Especial: Sueño de verano
En la costa yucateca, por naturaleza, la arena es transportada del Este hacia el Oeste, situación que se convierte en un problema cuando quienes poseen una casa frente al mar colocan estructuras, creyendo que protegerán el inmueble, pues impiden el paso de la arena que necesita seguir su curso hasta el otro lado, convirtiéndose en un objeto de interés para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hasta ahora, los esfuerzos del gobierno no han resultado suficientes para corregirlo.
Christian Appendini, investigador y coordinador de la Unidad Académica Sisal del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explica que “el transporte de arena de Yucatán es, durante el clima normal (brisas marinas) de Este a Oeste y, aunque el oleaje no es muy fuerte, la cantidad de sedimento que se mueve sí es importante y cualquier obra que se ponga va a interferir con esos procesos de transporte”.
Conforme se extendió la problemática que presenta el estado, es que los espolones o rompeolas detienen ese sedimento que debería pasar, impidiendo que llegue al otro lado y provoca que el oleaje lo tome de la playa, creando la erosión en ciertas zonas.
Y, mientras de un lado hay acumulación de arena, el otro sufre de erosión “como parte del monitoreo que hicimos, identificamos que esas estructuras que retienen sedimento en una zona estaban afectando otra”, lo cual señala como un reflejo de lo que ocurre comúnmente en la costa de Yucatán porque cualquier intervención que se realice repercutirá en otra parte de la misma costa.
“Es un problema extremadamente complejo”, opina. Sin embargo, con el estudio practicado en 2018 desde la zona de Progreso hasta Telchac, con el monitoreo sobre obras realizadas en ese momento, determinaron cuáles eran los flujos de la arena, cómo se movía y cómo las estructuras en la playa interfieren con ello.
Con esa información, el investigador detalla que la gente siente que sus predios están amenazados, incluso cuando no lo están, y ponen espolones, ocasionando este efecto adverso en la distribución de sedimentos.
Debido a la situación, emitieron una serie de recomendaciones hacia la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) para revertir la problemática y restablecer el flujo natural de la arena.
“Si restablecemos el flujo y la arena se va moviendo, en ningún momento el mar va a tener que tomar la arena de la playa que ya está existiendo porque ese sedimento vendrá de manera natural del Este”.
Para esto, propusieron un sistema para Telchac, pero la SDS optó por dragar el canal de entrada y poner el sedimento al Oeste para que siga su curso; “en el estudio lo que propusimos es que se implementaran sistemas de trasvase de arena, llamados sistemas de bypass”, con lo que la alimentación de arena sería constante en lugar de cuando se convierta en un problema.
“Si no estamos alimentando constantemente de arena las playas al poniente de las estructuras, entonces esos dragados cada 2-3 años no están cumpliendo su función como un sistema de bypass”.
También pidieron que se prohíba la construcción de cualquier estructura sin análisis previos, pues pueden resultar perjudiciales para las playas. Por lo general quienes las instalan de esta forma son los particulares. “Lo que está claro es que no podemos estar haciendo obras sin estudios”.
Y expresa, a título personal, con base en su experiencia e investigación, “yo creo que hay un gran problema en Yucatán, sí por las estructuras que se han puesto, pero sobre todo porque no se ha respetado la naturaleza”. Señala que en muchos lugares se ha construido sobre la duna, encontrando incluso piscinas en donde debería haber dunas.
“La otra solución es la que nadie quiere oír: retirarse de la costa e irse hacia atrás”. Destaca que hay muchos predios de verano que podrían construir más alejados del mar, pero quieren estar lo más cerca posible. “¿Por qué no construyes atrás y respetas el sistema natural? Pero eso nadie lo quiere oír”.
Quien fue coordinador del proyecto, Paulo Salles Afonso de Almeida, investigador de la misma institución, reitera la importancia de restablecer el flujo natural del sedimento y, aunque reconoce que los puertos de abrigo también cumplen una función socioeconómica fundamental, resalta que están ocasionando interrupciones del transporte litoral, acumulando el sedimento en el Este y erosionando las playas al Oeste.
Al mismo tiempo, encuentra a los espolones como interrupción del transporte de sedimento y si bien es positivo para quienes los ponen, es negativo para quienes se encuentran justo al Oeste, quienes acaban por ponerlos también para evitar que se les afecte y el problema se va pasando de unos a otros.
“Es una anarquía de intentos por proteger tramitos de playa que hace que se desestabilice todo”, apunta. Y continúa, “en cualquier playa, si lo que entra de un lado es equivalente a lo que sale del otro, está estable”, pero aborda que la problemática comienza cuando lo que entra se interrumpe y entonces para que salga la misma cantidad de arena que entró, ésta tiene que salir y provoca la erosión.
Para pasar el sedimento de un lado al otro encuentra como ideal establecer sistemas permanentes que lo hagan, ya que un dragado cada dos o tres años como se acostumbra resulta insuficiente.
“Es como si tuviéramos una enfermedad crónica y sólo nos tomamos una medicina cada dos o tres años, no sirve de gran cosa”, y declara que al menos se necesitaría que esos dragados se hicieran trimestral o bimestralmente para que las interrupciones no tuvieran repercusiones.
En ese sentido, sustenta a su compañero señalando que se necesitaría un sistema de bypass para restablecer el flujo natural de sedimento, calibrándolo de manera adecuada considerando todos los factores externos como el viento (brisas o nortes) o las temporadas vacacionales (cuando podría operar de noche).
Además, considera que estos sistemas requieren costos de inversión, operación (tomando en cuenta operadores y energía) y mantenimiento, e incluso de la energía que consumen.
También señala que tienen que monitorear de forma permanente para corroborar que la calibración es adecuada y está pasando justo la cantidad de arena que se necesita. “Los costos no son despreciables”, pero lo compara con los dragados tradicionales haciéndose como se debería, de forma bimestral o trimestral, lo cual saldría más caro que el sistema fijo.
Tomando como punto de partida la información generada por los investigadores de la UNAM, el gobierno de Yucatán, por medio de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), decidió retirar alrededor de 272 espolones ilegales en más de 40 kilómetros de la costa. Identificaron 35 casos graves entre Telchac Puerto y Progreso, además, aseguraron que también realizan trabajos de trasvase de arena.
El trabajo será realizado en conjunto con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y las autoridades municipales.
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