Profesora por excelencia, galardonada y reconocida en el Instituto Tecnológico Superior de Champotón (Itescham), Cintia Crisostomo, recién alcanzó el grado de Profesora Investigadora de Tiempo Completo, y llama a las autoridades a poner mayor énfasis en las oportunidades y herramientas para que las niñas se interesen en la ciencia y la tecnología, pues aunque ella es un ejemplo de que no existe la edad para superarse, las oportunidades se deben dar desde las instituciones educativas.
Hace apenas seis meses que Cintia culminó su proceso para convertirse en Profesora de Tiempo Completo (PTC), una de las características o requisitos necesarios para poder bajar proyectos de investigación en beneficio de las instituciones educativas a donde pertenezca dicho profesor. En el caso de Cintia, bajó recursos para el Itescham para un proyecto, sin ser PTC, pero fue respaldada por Bismarck Richaud Coral, director de la institución.
Su proyecto es sobre el manejo de residuos sólidos en Champotón, esto comprende los desechos empresariales, urbanos y rurales, con él, pretendían demostrar la presencia de microplásticos en la bahía champotonera, pero a su vez, encontraron que estos residuos tienen presencia ya en las especies marinas del área, lo que pudiera culminar en que los campechanos tengan en su organismo micro plásticos también.
Sin embargo, todos estos conocimientos ya publicados en editoriales científicas del país, como parte de las responsabilidades de los investigadores que obtengan financiamiento para sus investigaciones, deben publicarse los protocolos y procedimientos, así como las evidencias de la investigación, pues con ello la ahora Investigadora obtuvo 100 mil pesos, no como premio personal, sino como incentivo a retribuir algo a la comunidad.
“Pues sí, no creas que esos recursos nos lo gastamos nosotros, en mi caso el primer paso del proyecto fue para abrir la hipótesis, entregué el manejo de residuos, y posteriormente vino la investigación sobre microplásticos, la tercera etapa será esperar que daño hacen estos residuos en los seres vivos, obvio también en los humanos”, dijo.
Aunque todo esto se escuche muy raro, aseguró que cualquiera puede convertirse en investigador, solo basta tener ganas, un buen mentor, un motivo, y las herramientas. Y es que, fue clara y a la vez lamentó, que haya una diferencia abismal entre la educación pública y privada, pues mientras en la pública no hay herramientas o ganas, en la privada alientan a los pequeños a interesarse en diversos proyectos.
“Me pasó alguna vez que asistí a Carmen a una serie de proyectos, y vi niños desde los 10 a 13 años presentando proyectos, básicos, pero proyectos que ni siquiera los jóvenes quieren hacer, claro, eran estudiantes de una escuela particular, en mi caso lo vi cuando fui estudiante, siempre tuve curiosidad de muchas cosas, pero nunca alguien me motivó a investigar de manera metódica o profesional sobre algún tema o suceso, así hasta que primero fui maestra y asistí a un diplomado, que me motivó a convertirme en Investigadora”, expresó.
Aseguró también que se sentiría muy orgullosa si alguna de sus dos hijas o ambas resulta interesada en seguir sus pasos, pues investigar o estar al interior de la ciencia y la tecnología da paso a conocer cosas que otros no saben.
Respecto a la tercera etapa de su proyecto, reconoció que aún no hay estudios sobre la presencia de microplásticos en los seres humanos o consecuencias, esta podría ser la cúspide.
Edición: Laura Espejo
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