En julio, cadena de taquerías en Yucatán abandonará uso de unicel

Lilia Balam
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 13 de junio, 2019

Aunque supuso una mayor inversión para el Corporativo Gamas, los restaurantes “Los Trompos” iniciaron desde hace un año su transición del plástico y el unicel a productos biodegradables o amigables con el ambiente. Aunque la reforma de la Ley de Manejo Integral de Residuos Sólidos establece un plazo de 24 meses para que se dejen de usar los artículos de unicel en los establecimientos, “Los Trompos” prevén abandonarlos a finales de julio, informó el gerente de Expansión y Proyectos del Corporativo, Sergio Franco Cruz.

[b]Poner las barbas a remojar[/b]

De acuerdo a Franco Cruz, el corporativo comenzó a tomar cartas en el asunto cuando en estados como Quintana Roo o Baja California se comenzaron a presentar iniciativas para regular el uso de plásticos.

En el 2018 sumaron a los restaurantes “Los Trompos” a la campaña cero popotes y en lugar de ofrecer esos artículos a sus clientes, les entregaban las bebidas con removedores elaborados con fécula de maíz.

Hoy en día se calcula que el manejo de popotes disminuyó 80 por ciento en todos los establecimientos. “Ya ni siquiera estamos comprando, sólo tenemos algunos guardados porque hay gente que quiere seguirlos utilizando. Los resguardamos en un lugar especial para que no sean de uso común”, explicó el gerente.

De igual forma, buscaron un proveedor local para dejar de utilizar bolsas de plástico y comenzar a entregar la comida para llevar en bolsas que contienen 30 por ciento de PLA, un componente que permite que se degraden en 18 meses y no en 36, como las plásticas. Dichas bolsas tienen diseños que animan a la población a reutilizarlas, se invita a que se les dé un segundo uso.

Actualmente, el 50 por ciento de las 21 sucursales de “Los Trompos” ya operan esas bolsas, ya que el proveedor aún está por surtir unas de mayor tamaño.

Por otro lado, a finales de julio la empresa “migrará” del unicel a los empaques de cartón corrugado, acompañados con papel encerado biodegradable. Al igual que las bolsas, en la caja se señalará que el artículo cumple con los objetivos de desarrollo sustentable marcados en el Plan 2030.

“Esperamos para ese entonces que en un gran porcentaje dejemos de emplear el unicel, haremos el cambio paulatinamente”, indicó Franco Cruz.

[b]Precios de los platillos[/b]

Aunque para el corporativo la ley anti plásticos es “beneficiosa en general” y supone un paso importante para hacer de la agrupación una compañía sustentable tanto económica como socialmente, tomar las medidas pertinentes para acatar las nuevas disposiciones sí implicó una mayor inversión.

Por ejemplo, el precio de las bolsas supuso un incremento del 100 por ciento y en el caso de las cajas del 300, pues lo que cuesta un empaque de cartón equivale a 10 contenedores de unicel. Por ello, era necesario que la ley diera plazos razonables para que los empresarios del sector pudieran encontrar proveedores de artículos biodegradables, ya que actualmente la oferta tanto en el estado como en el país es limitada, explicó el gerente.

“En México no hay suficientes proveedores. Nosotros hicimos pruebas con diferentes productos de varias partes del país pero el costo era mucho más elevado. Los propios proveedores comentan que conforme vayan saliendo al mercado productos que ellos puedan obtener local o nacionalmente, el precio irá bajando. Las leyes marcan tiempos y suponemos van de la mano con que los proveedores tengan los insumos”, sostuvo.

Sin embargo, nada de esto se traducirá en el aumento de precio en los platillos que ofrece “Los Trompos”, aseguró Franco Cruz. “Buscamos que no se transfiera el costo como en otras empresas, por eso paulatinamente haremos el cambio. Estamos viendo que se puedan absorber los costos al 100 por ciento”, puntualizó.

Finalmente, el gerente señaló que el corporativo busca implementar una cultura sustentable de manera interna: actualmente las botellas de vidrio empleadas en los restaurantes se envían a una empresa de reciclaje y también se está construyendo una finca sustentable en Dzidzantun, en la cual ya hay 9 mil 600 árboles que servirán para el cultivo de pitahaya.

“Buscamos generar un ecosistema general, que involucre la parte económica de la empresa, y la social, con diferentes acciones que también compartimos con todos los colaboradores”, concluyó.