Familias yucatecas enfrentan obstáculos en el proceso de adopción

Quienes buscan prohijar terminan con mucho desgaste emocional, relata familia
Foto: Juan Manuel Contreras

El camino no ha sido fácil para Liliana y Jesús, quienes amablemente nos recibieron en su hogar para relatar el calvario que ha sido para ellos el proceso de adoptar a un niño o niña en Yucatán. Fue en octubre del 2018 cuando tomaron por vez primera la plática en la que les informaron de los requisitos, y luego de enfrentar sus miedos, decidieron emprender el viaje.

Liliana es sicóloga infantil y Jesús entrenador de perros. Antes de tomar esta importante determinación, se enfrascaron en interminables debates que fortalecieron su iniciativa y poco a poco las dudas se fueron disipando. El trabajar con niños y niñas fue vital para Liliana, pues su experiencia con familias adoptivas dictó el rumbo que había que tomar.

“A veces él quería y yo no; a veces al revés, hasta que estuvimos muy seguros los dos y tras esa plática es que comienza nuestra historia”.

Encontraron un auditorio lleno de gente y, según comentan, se sorprendieron ante la diversidad de personas que estaban interesadas en adoptar. Familias humildes y acomodadas se apersonaron en las instalaciones de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa).

“Te desaniman, la verdad”, recordó Liliana, “te dan una lista de requisitos enorme y explican la diferencia entre adopción directa y la que es por asignación”.  

La primera, explicó, es cuando una madre conocida por la familia no puede quedarse con su hijo o hija y a través de un proceso facilitado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), ella lo entrega. También existen asociaciones en Mérida encargadas de revisar esa situación.

“Éstas (por asignación) nos comentaron que eran complicadas y nos advirtieron que tuviéramos cuidado, porque pese a que pagáramos el parto y todo lo que nos pidiera (la mamá); si ella al momento de firmar la patria protestad se arrepentía, no había nada que hacer. Tendríamos que devolver al niño”, detalló.

 

Foto: Juan Manuel Contreras

 

Incluso pasaron por una experiencia con una chica de Cancún (Benito Juárez), aunque afortunadamente no pasó a más. En ese municipio de Quintana Roo, no está permitida la adopción directa, y el niño estaba muy enfermo, así que traerlo era mucho riesgo.

 

Expedientes sin respuesta

En ese auditorio, los encargados de impartir la plática les comentaron que, en el caso de los albergues, se trata de niños y niñas cuya situación legal no ha sido resuelta. Ellos son 21, según el Poder Judicial del Estado, pero en varios casos los mismos padres continúan en la lucha para que regresen a sus hogares. Las razones son diversas.

La lista oscila entre 300 y 400 expedientes sin resolver, según constató la pareja, por lo que no podían darse en adopción. Incluso les dieron la opción de colocarse en una poblada lista de espera; y les advirtieron que únicamente al cubrir requisitos y documentos, iniciaría el proceso.

Para este procedimiento, la familia interesada en adoptar debe reunir meticulosos requerimientos como son fotos de la casa en donde habitaría el infante, comprobantes de ingresos, pruebas toxicológicas, cartas de recomendación, currículums, entre otros.

 

También te podría interesar: MC propone reducir a la mitad trámites de adopción en Yucatán

 

Un mes se tardaron en reunir lo necesario y acudieron de nueva cuenta a las oficinas del DIF. Tras lo sucedido con el niño de Cancún, Liliana estaba “molida” emocionalmente, pero se negó a quedarse con esa tristeza y fue a mediados de febrero cuando llevaron la documentación que les pidieron.

 

“Abrirse lo más que puedan”

Como parte del protocolo, la familia interesada en adoptar debe redactar una carta a la titular de Prodemefa en donde se explique -entre otras cosas- la edad del niño o niña deseado. No hay oportunidad de adoptar niños pequeños; y menos bebés, “mientras más grande sea el infante existen mayores probabilidades de que se les asigne pronto”, expuso el matrimonio.  

