Carlos Águila Arreola y Agencia SIM
Foto: Agencia SIM
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Miércoles 8 de noviembre, 2017

El proyecto del hotel Gran Solaris Cancún, a un costado de playa Delfines, está bajo sospecha de violar la soberanía estatal, luego que [i]La Jornada Maya[/i] descubrió que algunos de los trabajadores que se sumaron hoy a la colocación de láminas, serían del gobierno del estado de Yucatán, señaló el ambientalista Roberto Villalobos, dirigente de la fundación “Por un mejor Quintana Roo”.

En el proyecto se invertirán más de 90 millones de dólares y tendría 449 cuartos en 14 niveles, planta baja, dos sótanos y una suite. Se prevé que la preparación del terreno tardará 12 meses, mientras que la construcción se realizaría en año y medio.

El terreno tiene una extensión superior a 18 mil 800 metros cuadrados, y durante un recorrido se vio a un grupo de trabajadores medir y cortar metales, pero dentro del área hay una zona de anidación de tortugas marinas que es abandonada varias horas durante el día.

[b]Validan[/b]

El delegado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Renán Eduardo Sánchez Tajonar, validó la obra porque cuenta con la Manifestación de Impacto Ambiental; lo mismo hizo Javier Zubirán Padilla, titular de la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano (Sedu) de Benito Juárez, quien indicó que tiene los permisos correspondientes, incluida la licencia de construcción.

El delegado de la Semarnat incluso declaró que el terreno ya está perturbado y perdió su vegetación hace mucho tiempo. “Nosotros autorizamos meramente la parte que está en propiedad privada. El proyecto no se realizará en playa, ni de anidación de tortugas”, sostuvo.

Comentó que inclusive se validó un programa de protección para tortugas propuesto por el propio promovente, por lo que vigilarán que se respete, destacó que el predio tiene constancias de uso de suelo que se fueron renovando, y que sólo faltaba la licencia de construcción.

[b]Sospechoso[/b]

Al respecto, el ambientalista Roberto Villalobos dijo que esas obras violan algunas garantías fundamentales como el derecho a un ambiente sano, el mismo argumento que mantiene en litigio a Tajamar, y que detuvo la construcción del hotel Riu.

Consideró que los responsables deben explicar la presencia de trabajadores del gobierno del estado de Yucatán, pues podría tratarse de obreros que trabajaron allá y se trajeron los chalecos; sin embargo, sí dijo que el tema es extraño porque podría haber “una enorme cadena de corrupción por develar”.

“Desde hace años se viene acusando que el Fonatur está convertido en inmobiliaria y vendiendo el país a firmas extranjeras.
Estimó que las actualizaciones que tiene el proyecto deben confrontarse con las nuevas leyes de protección ambiental y con los derechos fundamentales ambientales.

“El caso del hotel Gran Solaris Cancún, es a todas luces un proyecto sospechoso porque la pura extensión del terreno hacia la playa, implica una violación ambiental, y la barda perimetral encima de un corral de huevos de tortuga, es más grave.”

No se debe dejar de lado el tema de la posible violación a la soberanía de Quintana Roo si es que trabajadores del gobierno de Yucatán están interviniendo en la obra, sentenció Villalobos.


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