Sola y en la oscuridad, así disfruta Nelly de la pesca en San Felipe

Especial: Los frutos del mar

En San Felipe, Yucatán, la pesca es un trabajo en equipo que deja beneficios para toda la comunidad y doña Nelly comenzó a formar parte de este proceso por necesidad, aunque ahora vive agradecida con todo lo que el mar le da. 

Las mujeres pescadoras manejan pequeñas lanchas y salen al mar a capturar camarón o maxquil, el cangrejo que sirve como carnada para atraer el pulpo. Ellas suministran a sus esposos y compañeros la especie que sumergirán en altamar para conseguir al octópodo. 

Nelly Martín elige salir sola y de noche. Alista su pequeña lancha, prepara sus redes y avanza dentro del mar hasta donde sabe que las especies se reúnen y regresa a casa hasta que sus cajas se llenen. 

No tiene miedo de estar dentro del agua en completa oscuridad, al contrario, disfruta tener un espacio donde no competirá con otras pescadoras por acomodar su red o por un lugar para su lancha. 

El mar más que un desafío, es su compañero. Es el lugar de donde obtiene el sustento para su familia y que le ha permitido un nivel de empoderamiento del cual está orgullosa. 

“Yo gano bien, hay días en los que llego a sacar hasta 5 mil pesos. Ya tengo mis clientes y me encargan la carnada desde antes de que yo salga, entonces ya sé que no debo fallarles. Con mis ahorros compré mis lanchas y un congelador y también me dedico a la venta de mariscos que le compro a mi esposo y a otros pescadores”, cuenta Nelly. 

Este 26 de enero se festeja el Día Mundial del Pescador, una efeméride para reconocer la labor que hombres y mujeres desempeñan en el mar. Como doña Nelly, quien desde los 9 años comenzó a pescar. 

“Cuando era niña, me iba en una lancha con mis amigas a pescar caracol. Después, cuando me casé comencé a salir con una señora que tenía una lancha y nos pagaba 50 pesos a cada ayudante. Poco a poco empecé a ahorrar para tener mi propia lancha e independizarme”, recuerda Nelly Martín. 

Sin darse cuenta, la pescadora es un eslabón importante en la cadena productiva de San Felipe. Además de ser parte de la histórica generación de mujeres pescadoras del puerto, garantiza la carnada para que los hombres cumplan con su misión en altamar. Como vendedora de mariscos aporta a la economía de sus vecinos, pues compra su producto y lo ofrece a clientes de municipios cercanos y de Playa del Carmen, Quinta Roo. 

Para cumplir con sus pedidos de carnada, a veces compra la pesca de otras mujeres, garantizando así que ellas también tengan un sustento seguro. Y con los pedidos de mariscos ayuda a que otros pescadores vendan toda su mercancía. 

“Yo no me quedo quieta, mis hijos me dicen que soy ambiciosa, pero no, me gusta trabajar y ganar dinero diario. Veo qué hacer para que todo el año tengamos un ingreso, mi esposo y yo pescamos lo que es de temporada y en el congelador guardamos marisco para vender todo el año”, explica. 

Incluso con la pandemia de Covid-19, Nelly asegura que no vivió momentos difíciles porque el mar se encargó de proveer alimento para su comunidad. 

“En San Felipe tenemos el pescado seguro y el que no tiene para comer sale a la orilla y no falta quién le regale un pescadito. También nos apoyamos entre todos, si alguien está enfermo, le llevamos comida, si van a operar a alguien, organizamos rifas. Nosotros sabemos que hay mucha ayuda, que entre todos nos apoyamos”, presume. 

Así es la vida en el puerto que Nelly disfruta con su familia. Ella y su esposo se dedican a la pesca y a la venta de mariscos, una actividad a la que poco a poco le fueron tomando cariño. 

“Al principio no me gustaba, pero vi que se gana y gracias a eso nunca me he quedado sin dinero, siempre tengo mi ahorrito. Primero yo lo hice por la necesidad que pasaba, pero me acostumbré y ahora me gusta”, cuenta la pescadora. 

Lo único que puede detener a Nelly para no entrar al mar es el mal tiempo, si hay algún fenómeno que le impida salir a pescar, se dedica de lleno a vaciar ese congelador con capacidad de 200 kilos, pero el trabajo no para. Esa fortuna no existe en la ciudad, asegura.

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-Tu juunal, yéetel ich éek’jolch’e’ene’, ku ki’iki’ máan chuk kay Nelly, tu méek’tankaajil San Felipe
 

Edición: Estefanía Cardeña