Carlos Águila Arreola
La Jornada Maya
Cancún, Quintana Roo
Domingo 5 de febrero, 2017
El 28 de febrero concluye la veda que por cinco años se impuso a la pesca comercial del caracol rosado en la península de Yucatán y el Caribe mexicano, después que llegó a estar en peligro de extinción debido a que pescadores furtivos llegaron a extraer hasta 100 toneladas al mes; sin embargo, la prohibición podría levantarse en breve.
El gobierno de Quintana Roo analiza volver a autorizar la captura del molusco enunciando su recuperación; sin embargo, especialistas e investigadores del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) advierten la necesidad de extender la prohibición dos años más porque “durante los cinco primeros años no hubo vigilancia para evitar la captura ilegal de la especie”.
La secretaria de Desarrollo Económico (Sede), Rosa Elena Lozano Vázquez, informó que el martes 28 de febrero concluirá la veda que por cinco años se impuso a la pesca comercial del caracol rosado en aguas de jurisdicción federal del litoral de Quintana Roo.
En ese sentido, la funcionaria dio a conocer que el gobierno estatal busca consensuar, con los organismos comprometidos con su protección, la adopción de mecanismos que permitan la reactivación de la economía de los pescadores del sur de la entidad, sin que se afecte la supervivencia y repoblación de la especie.
Recordó que la explotación excesiva del molusco lo había puesto en peligro de extinción, por lo que, desde febrero de 2009, el gobierno federal dispuso periodos temporales de protección, permitiendo su captura sólo por lapsos muy cortos al año.
“Luego, por decreto en noviembre de 2012, modificando su similar de 2009, se acordó la veda total por cinco años en la península de Yucatán y el Caribe mexicano. Posteriormente, en marzo de 2015, se puso en veda Banco Chinchorro, y la zona comprendida desde Punta Herrero –355 kilómetro al sur, al norte del puerto de Mahahual– a Bacalar Chico.
Lozano Vázquez señaló que aun cuando los estudios no han concluido, se puede identificar, de manera preliminar, un índice estimable de recuperación del molusco, y adelantó que a partir de 2018, y en lo sucesivo, está determinada la veda durante febrero, así como del 1 de mayo al 30 de noviembre de cada año.
No obstante, subrayó que el alcance de los términos y condiciones tendrá que determinarse por consenso entre las dependencias y órganos involucrados, así como las cooperativas pesqueras que han cooperado con las necesidades de los pescadores, que han resentido el impacto económico que supone la veda.
“La recuperación en los últimos cinco años favorece la posibilidad de generar mecanismos de captura controlada para beneficio de los pescadores, que podría proyectar la vigencia de una cuota de captura para las tres cooperativas del sur de Quintana Roo (“Andrés Quintana Roo”, “Langosteros del Caribe” y “Banco Chinchorro”), que suman en conjunto 120 pescadores.”
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