Texto y foto: Gabriel Graniel Herrera/corresponsal
La Jornada Maya
Ciudad del Carmen, Campeche
Viernes 29 de junio, 2018
Con los recuerdos del Carmen antiguo, el de los barcos camaroneros y las congeladoras donde se procesaba en camarón, así como la transformación del malecón actual de la isla, Fidencio López Avendaño, este jueves cumple 50 años de estar vendiendo en las calles sus panuchos y ahora tacos de guisados en la calle 20, cerca del cruzamiento con la calle 31, en pleno centro de la ciudad.
“Me hubiera gustado estudiar, sin embargo, no tuve la oportunidad de hacerlo, porque no tuve los recursos, pero a base de trabajo y esfuerzo, he logrado sacar a mis hijos adelante y forjarme honradamente un patrimonio”, expresa Fide, como es coloquialmente conocido.
[b]Desde niño vendía en la calle.[/b]
Con nostalgia Fide narra que sus actividades comerciales las inició desde los 8 u 9 años, cuando su madre doña Francisca Avendaño hacia los panuchos y los salían a vender por las calles del Carmen en los años sesenta, cuando este platillo tenía un costo de 10 centavos. Eran los tiempos del auge camaronero.
“En aquel entonces, el Palacio Municipal se encontraba en lo que hoy es la Plaza 7 de agosto y aquí enfrente se ubicaba las oficinas de la Aduana y el conocido Muelle Fiscal, mientras que los pescadores que llegaban en sus barcos y los trabajadores de las congeladoras Isla del Carmen e Izcatepu, venía a comer, en sus descansos de descabezar camarón”, no comenta.
[b]Aún guarda la primera olla.[/b]
Frente a sus ojos, Fidencio López Avendaño ha visto pasar la transformación del muelle y de lo que hoy se conoce como el malecón de la ciudad, cuando llegaba a la calle 20 con su olla de aluminio de la marca Vasconia, llena de panuchos para su venta.
“Esa olla aún la guardamos” añade con una franca sonrisa que lo caracteriza, mientras añade que con el paso de los años y a exigencia de su clientela, fue ofreciendo los tacos de guisados como la machaca con huevo y chicharrón, el relleno negro, la cochinita, la morcilla o moronga, la milanesa y el picadillo entre otros.
Algunos comensales comentan que con Fide, “no se come lo que el cliente pide, sino lo que el taquero quiere”, ya que por la variedad de platillos que ofrece y la cantidad de comensales que llegan, a veces suele equivocarse, lo que genera la risa de todos los ahí presentes.
[b]Políticos acuden con Fide.[/b]
A sus 50 años de vender en la calle, Fide recuerda que el presidente municipal que acudía a comer en este sitio, era José Jaber Rafful, un alcalde que fue conocido en la isla por su cercanía con la población.
Con 60 años de edad, 4 hijos, 7 nietos y un bisnieto, cada año agradece a su clientela su preferencia, ofreciendo los productos que expende a un muy bajo costo, solo con el propósito de cubrir los costos de los insumos que utiliza; lo cual este día (jueves) repetirá en lo que se convertirá en su festejo de medio siglo de vendedor semi fijo.
“Me siento muy orgulloso de cumplir 50 años de vender en las calles y muy agradecido con todos mis clientes que siempre me han dado su confianza, pues sin ellos, no sería lo que hoy soy”, concluye con lágrimas en los ojos.
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