Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

8 de febrero, 2016

Apartado de la política, atendiendo un negocio pesquero en Progreso. Así se encuentra hoy Patricio Patrón Laviada, ex gobernador panista de Yucatán de 2001 a 2007, el único emanado de la oposición en toda la historia de la entidad.

Hace unos días, Patrón Laviada, nacido en Mérida el 17 de diciembre de 1958, regresó a la tinta de la prensa y a los videos de la televisión. Raúl Paz Alonzo, presidente estatal del Partido Acción Nacional, otrora cuñado suyo, se manifestó en su contra y también se refirió a Hugo Laviada, primo de Patricio, al señalar que “si tanto creen que el PAN está mal y están descontentos, tienen dos caminos: acercarse para tratar de solucionarlo, que yo creo que sería el más sensato, o renunciar al partido. Por cierto, el ex gobernador renunció hace unos años a esa institución política.

Una semana antes, [i]La Jornada Maya[/i] entrevistó a Patrón Laviada, en su hogar, en Mérida. En ese momento rememoró que ingresó a la pesca por sus inquietudes sociales, a pesar de que, al subirse a una lancha, vomitaba. En esa experiencia costeña, decidió entrar a la política “con la intención de cambiar al mundo”. Han pasado nueve años desde que heredó el despacho del gobernador a Ivonne Ortega Pacheco.

- Sobre Raúl Paz y el estado del PAN estatal…

- Veo un PAN desdibujado, que ojalá asuma la responsabilidad como oposición y como partido de principios, los cuales son muy claros: democracia, honestidad, búsqueda del bien común, libertad de las personas. El PAN está obligado a buscarlos; sale perdiendo al olvidarlos, cuando se enfoca más en la búsqueda del poder por sí mismo; es ahí donde empieza a ser lo que no es.

Hay mucha gente que dice que así es la política. “¡Así es la política priísta, rupestre, totalitaria! El Pan nació para contrarrestar eso, cuando esa forma de concebirla estaba muy de moda; el México, de ese entonces era más de izquierda, pero en Europa el fascismo estaba de moda, les parecía muy atractivo el totalitarismo, porque se ha demostrado que se hacen maravillas en un corto plazo, pero a largo plazo son un fracaso, sin importar si son de izquierda, de derecha o de centro. El camino es la democracia, el cumplimiento de la ley y buscar el bien común”

El PAN tiene principios muy buenos, pero sin carga ideológica, son humanistas. Por lo tanto, tiene que buscar cumplirlos, porque constituyen una visión universal, no es algo que pueda ser una moda.

Me opongo a que el PAN maneje el discurso de la unidad como algo prioritario, no es un principio panista. Peor aún, es un principio básico del PRI como partido totalitario. Un partido que se asume como una parte representante de la sociedad, no puede hablar de homogeneidad como principio básico, es una tontería, sólo unes a quienes son iguales y, en este caso, en las pillerías, en la complicidad.

- ¿En qué momento se perdió el PAN?

- No está perdido, hay esperanza. El PAN debió haber dicho no a la corrupción. Vivimos en ella durante una centuria priísta y en la época colonial.

- El PAN menciona en su discurso la coordinación con el gobierno estatal y federal, pero también estarán atentos a las prácticas de corrupción, ¿cómo puede ser esto?

- Son las cosas que tiene que aclarar. Hay un problema de corrupción muy grave, de burla ciudadana, de aprovecharse de la pobreza, una manipulación por la que el PAN debería estar pegando de gritos, lo mismo con la falta de transparencia, porque su labor debe ser de oposición.

Cierto, se ve elegante alguien cuando reconoce, pero su labor como partido de oposición es justamente oponerse a las cosas que están mal, no celebrar las que están bien. Debe ser claro y específico en qué está bien. Yo no las veo, deberían definirlo. En Yucatán, aplaudidores hay miles. Veo a un PAN con un deseo de unidad interno, pero ya están unidos al PRI.

P. ¿Cómo observa a Mauricio Vila como alcalde?

- Ayer me reuní con gente interesada en la política, no involucrada, pero interesada por la corrupción en el PAN y me hablaron muy bien de Mauricio Vila. Son personas críticas, pero me hablaron bien, especialmente en que pone orden, fue su sentir.

Sí se manifestaron preocupados por la manera de ver la política en el panismo, cada vez más parecido al priísmo.

Me entero poco, porque trabajo en Progreso, ahora quiero adentrarme más.

