Óscar Rodríguez
foto: Foto Comunicación/ Codhey
La Jornada Maya

3 de marzo, 2016

El informe anual de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) dejó al desnudo las carencias del sector salud, en lo que se refiere a la atención médica en clínicas y hospitales públicos, en momentos en que se está construyendo un nuevo hospital materno infantil en sur de Mérida.

El estudio realizado por la Codhey, cuyo resultado se presentó la semana pasada ante diputados del Congreso del estado revela la situación que impera en los ocho hospitales ubicados en los municipios de Mérida (3), Tizimín, Ticul, Valladolid y Peto que están bajo la responsabilidad del gobierno de Rolando Zapata Bello, a través de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).

Además de las deficiencias en materia de abasto de medicamentos y de personal en los 106 centros de salud municipales, el documento destaca la poca preparación para atender a la población, pues a pesar de que en 95 por ciento de las poblaciones del interior de estado se habla maya, en menos de la mitad (40 por ciento) de las clínicas existe personal que hable esta lengua indígena.

Los rubros en que se concentró la Codhey fueron las áreas de urgencias, consulta externa y gineco-obstetrica, en el Hospital O’Horán, y todos los servicios en los demás nosocomios.

[h2]El O’Horán, rebasado[/h2]

La saturación del servicio de urgencias del centenario Hospital General “Doctor Agustín O’Horán” rebasa totalmente su capacidad de atención, tanto por la crecida demanda de la ciudadanía como por la falta de infraestructura y de personal.

En el área de urgencias pediátricas se estima que la demanda duplica la capacidad instalada y al personal (10 enfermeras por turno), lo que se agrava por inasistencias, permisos y licencias que no son cubiertas.

En el área de hospitalización ginecológica y obstétrica, su capacidad de 25 camas generalmente se ve rebasada al doble. Las carencias han ocasionado que, para realizar un ultrasonido endovaginal (USG), las pacientes (o sus familiares) deben conseguir un preservativo (condón) para poder realizar una exploración puesto que el área no cuenta con esos insumos para efectuar de manera segura el procedimiento.

El acceso de valoraciones por urgencias obstétricas, donde se inicia la atención a mujeres en labor de parto, es por un pasillo de dos metros de largo por uno de ancho, donde las pacientes tienen que esperar de manera muy incómoda. En el esta área se vio que existen dos camas de valoración, ambas rotas, y sin pierneras; una de ellas bloquea el acceso al único baño para las pacientes, por lo que no hay privacidad, toda vez que no existen pabellones divisorios.

El documento precisa que existe también un área anexa en donde canalizan a las mujeres para entrar en labor, sin espacio suficiente para la debida atención y sin la presencia de un médico pediatra.

Los equipos de ultrasonido están obsoletos y no tienen equipo “doppler”. SE cuenta únicamente con dos monitores. Los dos quirófanos del área no funcionan desde hace más de seis meses, por problemas con el aire acondicionado, que es de los años 80.

En cuanto a las instalaciones, los baños presentan hongos en las paredes y son evidentes fugas de agua y la falta de aseo. Los pasillos están sucios y las puertas rotas y sin mantenimiento.

No se cuenta con aire acondicionado; la ventilación se obtiene a través de los ventanales superiores, un riesgo para la salud de las mujeres. En algunos cuartos fijaron ventiladores, pero ya no funcionan.

El documento señala también que el O’Horán solamente cuenta con cinco camas de primer contacto, cuando se atiende, en promedio, entre 50 y 70 personas al día.

En el turno nocturno del área de urgencias, que es altamente demandado, únicamente hay cinco enfermeros y generalmente sólo dos médicos. Como consecuencia, todos los pasillos que conforman el área se encuentran saturados.

Las lámparas del quirófano ya dejaron de funcionar porque se encuentran sin uso y la humedad ha deteriorado el equipo que sí funciona, por lo que para realizar cesáreas o legrados de emergencia se utiliza el quirófano general, sufriendo demoras por la saturación. En la zona de recuperación obstétrica no sirve el desfibrilador.

En el informe se establece que se realizan entre seis y ocho legrados al día sin los insumos suficientes para realizar adecuadamente los procedimientos.

En el área de neonatos hay cunas que funcionan con focos de 30 watts que hacen las veces de lámparas de calor radiante. Por la saturación, se han tenido que acomodar hasta dos bebés por cada cuna.