“Si quieres un niño con discapacidad también lo tienes que especificar; o si quieres hermanos también puede decirse, o que tenga hermanos y pueda convivir con ellos, aunque no lo adoptemos, todas esas cosas”.

A Liliana y a Jesús no les hacía falta ningún documento y en la Prodemefa les hicieron firmar un papel en donde decía que no había niños disponibles. Ese momento lo percibieron como su primer encuentro con la realidad de la adopción en Yucatán.

Posteriormente, fueron entrevistados por una sicóloga quien les preguntó detalles acerca de su matrimonio, fueron tres citas, todas registradas en un carnet. Fue ella quien les sensibilizó sobre la edad del infante a quien adoptarían, pues en un principio querían a alguien -por lo menos- de cuatro años.

 

Foto: Juan Manuel Contreras

 

“Yo como sicóloga puedo comentar que hay etapas cruciales en el desarrollo, tanto en la vida emocional como en la cognitiva de un niño, que cuando pasan ya no se pueden rescatar. Se puede trabajar sobre eso, pero hay cuestiones permanentes”, aclaró.

La familia Cabral Andrade “lo consultó con la almohada” y finalmente llegó al consenso de “abrirse lo más que se pueda” sin dejar de tomar en cuenta las cuestiones ya mencionadas. Acordaron adoptar a alguien hasta de ocho años; de sexo indistinto y con el compromiso de adorarlo desde el momento de su llegada.

 

La visita

“Lo que faltaba era esperar la visita de la trabajadora social, la cual podía ocurrir en cualquier momento. Recomendaron tener la casa limpia y estuvimos trapeando cada cinco minutos y regañando a nuestros perros”.

La gente de Prodemefa les adelantó que preguntarían a los vecinos, situación que les despertó cierta preocupación, pues es poco el tiempo que han vivido en uno de los nuevos fraccionamientos de Mérida y como suele suceder en esos complejos, no es mucha la gente que se relaciona con sus próximos.

“De cualquier modo, no hay nada malo que puedan decir sobre nosotros”, sostuvo.

El día llegó y dos trabajadoras sociales arribaron al hogar de Liliana y Jesús para “sacar fotos hasta del baño”. Les preguntaron “de todo” y al marcharse, les precisaron que el siguiente paso era una entrevista con ellas. Luego de insistir, dicho encuentro se concretó.

“Fue una hora completa (la entrevista) sobre nuestros hábitos, me sorprendió porque hacían preguntas hasta de cuánto jamón consumían a la semana. Traté de entender y les aseguré que íbamos a comer puro jamón de pavo”, dijo Liliana con un humor que apenas logra eclipsar su desencanto con la situación.

Ahora solo faltaba tomar el último curso, el que según el procedimiento les procuraría el certificado de idoneidad. De nueva cuenta la espera -y su consecuente incertidumbre- se acomodaron en las mentes de la pareja; hasta que su perseverancia los llevó a un grupo de los viernes, en los que abordaban las implicaciones de la adopción. Ellos se sintieron en el camino correcto.

 

La estrella más brillante

Acorde a lo que les explicaron, el niño o la niña que adoptarían deberá permanecer con su nombre de pila, aunque existe la posibilidad de añadir un segundo. Es aquí en donde escogieron Sabik, la estrella más brillante de una constelación poco conocida, pero que adopta la forma de una casa con los brazos abiertos.

“Nos dijeron que iban a llamarnos para un primer encuentro con el niño (o niña) que adoptaríamos, nos iban a explicar su historia y lo íbamos a conocer. Si había un buen vínculo vendría unos días con nosotros para que se acostumbre poco a poco hasta que se quede”, manifestó la pareja.

