Carlos Águila Arreola
Foto: LJM/Archivo
La Jornada Maya
Cancún, Quintana Roo
Miércoles 30 de noviembre, 2016
En los últimos 30 años, Quintana Roo ha perdido, por la voracidad empresarial mediante quemas intencionales, 400 mil hectáreas de selva, poco más de 13 por ciento del total en la entidad, que tiene la mayor extensión de ese ecosistema en el país con tres millones de hectáreas, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y 50 por ciento de la cobertura de coral vivo en la zona norte del estado.
En entrevista con La Jornada Maya, el director ejecutivo de la asociación civil Amigos de Sian Ka'an, Gustavo Merediz Alonso, señaló que “estamos perdiendo mucha selva y el arrecife se está deteriorando” y destacó que más o menos en el mismo periodo, la gente empezó a involucrarse en el tema de la sustentabilidad y la conservación.
El activista dijo que ese trabajo se empieza a reflejar porque sin ese trabajo la situación sería catastrófica: “En los últimos 26 años, del 88 a la fecha, se han quemado unas 400 mil hectáreas de selva en el norte del estado.
“La mayoría de los incendios, intencionales, con pérdida de mucha biodiversidad; se han generado grandes toneladas de carbono que se están emitiendo a la atmósfera y que están ocasionando el cambio climático, y se ponen en riesgo zonas de captación de agua. Es cerca de 15 por ciento de la superficie selvática de Quintana Roo”, señaló.
Actualmente hay una tendencia mundial a la degradación de los arrecifes, y Quintana Roo no es la excepción, pues en el norte del estado se ha aniquilado más o menos 50 por ciento de la cobertura de coral vivo en los últimos 10 años, debido al cambio climático, la sobrepesca, las malas prácticas turísticas y la contaminación del agua.
Se trata del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), un arrecife de coral que se extiende sobre casi mil kilómetros a lo largo de la costa caribeña de México, Belice, Guatemala y Honduras; es el segundo más grande del mundo después de la Gran Barrera de Australia.
En el estado corre frente a las islas de Holbox, Contoy, Mujeres y Cozumel, y de Cancún, Playa del Carmen, Akumal y Tulum, y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), “los corales vivos del mar Caribe están en peligro de extinción: sólo queda entre ocho y 12 por ciento de la superficie registrada a mediados del siglo XX”.
Merediz Alonso comentó que los arrecifes del mundo están muy deteriorados y más los de la región: “Las causas son muchas y van desde la contaminación, el calentamiento global y enfermedades que provocan un crecimiento de algas que afectan a los corales, lo que ha provocado la disminución de la población coralina en el Caribe”.
Al respecto, estudios recientes del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), división Chetumal, revelan que cientos de milimétricas algas mantienen bajo estrés a los corales y los están matando de manera paulatina y silenciosa.
El director ejecutivo de Amigos de Sian Ka'an aseguró que el establecimiento de las áreas protegidas ha frenado, “aunque en forma mínima”, la devastación sistemática en el llamado Caribe mexicano; se puede ver que hay una diferencia en la salud del arrecife dentro y fuera, indicó Gonzalo Merediz.
En total, 25 por ciento de la superficie de Quintana Roo –50 mil 483 kilómetros cuadrados y un litoral de 900 kilómetros–, abarcando sus litorales, están protegidos por el gobierno federal o estatal.
Entre las reservas protegidas están Banco Chinchorro, Sian Ka’an y sus arrecifes; los parques nacionales de Costa Occidental (en Isla Mujeres), Punta Cancún, Punta Nizuc, Tulum, y los arrecifes de Cozumel y Xcalak.
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