Fiel a sus costumbres, Egilio Canul Dzib, sacerdote maya de la comunidad de Sacamucuy, perteneciente al municipio de Tulum, ya se encuentra trabajando en las cabañuelas, un parámetro esencial de sus ancestros para conocer la energía del tiempo que se presentará a lo largo del año.
En entrevista para La Jornada Maya, el sacerdote tradicional explicó que se encuentra en el Santuario de Usos y Costumbres para iniciar este trabajo de medición, que además tiene el fin de que se conserve entre las nuevas generaciones de las zonas rurales este conjunto de métodos tradicionales de predicción meteorológica.
“Es el calendario que estoy haciendo este año, ahora es el regreso del Xok k’iin maya; a partir de este 25 de enero trabajaremos en los seis días que van hasta el 30 de enero, donde mediremos por cada 12 horas un mes, hasta llegar al 31 de enero, cuando cada hora corresponde a los 12 meses del año hacia adelante y en retrospectiva, para cumplir las 24 horas”, explicó.
Y es que de acuerdo a la tradición, la primera fase de las cabañuelas va del 1 al 12 de enero; el día primero representa a enero, el segundo a febrero y así sucesivamente hasta el día 12, que corresponde al mes de diciembre. Posteriormente, del 13 al 24 de enero, se hace el conteo regresivo, donde el día 13 de enero representa el mes de diciembre, el 14 a noviembre, hasta llegar al día 24, que sería enero.
Así con las cabañuelas completas “veremos si habrá sol y eso será como sequía, puede que haya vientos, lluvias y así apuntaré en el calendario todo lo que veo en el cósmico, es muy importante para nosotros para saber cómo vamos a sembrar y cosechar en la milpa y hacer otras actividades tradicionales”.
Por su parte, Virgilio Gómez Morales, director de Casa Itzamná, dio a conocer que el tema de las cabañuelas es muy importante porque no nada más se trata de predecir cuál es el clima que va a haber en un día particular a lo largo del año, si no se trata de conocer cuál es la energía del tiempo que implica esa fecha.
Dijo que en las diferentes localidades mayas existía el Chilam, que era parte de los chamanes, pero con la capacidad de ver el futuro.
Abundó que el chamán, un hombre especializado, es al que se le consultaban las diferentes fechas para realizar eventos importantes, como un matrimonio, el inicio de una guerra, una celebración y sus épocas de trabajar en el campo.
“Entonces el Chilam lo que permitía es conocer cuáles eran las características asociadas a esas fechas, la observación año con año, día con día, de las diferentes características del clima y de la energía, del tiempo, lo que les permitía a los chamanes poder establecer las mejores fechas para realizar eventos”, indicó.
Agregó que a lo largo del país esta costumbre de las cabañuelas se realiza en diferentes formas, puesto que por ejemplo en el norte de México lo que hacen a veces son pozos en la tierra para observar la acumulación del agua y sus elementos, lo que les permite pronosticar el clima.
Edición: Ana Ordaz
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