En medio de la disputa por la venta de terrenos en el municipio de Kinchil, el pasado domingo 26 de noviembre se llevó a cabo una asamblea ejidal en la que se reconoció de forma oficial a 71 personas como poseedoras del territorio ancestral maya y también se ordenó al Comisariado hacer todo lo necesario para defender estas hectáreas.
Ejidatarios acudieron a la reunión convocada por la Procuraduría Agraria en la que, por decisión unánime, se estableció reconocer a las familias mayas poseedoras de terrenos que se encuentran en disputa por la presunta presencia de especuladores inmobiliarios, por el establecimiento de empresas porcícolas y avícolas y por la entrega a otras comunidades como Tetiz o San Antonio Tedzidz.
Con esta decisión, las personas que han manifestado su inconformidad respecto a la venta del territorio ancestral deberán ser protegidas y respaldadas por la Asamblea Ejidal, que es la máxima autoridad en materia agraria de las comunidades mayas.
“El Comisariado y el Consejo de Vigilancia son representantes legales que deben acatar las decisiones de la asamblea, que es la máxima autoridad ejidal, pero décadas de malas prácticas han hecho a muchos ejidatarios pensar que el Comisariado es la autoridad. Es importante que en más ejidos los ejidatarios ejerzan su autoridad colectiva sobre sus representantes legales”, explicó Sergio Oceransky, de la Fundación Yansa.
Durante la asamblea, las personas participantes también decidieron ordenar al Comisariado y al Consejo de Vigilancia “hacer todo lo necesario para defender la posesión de las tierras de la comunidad de Kinchil amenazadas por intereses económicos ajenos” así como convocar de forma inmediata a la Asamblea de Ejidatarios si recibe algún tipo de comunicación del Comisariado de Tetiz o de empresarios del sector inmobiliario vinculados a él, también si recibe cualquier invitación a juntas de conciliación o cualquier otro mecanismo de diálogo que pueda tener consecuencias sobre las tierras de Kinchil.
El punto de acuerdo, que cuenta con el visto bueno de la Procuraduría Agraria, también compromete a la Asamblea Ejidal a “respaldar y acompañar a los posesionarios en caso de que sea necesario defender físicamente las tierras de Kinchil ante un intento de invasión, y convocar al resto de la población a unirse a esta defensa”.
Posesionarios ejidales dieron una conferencia de prensa este martes 28 de noviembre en la insistieron en que no están de acuerdo con la venta de tierras para la inversión privada.
“No queremos dinero, ¿cómo vamos a vender algo que a nosotros nos beneficia?. Es una mentira que nosotros ya vendimos, eso lo dice el comisario para que los otros vendan… Como posesionarios no queremos que esto se venda, no queremos dinero, queremos mantener esas tierras en la comunidad, eso es nuestra vida, de eso trabajamos”, dijo Gregoria del Rosario Dzul Cuá, posesionaria.
En total son 4 mil hectáreas que los ejidatarios consideran como amenazadas y que dijeron que están dispuestos a defender para que sigan siendo de las comunidades mayas que son herederas naturales.
Las tierras, aseguran, forman parte del sustento y la forma de vida de las familias mayas, que está basada en la agricultura y la apicultura, por lo que la venta de las mismas abonará a la desaparición de estas costumbres y contribuirá a la deforestación en la zona.
Habitantes de Ixil exigen apertura de caminos
En la misma conferencia de prensa estuvieron presentes representantes de la comunidad de Ixil, quienes anunciaron que mantienen una batalla legal para exigir la apertura de caminos hacia los terrenos ejidales que en agosto pasado fueron cercados.
Los demandantes recordaron que ganaron un juicio de amparo contra el intento de despojo de tierras comunitarias el cual ordena la apertura del acceso a las tierras colectivas, sin embargo, el perímetro permanece cerrado con alambres de púas y sellos oficiales que indican que no pueden ser traspasados.
Por ello, las personas involucradas solicitaron una inspección judicial en la zona para que se acate la medida y se retiren todos los obstáculos que impiden a los pobladores acceder a las tierras donde se realizan diversas actividades productivas como la siembra de hortalizas y la apicultura.
“Soy campesino y apicultor, nos tienen cerrado el paso y no podemos acceder con vehículos para llevar agua para las abejas, tenemos que estar brincando los alambre, pese a que tienen la orden de quitarlo. También siembro cebollita, cilantro, rábano, cítricos, y otros productos, y como los caminos están cerrados por el alambre, no podemos llevar gallinaza para fertilizar ni herramientas para trabajar, todo hay que acarrearlo a mano a través de los alambres. Tambié están los policías intimidando a la gente”, declaró Ciriaco Pech Tec, ejidatario de Ixil.
Al respecto, Sergio Oceransky señaló que estas medidas obligan a los ejidatarios a abandonar sus tierras a través del miedo y criticó que las autoridades no escuchen a los poseedores de las tierras ancestrales que continúan la lucha por su territorio.
Representantes de Ixil y de Kinchil aseguraron que con la suma de voluntades se sienten respaldados y seguros para continuar en su postura de no ceder sus tierras.
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