- ¿Cómo encuentra a la ciudadanía en su interés con la política?

- Apática, confundida. Quiere un buen gobierno que cumpla la ley, pero que sea generoso, que reparta; quiere un gobierno suizo, pero que no aplique para ellos, sino que le den más que a los otros.

Veo una sociedad que espera despensa, desde el empresario que espera su [i]nohoch[/i] despensa como terrenos, inversiones de varios millones de pesos o que le compren ilegalmente cosas, hasta el campesino ignorante con su despensita.

La parte de élite económica o intelectual de la sociedad no puede criticar al campesino porque vende su voto, cuando los ricos también venden hasta el alma; lo vemos con las declaraciones del gobierno del estado en el sentido de que todo está bien, cuando Yucatán es un desastre y lo peor es que falsifican los datos, consecuencia de la impunidad.

- ¿Por qué considera que la ciudadanía está con esa confusión?

- Somos una sociedad con menos desarrollo académico y político, no somos una sociedad muy preparada. Hay miles de ignorantes que no tienen capacidad para dilucidar lo que pasa, miles de yucatecos no comprenden claramente por qué pagan impuestos. Hay una clase empresarial que en su mayoría busca cómo hacer negocios con el gobierno y le vale la legalidad.

No creo que seamos los primeros lugares de educación democrática.

- ¿Cómo revertir esa situación?

- Número uno, educación; número dos, educación; número tres, educación. Después cumplimiento de la ley. La educación no vendrá de las familias, porque han crecido en esta pérdida de valores y con valores cuestionables o malentendidos como los religiosos.

Los nuevos valores están basados en una lucha por el dinero. El concepto es: cuánto dinero tienes, cuánto vales.

- En esa situación de la pérdida de valores, ¿ha influenciado la globalización?

- Es una suma de muchos factores, pero específicamente la gran influencia que tiene la cultura norteamericana. Desgraciadamente recibimos más la parte negativa de esa cultura que la parte positiva.

En ese individualismo norteamericano hay también un gran sentimiento colectivo de que le vaya bien al prójimo. Hay un gran nacionalismo y una visión de que a los vecinos les vaya bien; por ejemplo, yo vendo coches y quiero que tengan dinero para que me compren los coches, algo que no existe acá.

- ¿Cómo observa a la juventud yucateca?

- Cuando estaba en la prepa uno, el gobierno compraba a los líderes, pero asumía que los estudiantes eran incomprables. Le tenían pavor a los estudiantes y les pagaban a los líderes, falsos o reales, los compraban completamente para que mantuvieran tranquilos a los jóvenes. En la época de Luna Kan, que fue famoso por su control sobre el estudiantado, cooptaron a los líderes.

Todos ellos bien apoyados, manoseados por el gobierno, con un discurso marxista, pero al servicio del gobierno. Incluso el Zapote Zapata hizo un experimento donde juntó a los líderes estudiantiles en un salón para ver que sucedía.

Descubrieron que también pueden comprar a los jóvenes, posiblemente más barato que a un campesino. En la elección del 2007, los invitan a fiestas y les regalan pomos a 50 pesos, por lo que los ponen completamente bajo su control. No creo que el PRI esperara esa respuesta y descubrió que los jóvenes son perfectamente comprables.

Descubrieron que con buscar a uno popular, al cual le dieran un dinerito y organizara una fiesta, todos estaban desesperados por ir, por lo que había que estar con el PRI. Perfecto, no había ningún problema, no importaba que fueran ladrones, si invitan al trago.

La misma lógica del campesino, entendible en ellos porque tienen hambre, la aplicaban con los jóvenes de la carrera, que no tienen los pretextos como el campesino. Es vergonzoso.

- ¿Y los jóvenes en Mérida, hoy?

- Están más conscientes, la historia de Ivonne Ortega causó mucho efecto, pero no hay una juventud moderna, sigue siendo mucho más negativa que positiva. Ven el dinero, sin importar cómo se gane; éxito es tener dinero, y las historias de éxito en Yucatán es de quienes pasan por encima de todo el mundo.

Esos valores medio perversos de una sociedad cristiana, moralista, anticuada. Antes había un castigo social en el chismerío, era una defensa ante los abusos de los poderosos, señalando lugares como la esquina de los tres ladrones en la avenida Colón. No hay ninguna crítica social, ahora no existe eso; se idolatra al poderoso, se admira hasta al Chapo Guzmán.


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