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Rodrigo Medina
06/03/2025 | Mérida, Yucatán
Uno de los factores importantes para la atención de la violencia en contra de las mujeres es la visibilización. Mayela Canto, sicóloga y parte de Para Vivir en Plenitud AC y del Proyecto Juntas, en Yucatán, expresó que hablar y comunicar los procesos de violencia entre mujeres es un gran paso hacia la igualdad de género y el combate la violencia.
“Me parece muy valioso que se visibilice la violencia, que empecemos a ver más mujeres alzando la mano y diciendo ‘Yo fui receptora de violencia’. Mi percepción es que ahora se visibiliza más, y parece que hay más. Es una estrategia adecuada para trabajar en ello, porque mientras se mantengan en silencio las violencias, no se puede intervenir”, compartió Mayela Canto, sexóloga y sicóloga parte de Para Vivir en Plenitud AC, en entrevista con La Jornada Maya.
Dentro de los factores que han facilitado que las mujeres receptoras de violencia externen su testimonios están los movimientos sociales de la lucha de las mujeres por la igualdad de género.
“Poco a poco nos hemos ido encontrando unas con otras para decirnos: ‘yo también vivo violencia’, ‘a mí también me pasó’ o ‘Yo también quiero hablar´. A lo mejor no en espacios jurídicos, pero sí en espacios de acompañamiento sicológico. Ahí se abre la oportunidad de denunciar”.
Respecto a los procesos de justicia para atender los casos de violencia en contra de las mujeres, el tema de la revictimización en las fiscalías es una realidad constante, así como los largos y extenuantes procesos de denuncia y su seguimiento.
“Hay dos posturas: los procesos son lentos, re victimizantes, tardados, entonces hay mujeres que dicen: ‘Yo trabajo en lo mío y mejor ahí que quede. Otra postura es que hay mujeres que sí tienen un poco más de disposición para la denuncia y a estas también se les acompaña desde la terapia psicológica”, señaló.
Entre las acciones específicas de Para Vivir en Plenitud AC, iniciativa que lleva 23 años en funciones, se encuentra la atención sicológica de forma individual y también para infancias que han sufrido violencia, contando en este rubro con una profesional dedicada en intervención en estos casos.
También han realizado círculos de mujeres que han vivido violencia sexual, talleres y grupos de encuentro para hablar de sororidad y cómo las mujeres pueden acompañarse y vincularse. A esto se suma talleres al interior del estado sobre derechos sexuales y reproductivos a adolescencias.
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Edición: Estefanía Cardeña