Ejercer la medicina sin un enfoque pesocentrista le ha permitido a la doctora Julia Rábago Arredondo empoderar a muchas mujeres para que, además de cuidar su salud, amen sus cuerpos; ella es la primera endocrinóloga de Playa del Carmen y durante su trayectoria ha presenciado muchas historias de éxito, de las cuales nos habla en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora este 11 de febrero.
“Actualmente, estamos viviendo también esta situación particular, en la hay una discriminación hacia los cuerpos y esta gordofobia tan internalizada dentro de la sociedad, creo que es muy importante mencionarlo porque eso nos permite como mujeres evolucionar inclusive más en este aspecto feminista, en el momento de decir nuestros cuerpos merecen ser respetados y diagnosticados de forma correcta, sin importar el tamaño del cuerpo que tengamos”, enfatizó.
Por ello, consideró, urge tener abordaje de estos temas, fortalecer la divulgación científica, concreta, real y basada en ciencia, pero sin sesgos de discriminación, ni de privilegios o violencia patriarcal que se mantiene establecida desde hace muchos años y que permea en todos los rubros. La doctora también realiza labor de divulgación científica y desmitificación de muchos temas mediante su cuenta de Instagram @endocrinoplaya, la cual supera los 20 mil seguidores.
Sobre los desafíos que ha enfrentado en su carrera siendo mujer, detalló: "Yo creo que como mujer es más difícil todo, ha habido mejoría con los años, pero tenemos mucho camino por andar. El generar respeto hacia nuestra persona nos cuesta más trabajo porque vivimos en una sociedad machista en la que se le da más credibilidad al género masculino, entonces creo que ahí parte importante es evidenciar que tu conocimiento es igual o mayor que el de cualquiera hombre y al final te posicionas con tus conocimientos”.
Por fortuna, dijo, ella no ha padecido ningún tipo de discriminación o abuso, pero en parte porque creció en un núcleo de mujeres muy fuertes, y tiene muy claros los valores del ser mujer y hacerse respetar como profesionista y ser humano. Sin embargo, consideró que el camino que tienen las mujeres muchas veces sí es mucho más difícil para llegar a puestos mayores, en cuanto a jerarquías en instituciones y en la parte de medicina es muy claro, pues mientras que al hombre le llaman médico, a la médica mujer le llaman señorita, asumiendo que se trata de la asistente del profesional masculino.
Ante esto, exhortó a toda aquella niña o mujer que quiera incursionar en la ciencia a que lo hagan, que se sumen a otras mujeres para generar círculos de apoyo y aunque el camino no es fácil, vale 100 por ciento la pena, se debe insistir y luchar. “Mi mayor recomendación es que si se ven ahí, si quieren hacerlo, háganlo, es completamente posible y actualmente vivimos muchas más mujeres y grupos de mujeres dentro de la ciencia, en las que creo que existe ya también más noción de estas dificultades en cuanto a género y, por tanto, creo que hay buenos grupos en los que nos podemos apoyar”, recomendó.
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Julia Rábago es médico internista y endocrinóloga. Inició sus estudios de medicina general en la Ciudad de México, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); posteriormente obtuvo una beca en la Universidad La Salle. Optó por medicina interna en el hospital ABC para continuar con endocrinología en el Centro Médico Siglo XXI del IMSS, con un año de investigación en Washington University Design de San Luis Missouri.
Al terminar su especialidad decidió mudarse a Playa del Carmen y comenzó a laborar en el Hospital General de Zona Número 18 del IMSS, convirtiéndose en la primera endocrinóloga en la ciudad. Recuerda con orgullo que muchos de sus pacientes infantiles siguen acudiendo a consulta, ahora como adolescentes o adultos.
“A mí la verdad es que Playa me ha traído muchísimas cosas, pero además una de las grandes satisfacciones es que como llegué y fui la primera endocrinóloga, muchísimas mujeres me traían a sus hijos. Yo no soy endocrinóloga pediatra, pero había muchas necesidades tanto en adultos como en niños, entonces yo creo que en los casos que más recuerdo con mucho cariño son los casos de los niños con hipertiroidismos muy graves o con diabetes tipo 1 muy descontrolada… creo que eso ha sido mi satisfacción mayor, poder estar en un lugar en donde hay mucha gente con pocos recursos y con pocos privilegios y acompañarles en sus tratamientos”, enfatizó.
La endocrinología, dijo, es una ciencia integral, observa todo el organismo como un conjunto, porque las hormonas regulan todos los procesos corporales y genera un mayor entendimiento de cómo es el funcionamiento metabólico del cuerpo y permite que se integren diagnósticos mucho más completos. Se vuelve, acotó, en una ciencia que no únicamente involucra a la parte de la salud, sino al ámbito social y como especialista recomendó a la población a que escuche lo que su cuerpo necesita y las señales que les envía, para mantener una salud óptima.
Edición: Estefanía Cardeña
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