Los vicios de SITUR

Texto y foto: Tania Medina Cen
La Jornada Maya

9 de marzo, 2016

“¿Por qué no se levantan a las cinco de la mañana para ir a buscar el autobús, como yo?” Con esa pregunta nos recibía el chofer de SITUR. Esto después de haber esperado aproximadamente unos 45 minutos en el paradero que está sobre la avenida Yucatán, muy cerca de Plaza Fiesta, junto a unas 15 personas.

Hubo quienes al ver la hora decidieron regresar a sus casas, pues con el retraso ya no llegarían a tiempo a sus centros laborales. “Ya no llego, y si llego tarde no me cuentan el día”, afirmó un hombre, y se fue. 10 minutos después apareció el camión. Molestos y a empujones, los pasajeros se apresuraban a abordarlo, mientras el chofer trataba de hacerse el gracioso cerrando la puerta y amenazando con dejar fuera a la demás gente porque “ya no damos”. En autobús, repleto, avanzaba lentamente. Mientras, iba siendo alcanzado por uno de sus compañeros, quien le marcaba el paso. Fue entonces cuando decidió aumentar la velocidad para dar pie a lo que normalmente conocemos como “ganarle el pasaje”.

Esto es el pan de cada de día de miles de usuarios del servicio de autobuses, sin mencionar que, como yo, existen quienes lo usamos más de dos veces al día. Subirse al camión es toda una experiencia. Esto claro, depende del cristal con que se mire. Uno puede encontrarse desde los caballeros que no ceden el lugar, gente que gusta de escuchar música sin audífonos, estudiantes que ríen a carcajadas e incomodan a los que deciden tomar una siesta en el recorrido, etcétera.

Hace unos meses, el gobernador del estado dio el banderazo a las nuevas unidades de SITUR, servicio en el cual está la ruta Circuito Metropolitano. Para ser sincera, al principio parecía haber sido notable la mejora para los cientos de personas de que lo usamos diariamente, pero con el paso del tiempo el servicio regresó a lo mismo de siempre: choferes malhumorados, que si empezaste mal el día te dan ganas de ahorcarlos, y rutas que tardan eternidades en aparecer.

Y es que, para muchos, el camión no es una opción, pese a los diferentes y nuevos servicios de transporte que ahora se están ofreciendo en la Mérida con las nuevas aplicaciones. Para los usuarios, un viaje en taxi equivale a un día de trabajo o de comida. Transportarse en camión es parte de una rutina y la manera más efectiva de ahorrar dinero. Ya pasó la época en que permitían ahorrar tiempo.

Entre la muchas cosas que se pueden decir de los camiones urbanos, el precio siempre está a debate; entre si es justo o si debería aumentar. De lo que no queda la más mínima duda es que el servicio debería aumentar su calidad. También llama la atención que sobre la ruta de Circuito Metropolitano transiten igualmente unidades de Circuito Universidades, las cuales pocas veces he visto con algún pasajero. Incluso la gente las confunde con el “metro”. Hace pensar que las unidades serían de mayor utilidad en la ruta con mayor demanda.

Después de haber cruzado la ciudad en autobús, cuando uno logra descender, no sabes si agradecer al cielo por haber llegado o preocuparse por el regaño que podría recibir por entrar tarde. Cosas del tránsito vehicular.