Hay una gran cantidad de empresas que se ostentan como ecológicas, pero realmente recurren al greenwashing, que consiste en disfrazarse como contribuyentes a la sustentabilidad, refirió Alexis de Aldecoa Morales, director general de la certificadora ambiental Eukariota, quien exhortó a los clientes a hacer las observaciones de los negocios que realmente no están con la gestión ambiental.
Explicó que el greenwashing, que quiere decir en español “lavado verde”, son empresas que lavan su reputación por medio de revestirse como ecológicas o verdes, ya que se dieron cuenta de que si son ecológicas y socialmente responsables van a mejorar sus ventas, porque crean un atmósfera de credibilidad que les ayuda a tener una mejor relación con sus clientes.
“Está comprobado y sobre todo después de la pandemia del Covid-19 que ahora los consumidores a nivel mundial están tratando de hacer viajes sustentables, de comprar productos ecológicos, de adquirir servicios que no tengan impacto. Entonces el greenwashing es una práctica donde empresas sin llevar a cabo ninguna mejora en sus instalaciones, en sus procesos, en la formación del personal, sin tener una mejor en su relación con la comunidad, sin llevar a cabo una mejora en su gestión de residuos, de su gestión de agua, de su energía eléctrica, es decir, sin hacer alguna práctica ambiental responsable, sí invierten publicidad, en campañas de comunicación donde dan a entender que supuestamente ellos son ecológicos, pero no lo son”, externó el entrevistado.
De Aldecoa Morales participó como ponente en la Bioferia Tulum, que se llevó a cabo los días 24, 25 y 26 de febrero en el hotel Tuk. Informó que páginas como Booking, Google y Expedia ya indican en sus destinos de viaje si estos son ecológicos y para catalogarlos como tal los hoteles tienen que llenar un formulario bajo la simple pregunta de si están ahorrando agua, si están separando los residuos, si tienen paneles solares, pero las empresas antes mencionadas no mandan a algún auditor al establecimiento, por lo que hay muchos negocios que están llenando su hoja y no cumplen con todos esos puntos.
“Ese es un ejemplo, hay otras empresas que publican infografías de cómo cuidar a la tortuga, de cómo cuidar los árboles y cómo debemos usar determinado tipo de productos pero no lo llevan a cabo en la práctica, pues es pura estrategia de comunicación, puro marketing, publicidad engañosa”, externó. Refirió que muchos consorcios incurren en esta publicidad engañosa, y para detectarla -insistió- los clientes deben consultar cada aspecto que las empresas presumen.
Dijo que el tema de la gestión ambiental es algo que está en la boca de la gente y realmente tiene poco tiempo de que tomó auge, pero muchas personas no saben cómo distinguir y se dejan llevar por la simulación “de que tal empresa es ecológica”. En la Riviera Maya, mencionó, hay muchos hoteles que presumen de ser ecológicos, pero si tuvieran una auditoría fallarían en todo, “hemos detectado varios”.
Edición: Estefanía Cardeña
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