[h2]Pacientes amarrados[/h2]

Las instalaciones en general de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCIP) del Hospital Psiquiátrico “Yucatán”, se encuentran deterioradas. Pisos, paredes, puertas y mobiliario presentan diferentes grados de desgaste.

Las estancias denominadas “A” y “B”, del área de hospitalización, en el interior del servicio “2H”, para usuarios masculinos con padecimientos agudos, se encontró en proceso de adecuaciones; se observaron paredes de celosías derribadas, propiciando una mayor interacción entre el personal del área y los usuarios, lo cual es uno de los principales objetivos del modelo de atención que se pretende establecer.

Dos personas de sexo masculino, que se encuentran por disposición de la autoridad judicial en el nosocomio, comparten estancia con otros usuarios que no cumplen sanción alguna en el servicio “1H”.

Se utiliza el método de sujeción a los usuarios, sobre todo por las noches. En el pabellón para usuarios seniles no existe separación por género.

El informe señala que existen prácticas que atentan contra la dignidad y el buen trato a los usuarios, así como al derecho a la salud en general, como suministrar los medicamentos a diversos usuarios con el mismo vaso de agua y no proporcionar utensilios para comer a algunos usuarios, quienes deben recurrir a las manos para alimentarse.

El ancho de los colchones excede las dimensiones de las camas, situación que según la información proporcionada por el propio personal de enfermería, ha provocado caídas de los usuarios en repetidas ocasiones.

En el pabellón denominado “aislado” se encontró en condiciones deficientes, con una cama que presenta desgaste. Iluminación y ventilación, tanto natural como artificial, son insuficientes. La infraestructura del sanitario es inadecuada y deteriorada; paredes sucias y rayadas por los usuarios que son ubicados en su interior dejan en evidencia la falta de cuidado e interés por mantener el espacio en condiciones aceptables.

Durante la inspección pudo constatarse la presencia de heces fecales en las tazas sanitarias, sin que el personal encargado se percate de la situación, resaltando que dichos sanitarios comunitarios se encuentran expuestos, además de que no se observó que hubiera papel higiénico, jabones u otros insumos de aseo personal, cita el texto.

El informe precisa que se hace uso de un patio de aislamiento, no cubre en lo más mínimo las condiciones para una estancia digna, de manera común. Tampoco cuenta con personal calificado que ejerza el cuidado y vigilancia de los usuarios que lo ocupan.
En el documento se afirma que existe una carencia de personal médico que el propio personal estima entre 20 y 53 plazas de enfermería; tres de psiquiatrías, dos paidopsiquiatras y 10 empleados de servicios generales.

[h2]Hospital Materno Infantil[/h2]

No es secreto que el Hospital Materno Infantil está rebasado. Fue una de las razones por las que el gobernador Rolando Zapata anunció la construcción de uno nuevo para este año. Sin embargo, el informe de la Codhey destaca las condiciones que impiden que en el actual se brinde una atención digna a las mujeres que dan a luz en dicho nosocomio.

Por principio, se señala que el catálogo de medicamentos que se maneja es reducido y muy específico. Sin embargo, lo preocupante son las instalaciones: existen dos quirófanos y una sala de expulsión con tres camas, que normalmente se usan de manera simultánea, por lo que no hay privacidad en la atención a las mujeres que dan a luz.

El hospital cuenta únicamente con 30 camas; insuficientes para la atención que se presta. El laboratorio de análisis clínicos labora las 24 horas del día pero no cuenta con el espacio adecuado y suficiente para el desarrollo de sus funciones.

El área de hospitalización cuenta con siete cuartos, diseñados para albergar tres camas y un medio baño sin regadera; no obstante, la sobredemanda de servicios llevó necesariamente a incluir una más dentro de cada cuarto.

“Las camas, tanto de la sala de expulsión como de quirófanos, están forradas con grandes bolsas negras de plástico, porque los colchones están muy desgastados y rotos, para evitar que se contaminen con fluidos y sangre”, indica el informe.

En el consultorio de valoración hay únicamente dos camas sin pierneras y tres sillas. En promedio se atiende un estimado de entre 20 y 26 mujeres por turno, de las cuales once en promedio son admitidas diariamente para labor de parto y designándose para tal labor un médico por turno.

