A la comunidad de Caanlumil, en el municipio Bacalar de Quintana Roo, no llega la señal de televisión ni mucho menos internet; el programa de Aprende a Casa es imposible de aplicar, por lo que docentes de la Telesecundaria “Juan Escutia” han organizado estrategias para que nadie se quede al margen de la enseñanza. El director del plantel, Isaac Alvarado Alcocer, afirma que en coordinación con la Asociación de Madres y Padres de Familia se han organizado para recibir las tareas a fin de cubrir los contenidos escolares.
Caanlumil es una comunidad de refugiados guatemaltecos fundada hace 35 años junto con otras como Miguel Hidalgo, Kuchumatán y Maya Balam, pero con menos servicios. Las escuelas cuentan con internet gratuito sólo cuando están abiertas y para acceder a él los estudiantes tendrían que alquilarlo por hora.
La localidad, ubicada a 75 kilómetros al norte de Chetumal, tiene un plantel de prescolar del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), primaria y telesecundaria, todos multigrado: un solo docente atiende a niñas y niños de hasta tres grados escolares.
Alvarado Alcocer atiende el grupo de primer año de telesecundaria y además hace labores directivas del plantel mientras que otro docente cubre el segundo y tercer grado. En total hay 30 estudiantes de entre 11 y 16 años. El personal de la escuela determinó organizarse con la Asociación de Madres y Padres de Familia para entregar actividades los días lunes.
“Cada escuela va a terminar determinando qué hay que hacer porque no hay una generalidad en cuanto a que todos puedan aprender o tener acceso a un televisor o internet, y es muy complicado porque el internet en las comunidades cuesta 10 o 12 pesos la hora, hay tele pero no hay sistemas de cable o señal abierta en algunos casos”, señaló el director.
Apuntó que determinaron dejar con la asociación de padres de familia las tareas con los nombres de cada estudiante y serán ellos quienes cada semana entreguen la de la semana anterior y recojan la nueva. “Es la única forma que podemos garantizar que los muchachos van a tener acceso a los materiales escritos con indicaciones y ejemplos en tanto llegan los libros”, indicó.
Aseguró que es importante “no atiborrar” a los estudiantes, puesto que al no haber explicación de los temas no se puede apelar al entendimiento, sobre todo considerando las características de los estudiantes, cuyos padres y madres en muchos casos no saben leer ni escribir.
Edición: Elsa Torres
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