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Rodrigo Medina
13/04/2025 | Izamal, Yucatán
Chan Marshall, también conocida como Cat Power, apareció entre una nube azul al interior del atrio del Ex Convento San Antonio de Padua de Izamal, portando una chaqueta de cuero. Sostuvo el micrófono con la tranquilidad y la seguridad que la caracteriza, ante poco más de 2 mil asistentes -según conteo de los organizadores- en poco más de una hora hizo un recorrido por su discografía, y nos regaló a todos los asistentes una de sus mejores interpretaciones.
La cantante de folk, blues y rock se ha identificado en toda su carrera por tener un registro que prescinde de un rango vocal amplio, lo importante es la interpretación y esa deliberada cercanía que en todos sus temas desenvuelve. Esa suavidad y familiaridad que conmueven, una voz cercana a la fragilidad, misma a la que acerca a quienes la escuchamos.
Foto: Rodrigo Medina
La originaria de Atlanta, Georgia, entró en el escenario a 15 minutos para las 21 horas. Sólo la acompañaron una batería, una guitarra y un teclado. Agradecida con el público, Chan se tomó unos minutos entre cada una de sus canciones para interactuar con los presentes para decir que amaba Yucatán.
Foto: Rodrigo Medina
Marshall incluso preguntó el nombre de esa “flor amarilla”, a lo que la audiencia contestó al unísono con la palabra: “Cempasúchil”. Provocó risas la dificultad con la que Chan pronunció el nombre de la flor más representativa de México. Escenas como estas acompañaron la noche y crearon complicidad por un breve momento en el espacio abierto, iluminado por la luna llena.
Foto: Rodrigo Medina
Entre pequeños sorbos a una taza de té, Chan deleitó al público con canciones como Bad Religion, Wanderer y una espléndida interpretación a capella de I Can’t Give You Anything but Love, Baby, de Billie Holiday, con la cual a todos electrizó la piel, y que cerró la noche.
Foto: Rodrigo Medina
Fanática del jazz y del blues, pero también hija de los noventas llenos de la dureza del grunge y otros géneros musicales principalmente liderados por hombres, Cat Power se ha abierto camino entre un público que reconoce no sólo su pertenencia y raigambre musical, sino la sencillez y la constancia de su obra. Aspectos nada fáciles en estos últimos años.
En cuanto a la voz, Chan sólo modificó con un leve autotune algunas de sus canciones, a las cuales le sumó un aura aún más melancólica. Esa misma voz se levantaba desde algún lugar fuera del escenario y recorría los pasillos, los arcos y las superficies de ese antiguo convento Franciscano.
Foto: Rodrigo Medina
Estirando los dedos sobre el micrófono, entre el humo enrojecido por las luces, el pelo teñido de rubio y la tensión de la garganta desde donde salía esa voz honda, Cat Power ofreció un resumen de su carrera musical de más de 30 años. No cantó canciones de Bob Dylan, pero nos dio un recorrido por las variantes del género del rock y sus posibilidades, dulces y firmes.
El brillo de la luna, los ojos expectantes y humedecidos de la audiencia fueron testigos de eso.
Foto: Rodrigo Medina
El evento fue parte de la cartelera de la Secretaría de Cultura y las Artes de Yucatán, la cual busca abrir el horizontes artístico para los yucatecos.
Edición: Fernando Sierra