 

Foto: Juan Manuel Contreras

 

Pasaron esas sesiones que culminaron en septiembre del año pasado y la sicóloga les informó “que se consideraran embarazados”, iba a ser un embarazo diferente, claro, más complicado, pero a fin de cuentas prometía rendir frutos. Otra vez, su paciencia se puso a prueba.

“Las emociones varían, por un momento dijimos sí se va a poder, ya buscamos por cielo mar y tierra; y si no se puede vamos a seguir insistiendo. Por otros momentos, los sentimientos son más pesimistas al escuchar casos negativos del proceso. Uno persiste por la ilusión”, sentenció Liliana.

 

Pareja idónea para adoptar

Más de un mes tardó la Prodemefa en entregarles el certificado de idoneidad; y fue en ese punto donde comenzó su desesperación. Los anhelos de Liliana y de Jesús se perdieron en los vaivenes de la burocracia, hasta el punto que decidieron acudir a las instalaciones de la dependencia.  

Una vez que les entregaron el ansiado documento -el cual no presentó observaciones- quisieron preguntar si era válido en otros estados a través de asociaciones, estaban dispuestos a actualizarlo de ser necesario.

Solo restaba esperar, pero no dijeron cuánto. Pasaron meses, llamadas y desde el mes de septiembre no han tenido ninguna noticia. Desconocen en qué etapa del proceso están exactamente, pues no han recibido notificación alguna. La angustia crece.

“Tendrían que informarnos cómo va el proceso, para que no nos tengan en zozobra, que nos digan cuánto tiempo falta para que puedan asignarnos a un niño o cuánto falta para que acabe el juicio y que el gobierno disponga de él, y nos lo dé a nosotros”, atajó Jesús al tiempo que acariciaba al perro que tenía entre sus brazos.

 

Reprobados por biología y estado

En la Prodemefa existe un departamento especializado en adopciones, en el que laboran sicólogas, trabajadoras sociales y abogadas. Supuestamente la misma abogada y sicóloga era la que debería dar seguimiento al caso, pero según el matrimonio, “siempre era alguien distinto”. Una vez incluso la confundieron con otro caso, acusaron.

Al desatarse la pandemia, vieron el panorama más complicado, aunque no estaban dispuestos a desanimarse y llamaron. Primero no les contestaron, hasta el mes pasado que les comentaron que los juzgados estaban cerrados y nada se había movido. De nuevo solicitó paciencia.

“En eso estábamos cuando una persona que nos quiere mucho nos envió una noticia: cifra histórica en adopciones en Yucatán, 119 niños en lo que va de esta administración. Quedé desgarrada. O esto no es así, o nosotros ya no estamos en esa lista”, externó Liliana visiblemente contrariada.

“Es muy duro, porque sientes que te reprueba la biología y también el estado. Me tranquilicé y ante la sospecha de los números, vi que fueron 12 niños en 2018, 22 en 2019; no puede ser que den 80 en plena pandemia, con los juzgados cerrados”, sospechó.

 

“No me vayas a decir que vuelva en seis meses”

Tras calmarse, Liliana acudió a las oficinas de la dependencia y se percató que habían gestionado algunas remodelaciones en el departamento de adopción y el equipo había cambiado. Se sintió extrañada ante las cifras anunciadas; y lo comentó, siempre sin el afán de desacreditar su labor, sino con el legítimo interés que su situación sea resuelta.

“No me vayas a decir que vuelva en seis meses, porque si no vengo, nuestro expediente no lo toman en cuenta”, dijo a la encargada que luego de dar cuenta de la molestia de la pareja, les informó que había dos niñas disponibles, pero estaban enfermas.

Una tiene ocho años, VIH y no ha recibido tratamiento; y otra, diez años, con epilepsia y retraso mental. Cualquiera de las dos estaba disponible para adoptar. “Estuvimos a punto de decir que sí”, recordaron.

