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Ana Ramírez
03/01/2025 | Cancún, Quintana Roo
El 2025 es un año de Jubileo o jubilar (que en la iglesia católica ocurre cada 25 años) y la Puerta Santa es su principal ícono, pasando a través de ella en los siguientes 12 meses los fieles podrán alcanzar la indulgencia plenaria, compartió monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de la Diócesis Cancún-Chetumal.
“Ustedes pueden ir y hacer esa visita a la iglesia, confesándose, escuchando la misa, rezando Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Credo y ganan una indulgencia, que quiere decir una purificación, un perdón de la pena. La indulgencia es la revisión ante Dios de la pena temporal de los pecados, ya perdonamos, o sea, cuando nos confesamos nos perdonan los pecados, la culpa, pero la indulgencia es ese perdón y esa remisión también de la pena”, indicó.
Explicó que es un momento de purificación e indulgencia en el que a la par de la apertura de la Puerta Santa en el Vaticano se abren las de las diferentes catedrales e iglesias católicas en todo el mundo. En el caso de Cancún, desde el pasado 29 de diciembre de 2024 están abiertas las puertas de la Catedral de Cancún, del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y el de Desatadora de Nudos.
En Cozumel está la iglesia de San Miguel, en Playa del Carmen la de Nuestra Señora del Carmen, en la zona maya está la Santa Cruz de Felipe Carrillo Puerto y en Chetumal el santuario del Sagrado Corazón, a los cuales se puede acudir para lograr esa indulgencia plenaria para los vivos y los difuntos.
“El Santo Padre abrió en la Basílica de San Pedro la Puerta Santa, es un símbolo y es una tradición antiquísima desde antes del Antiguo Testamento, el Año Jubilar era algo que ellos establecieron y esa tradición se pasó al cristianismo. Entonces se trata de que cada 25 años hay un año jubilar, la puerta es Cristo, es la puerta de la salvación, se abre la puerta para que entren a la conversión, a la salvación, a la sanación, es un símbolo”, explicó el obispo.
El papa Francisco, dijo, quiere que sea una experiencia profunda de conversión y de confesión de los pecados y es una tradición antiquísima, que trae un mensaje muy actual y muy urgente, que quiere decir en pocas palabras “déjate reconciliar por Dios, deja que Dios te perdone, te limpie, te purifique, te sane”.
“Y el Jubileo es porque es una gran alegría y el gusto de ir dándole gracias a Dios también por las cosas buenas que nos ha dado y recordar con el corazón todas esas bendiciones que hemos recibido, esa historia personal de dar las gracias y alabar, hacer reverencia, adorar a Dios Nuestro Señor”, afirmó monseñor.
Edición: Ana Ordaz