“Fue un día muy cansado porque les entregamos todo a las mamás: libros, uniformes, útiles, boletas del curso anterior y cuardernillos”, explicó Gilberto Román Chan Chan, director y docente de la escuela primaria multigrado Francisco Javier Mina, ubicada en Canakom, Yaxcabá.

Primero se instruyó a las madres de familia de primer grado, ya que muchas de ellas son nuevas, que deben integrar uno de los varios grupos de vigilancia que durante esta contingencia, mientras la escuela está vacía, cuidan que no roben o destruyan las instalaciones.

Luego fueron llegando las mamás de los otros grados, de forma escalonada, para evitar aglomeraciones. “Como nuestra comunidad es tan chica, nosotros tenemos un equipo de sonido por medio del cual les avisamos y les damos 20 minutos para que vengan; por ejemplo llamamos a las mamás de segundo grado y ellas vienen en seguida, porque están pendientes”, comentó.

Se presentó a la maestra Marlin a las madres de primer grado, quien será su docente este año y se les dijo que no se preocupen si el niño o niña no entiende las tareas. “La maestra les aseguró que va a hacer todo lo posible a través de su método de trabajo para que los niños aprendan como mínimo a reconocer y escribir las palabras y se les recalcó a las madres de familia que necesitaremos mucho de ellas”, indicó el maestro.

Contó que muchas mamás tenían temor porque pensaban que se les iba a exigir el uniforme, “porque se les dieron camisas, pero no pantalón. Pero el uniforme se les pedirá cuando todo se normalice y cuando eso pase se les va a dar un plazo de un mes o mes y medio para que puedan comprarlo. Muchas tenían miedo de que si no cumplían no se les iba a dejar entrar, y además otras no tenían dinero para comprar el pantalón”.

Chan Chan recalcó que son mamás muy jóvenes y que están pendientes de las indicaciones. “Se les explicó que, cuando se normalice todo, los niños deberán comer en la escuela y van a salir más tarde que del kínder”.

Limitaciones “técnicas”

“En mi caso, de 12 mamás de quinto grado, sólo tres tienen cable y el resto me dijo que, si bien tienen televisión, sólo la utilizan para mirar películas en un DVD, aparentemente no pueden conectarse a la televisión abierta; además sólo seis tienen teléfono, porque las otras señoras son las abuelas que se hacen cargo de sus nietos y no manejan la tecnología”, puntualizó.

Otra de las recomendaciones que se les dio es que los niños hagan solos sus ejercicios, “porque yo tengo que saber cómo están de conocimientos para planear mis clases".

“En 15 días les volveremos a dar cuadernillos, y deben entregar esos cuadernillos y si no los entregan es cómo si no hubiesen venido a clases por 15 días”, abundó.

En cuanto a las dudas, el docente recomendó que si no lo saben lo dejen en blanco y tienen su teléfono para que pueda apoyarlos. “Si no pueden hacer nada o les resulta muy difícil, mientras que lean y practiquen escritura para mejorar su letra y su lectura”, señaló.

Precisó que varias madres suelen enviarle mensajes cuando sus hijos tienen dudas, pero a veces es difícil porque deben buscar un lugar donde llegue la señal para poder comunicarse.

“Hoy una niña de sexto grado, Rebeca, llegó temprano y me trajo el último cuadernillo que les dejé del ciclo pasado; me dijo que no había entendido la tarea de los ángulos, así que se lo expliqué, y supongo que me los traerá más tarde, porque es muy cumplida”, concluyó el maestro Gilberto demostrando lo difícil que puede ser comunicarse en Canakom.

 

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Edición: Elsa Torres


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