Sapo excavador mexicano, especie de hábitos fosoriales

Nombre científico: Rhinophrynus dorsalis

Tamaño: Entre 6 y 6.5 centímetros 

Características: Extremidades cortas, robustas y musculosas con sólo cuatro dedos

Hábitat: De siete a 15 centímetros debajo de la superficie

Ubicación: En el Golfo de México, de la frontera con Texas hasta la península de Yucatán y de aquí hasta Guatemala y Belice.

También conocido como rana boquita, sapo borracho, sapo de madriguera, sapo moi o uo much (en maya yucateco), el sapo excavador (nombre científico Rhinophrynus dorsalis), es una especie de anfibio perteneciente al orden anura de la familia Rhinophrynidae, un animal distinguido dentro de la península de Yucatán, resaltó Emmanuel Cambranis Cab, biólogo egresado de la Universidad Autónoma de Campeche.

Apuntó que aunque se le conoce como sapo, realmente es una rana, ya que no tiene glándulas parótidas como los sapos. Mide entre 6 y 6.5 centímetros de longitud y la hembra es sustancialmente más grande. La especie tiene un cuerpo globoso y flácido cubierto por piel suelta, mientras que su cabeza es pequeña y aguzada; tiene hocico truncado y cubierto con tubérculos sensoriales y ojos muy pequeños. No se distingue el cuello de la cabeza y no hay tímpano visible.

Rhinophrynus dorsalis tiene extremidades cortas, robustas y musculosas. Cada pie cuenta con sólo cuatro dedos apenas palmeados, superficie dorsal café oscuro o casi negro, con puntos dispersos y manchas en amarillo, amarillo naranja o naranja rojizo, especialmente a los lados. Una línea vertebral clara se extiende desde la cabeza hasta por arriba de la cloaca y el vientre es café oscuro, azul púrpura o gris. 

Refirió que esta especie es de hábitos fosoriales, por ello es conocido como sapo excavador mexicano, pues cava hacia atrás en espiral hacia abajo, por medio de grandes tubérculos queratinizados localizados en cada hallux (dedo gordo del pie) y en los metatarsos adyacentes. Cuando realiza su excavación desaparece rápidamente en la tierra donde se encuentra y puede cavar con las patas en forma alternativa o simultánea.

De acuerdo con el biólogo, estos sapos han sido localizados de siete a 15 centímetros debajo de la superficie durante la estación lluviosa. Construyen una pequeña cámara subterránea más o menos redonda, dentro de la cámara infla su cuerpo y se aprieta tan estrechamente que no puede ser desalojado a menos que una pared de la cámara sea completamente removida.

La boca del sapo excavador es pequeña y está rodeada de almohadillas amortiguadoras y un estudio reveló que cada célula alrededor de la boca del sapo excavador mexicano está armada con una punta de queratina, lo que probablemente protege la boca cuando el animal se empuja hacia adelante a través del suelo. Cuando se saca un sapo o cuando ellos salen a la superficie tienen la piel totalmente seca, puesto que su piel es altamente glandular y secreta gran cantidad de una sustancia blanca y pegajosa cuando se le molesta. Esta secreción puede servir como un mecanismo de defensa, porque se nota que causa una leve reacción alérgica. 

Cambranis Cab dio a conocer que en México esta especie se encuentra en una categoría de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010, considerada como sujeta a protección especial. Expuso que los principales factores que amenazan su permanencia son la fragmentación y pérdida de su hábitat por cambio de uso de suelo, el desarrollo urbano y la transformación de espacios naturales en caminos, potreros y áreas de cultivo. 

Informó que esta especie se distribuye desde Texas, Estados Unidos a Costa Rica, en Centroamérica. En México habita en el Pacífico desde Guerrero hasta la frontera con Guatemala, en Chiapas; en el Golfo de México, de la frontera con Texas hasta la península de Yucatán y de aquí hasta Guatemala y Belice.

Cuando se reproducen se escuchan a los machos emitir un fuerte sonido como “uooooooo”. Este canto es muy particular y se puede escuchar a grandes distancias, por esta razón el nombre maya para esta especie es “uo”. La reproducción es altamente sincronizada y parece coincidir con la primera lluvia de la temporada, lo suficientemente fuerte como para llenar las charcas donde se reproduce. Las charcas que usan por lo general se llenan a finales de mayo o principios de junio, permanecen así durante la estación lluviosa, aunque los sapos sólo se reproducen una vez a fines de mayo o comienzos de junio.

Por lo general, todos los renacuajos ya han sufrido metamorfosis hacia fines de julio y la mayor parte de los machos se aproximan solos a la charca temprano en la noche; alrededor de las 21:30 horas hasta un 80 por ciento de los sapos ya se han aproximado a la charca están en el amplexo (abrazo nupcial); las hembras cargan a los machos en sus espaldas.

En este tipo de sapo su amplexo es pélvico y tanto el macho como la hembra se sumergen para poner los huevos durante este tiempo, estos son expulsados uno por uno, pero con seis o 12 continuos en una sucesión rápida, pronto se hunden hasta el fondo. Inicialmente separados, los huevos pronto se tornan pegajosos en la superficie y se adhieren unos a otros para formar grupos.

El sapo excavador está especializado en consumir hormigas, presentando una lengua adaptada a dicha dieta y careciendo de dientes. Se alimentan en la noche de gran variedad de insectos, sobre todo de hormigas y termitas. Entre las ranas son los únicos en tener su lengua adjunta a la parte posterior de la boca (como los mamíferos), ya que en los demás anuros la lengua se adjunta en la punta de la boca y la vuelven hacia adelante y al revés cuando la usan para cazar.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!
 

Edición: Estefanía Cardeña