Posterior a dicha reunión Liliana y Jesús consultaron con profesionales sobre las posibilidades con alguna de las niñas, en su afán de perseguir el sueño de ser padres. Ellos honestamente les explicaron que “no podían ni vacunarla” debido a la enfermedad.

Inevitablemente los hechos despertaron la sospecha de que esa fue la forma de Prodemefa de decir “les dimos la oportunidad y no la aprovecharon”; ya que primero les dijeron que no había niños disponibles para adopción “y luego que siempre sí”. Después ya ni les llamaron.

 

Exigen claridad

Una de las primeras cosas que se aclaran durante las pláticas de adopción, es que -desde la perspectiva de la pareja- “los adoptantes no importan” sino priorizan el bien del o la menor. “Eso lo comprendemos, todo gira en torno a eso; pero no invalida el sentimiento, deseo y espera de las parejas ilusionadas”.

Hay muchas parejas -desconoce cuántas con exactitud- en la misma situación, aunque a muchas de ellas les da miedo hablar, como a ellos al principio, por temor a ser tachados de revoltosos y que esto influya en su proceso de adopción.

“Si no nos lo van a dar, solo pedimos que sean claros para poder hacer nuestro duelo y seguir adelante con nuestras vidas. Ya no queremos vivir en incertidumbre. Hay un manejo insensible de los casos por parte de la Prodemefa”, aseveraron.

Luego de la publicación de los 119 niños adoptados, incluso mucha gente de otros estados quiso venir a Yucatán a adoptar, y al contactarla, le agradecieron los posts en su página de Facebook -Esperando a Sabik- que evitaron que hagan el viaje en vano.

 

El cuarto de Sabik

Liliana Andrade y Jesús Cabral únicamente piden ser escuchados; y con esto, que se eleve la voz de otros padres para que se animen a compartir sus experiencias a fin de que los casos lleguen a buen puerto y más niños y niñas puedan gozar de un hogar digno.  

Ambos adoptantes yucatecos se han preparado con mucho entusiasmo para la llegada de Sabik. En la familia de Jesús hay numerosos sobrinos que también esperan el arribo; y en general están acostumbrados al trato con infantes de cualquier edad.

 

Foto: Juan Manuel Contreras

 

“En el taller nos dijeron que no se trata tanto del cuarto, sino trabajar la parte emocional sin desesperarse; pero es muy difícil, ya que a veces nos ilusionamos y la realidad es la encargada de bajarte de ese pedestal. Han sido emociones muy disparejas, algunas de enorme alegría y otras todo lo contrario”.

Un común denominador entre ambos es la facilidad para maniobrar manualidades e intervenir juguetes; ella como terapeuta infantil basa sus terapias en el juego; mientras él es hábil con las reparaciones. Es así como decidieron montar el cuarto, todo elaborado por sus mismas manos, aunque el la eterna espera ha deteriorado algunos accesorios, siempre están dispuestos a repararlos.

Otro de los retos para erigir la habitación de Sabik fue la complejidad de dimensionar su sexo, pues al no conocerlo, no han podido comprar ropa o zapatos; no hay tallas ni gustos. Decidieron emplear en el cuarto una temática de astronauta, sin género. Incluso incluyeron un planetario.

En busca de la estrella

El camino ha sido sinuoso para los futuros padres de Sabik. En busca de su estrella, ellos han llorado juntos; han peleado y desgastado sus emociones a niveles inimaginables. La pieza que ocupará ha sido un catalizador de todos esos sentimientos y ha contribuido a mantener la estabilidad en su vida matrimonial.

Su relación de pareja es sana pese a los problemas y el proceso de duelo que vivieron tras la noticia que no podían tener hijos biológicos. Luego de algo así, comentan, vienen sentimientos de culpa, aunque en este caso en particular son ambos los que están imposibilitados de procrear.

