocación pecaminosa y terminar en la mazmorra de la ley si la emisora no está acompañada de un hombre.
Angelica Santa Olaya, miembro del Comité Nacional de Evaluación de la Expresión Escrita en Educación Básica 2018 para el Instituto Nacional de la Evaluación Educativa (INEE). Ha sido publicada en numerosas antologías latino e iberoamericanas de microficción, cuento, poesía y teatro. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, catalán, italiano, portugués y rumano. ¡Felicidades!
Edición: Fernando Sierra