El área de neonatología no cuenta con ventiladores especializados, además de que el personal de enfermería (116) es insuficiente para cubrir las necesidades del hospital. En parámetros normales, por el número de servicios se requeriría cuando menos de 189. Sin embargo, este problema es generalizado en el Sector Salud.

[h2]Nosocomios sin personal[/h2]

El informe que entregó José Enrique Goff Ailloud a la Legislatura indica la difícil situación que prevalece en los nosocomios del interior del estado, donde la falta de personal, de medicamentos y de espacios físicos para el acceso a la salud son comunes.

En el Hospital General “San Carlos”, de Tizimín, el área de urgencias se satura eventualmente, ya que su capacidad de atención es para ocho pacientes (cuatro hombres y cuatro mujeres), pero llegan tener hasta 16.

“El personal es limitado (un médico general y dos enfermeros por turno), no cuentan con monitores suficientes, falta mobiliario y un área adecuada para la preparación de medicamentos. En el área de cuneros sólo se encontraba asignada una enfermera para el cuidado de los neonatos.

Según el informe, la capacidad del Hospital General de Valladolid se ve constantemente rebasada porque es el único nosocomio intermedio entre Cancún y Mérida y atiende a personas que llegan inclusive de municipios quintanarroenses, por lo que consultas externas de las diversas especialidades ascienden a 100 por día.

El informe indica que aunque tiene una buena infraestructura y equipamiento, el personal no es suficiente y las vacantes no se cubren oportunamente por baja oferta económica, detectándose una significativa ausencia del personal médico titular.

En el Hospital Comunitario de Ticul, la principal necesidad es de espacio. Desde que inició su labor, hace ocho años, el número de atenciones ha crecido considerablemente, no así su capacidad.

En la visita realizada por la Codhey se detectó que uno de los dos esterilizadores con los que cuenta el hospital no funciona, aunque ya se han hecho los señalamientos para que sea reparado o reemplazado; situación que causa detrimento en la calidad de servicio a los pacientes y complica las actividades del personal.

Sólo se atienden partos de bajo riesgo, pues se carece del equipo y la infraestructura adecuada, como un área de choque, para atender complicaciones severas.

En el nosocomio comunitario de Peto, el informe de la Codhey establece que los servicios de consulta externa, se proporcionan únicamente en el turno matutino, incluyendo fines de semana, salvo algunos días en donde se proporciona el servicio de ultrasonido por las tardes (citados).

Durante el recorrido se refirió que es necesario contar con un médico ginecobstetra y un pediatra más y que se han realizado las proyecciones en cuanto a presupuesto para su contratación.

[h2]Aquí no se habla maya[/h2]

Aunque el 95 por ciento de las clínicas y hospitales atiende población maya parlante, sólo 40 por ciento de los centros de salud cuenta con personal con conocimiento de la lengua maya.

Los hospitales catalogados de primer nivel no se encuentran autorizados para atender partos en casos de urgencia; en el 51 por ciento de los casos, el personal entrevistado manifestó no contar con espacios físicos para atender a los usuarios y el 47 por ciento no cuenta con el equipo mínimo necesario para el mismo efecto.

“Un 25 por ciento de las clínicas, al momento de la visita de la Codhey, no contaba con los medicamentos suficientes para atender a la población, y en el resto tuvimos comentarios de que en ocasiones los tiempos de abastecimiento no son uniformes, ya que pueden tardar hasta tres meses, recalcando que el surtido de medicamentos comúnmente llega incompleto, especialmente para pacientes crónicos, o que requieren antibióticos o antiinflamatorios”, precisa el documento.

Solamente el Centro de Salud de Tekax cuenta con una ambulancia propia y equipada, Varios municipios tienen vehículo para traslado pero sin equipamiento.

En la gran mayoría de los casos, el equipo instrumental de los centros se encontraba en malas condiciones o descompuesto, tal es el caso de los instrumentales quirúrgicos o de curación, equipos de diagnóstico fuera de servicio, básculas mal calibradas, sillas odontológicas descompuestas, tanques de oxígeno vacíos, camas en mal estado o esterilizadores inservibles, por mencionar algunos ejemplos.

Finalmente, el informe en materia de Salud de la Codhey indica que la cantidad de personal se consideró insuficiente en el 30 por ciento de las clínicas y hospitales.


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