“Cuando empiezas a buscar a un hijo a esta edad -42 años- la gente lo ve como algo socialmente obligado. Los doctores suelen vender ilusiones; y aunque se tengan 50 años siempre te dirán que existen otras posibilidades, aunque por la edad uno esté consciente del riesgo”, dijo.

Para Liliana, la cruzada para embarazarse fue kilométrica. Ha pasado por diversos tratamientos hormonales; bajó 40 kilos y los volvió a subir con las subsecuentes secuelas en su equilibrio emocional.  

Diariamente trabaja cerca de seis horas con niños y niñas ajenos; y en su profesión, es común que “se les escape” un “mamá”, lo que agrieta aún más su ya lastimado corazón.

 

“Más que planificado”

Por su parte, Jesús Cabral proviene de una familia de cinco hermanas, todas con hijos e hijas. La pareja también cuenta con una larga lista de amigos e incluso hay comunidades de allegados que los han apoyado en todo momento a lo largo de este difícil proceso.  

“A Sabik le espera la noticia de que fue una persona muy deseada. Será respetado; y no te digo que vamos a ser papás perfectos, pero te aseguro que no le cabrá la menor duda de que es un niño querido”, acotó Liliana.

Simultáneamente, ellos están conscientes de que el infante que reciban tampoco va a venir perfecto; sino tendrá su historia y dolores emocionales propios de su pasado, pero hasta para eso, ellos ya están preparados.

A lo largo de este proceso han creado vínculos profesionales entre neuro pediatras y maestras de educación especial, que sin duda serán un soporte importante para Sabik, pues los niños y niñas de los albergues muchas veces presentan marcados rezagos educativos y ellos ya previeron esa situación. La llegada de Sabik no podría estar más planificada.

Con el objetivo de documentar cada paso del proceso de adopción, Liliana y Jesús crearon la página de Facebook “Esperando a Sabik”, en la cual comparten con su comunidad la montaña rusa de emociones que ha representado para ellos.  

A través de este portal, han captado el interés de numerosos internautas, incluyendo servidores públicos que en contados casos se han interesado en su historia. Entre ellos destacan las diputadas de Movimiento Ciudadano, Milagros Romero y Silvia López, a quienes agradecen por el apoyo brindado.

 

Sin miedo a equivocarse

Sabik tiene una casa; un cuarto levantado con el amor de sus futuros tutores y todo lo necesario para llevar una vida digna. En algún refugio de Yucatán se encuentra, no se sabe a la espera de qué. También tiene unos padres que aguardan pacientemente el transcurso de procesos que se han salpicado con el tedio característico de la burocracia.

Primos tendrá muchos; una escuela; juguetes que más que modernidad le brindarán la calidez de los objetos hechos a mano, aunque seguramente deseará los otros como cualquier niño de su edad, y no cabe duda que le serán procurados.

Foto: Juan Manuel Contreras

 

“No tengas miedo a equivocarte, porque hasta los planetas chocan; y del caos nacen las estrellas” reza uno de los afiches que cuelgan de las paredes de su habitación, lo que pone en evidencia -entre otras cosas- la voluntad y paciencia que Liliana y Jesús han tenido para su llegada. También tendrá perros que celebrarán cada día que despierte entre esas cuatro paredes.

Edición: Elsa Torres


Lo más reciente

Ucrania usa misiles de largo alcance que Estados Unidos le dio en secreto

Kiev se ha visto obligada a racionar sus armas y enfrenta cada vez más ataques rusos

Ap

Ucrania usa misiles de largo alcance que Estados Unidos le dio en secreto

Tribunal de Nueva York anula la condena contra Harvey Weinstein

Hubo errores en el proceso judicial por casos de abusos sexuales en 2020

Efe

Tribunal de Nueva York anula la condena contra Harvey Weinstein

Amnistía y amparo: hacia la justicia

Editorial

La Jornada

Amnistía y amparo: hacia la justicia

Acelerón judicial de AMLO

Astillero

Julio Hernández López

Acelerón judicial de AMLO