Crecimiento poblacional y desarrollos inmobiliarios afectan calidad del agua en Yucatán: CIR

El crecimiento de la población, aunado al “preocupante” aumento de los nuevos desarrollos inmobiliarios, que proliferan de manera desordenada en la zona metropolitana de Mérida, impactan en la calidad del agua de Yucatán, opinó la doctora Mónica Chávez Guzmán, investigadora del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi (CIR) de la Universidad Autónoma de Yucatán. 

"Es algo muy preocupante porque vemos un crecimiento impresionante, no creo que todas las nuevas construcciones tienen tratamiento de aguas y, de todos modos, algo se va al manto acuífero. Tenemos que tomar en cuenta que hay una capacidad de carga”, advirtió. 

“Ahora somos mucho más habitantes, los basureros son mayores, la basura impacta por no depositarla de manera adecuada”, añadió la especialista. 

La académica advirtió que el agua del manto acuífero se encuentra en un gran riesgo, pues está altamente contaminado, sobre todo por los megaproyectos  que se han detonado desde hace años, y las granjas porcícolas, avícolas; por lo que es necesario, de manera urgente, la participación de todos los sectores para el cuidado de este vital líquido, dijo.

Entre algunos compromisos que se deben hacer, según expuso, están moderar el consumo, separar residuos, limpiar fosas sépticas, contar con biodigestores, recolectar el aceite de cocina y evitar que llega al manto, recuperar la práctica ancestral maya de la recolecta de agua de lluvia, entre otras acciones. 

La investigadora indicó lo anterior este 23 de marzo durante la ponencia De agua sagrada y limpia al manto acuífero yucateco. El incremento de su contaminación, ¿Cómo podemos participar para detectar esta tendencia?, que organizó el Programa Institucional Gestión del medio Ambiente de la UADY. 

De acuerdo con Chávez Guzmán, hay una tendencia de construir hacia arriba con los edificios verticales, ya que sale caro abastecer de servicios básicos a la población en las periferias, no obstante, la especialista se preguntó: “¿Vamos a poder con todo esto? ¿Vamos a poder abastecer de agua en un futuro a una enorme cantidad de personas habitantes del estado de Yucatán?”. 

Entonces, en su opinión, se debe suspender esta tendencia del crecimiento acelerado de la mancha urbana porque es insostenible.

También, la bióloga recalcó que el cambio climático, sumado al incremento de la población y la contaminación que genera la humanidad, afecta severamente al manto acuífero. 

“Todo lo que se derrame en la superficie de la península de Yucatán va a ir a dar al acuífero subterráneo que se encuentra enlazado uno con otro a través de canales”, subrayó. 

Esto se complica, porque el flujo del agua se distribuye del centro, la zona más arbolada, que captan el agua de lluvia, hacia las costas. Es decir, que si se contamina, todo irá a parar a los mares, a la flora y fauna que se consume de este ecosistema, agregó.

Crecimiento de la población: más basura 

Por otro lado, la especialista reveló que la  basura y los desechos que generan los humanos es un problema “tremendo”, que se ha agraviado con el aumento de la población.

“Cada vez somos más gente, hay más basura y todos estos elementos sueltan lixiviados al contacto con las lluvias que van a ir a derramarse, cuando no están siendo depositados en lugares específicos, al acuífero”, subrayó. 

Existen basureros clandestinos en carreteras, calles, y hay que tomar en cuenta que los desechos contaminan la tierra y el aire; a la vez, que al manto acuífero lo dañan los detergentes y químicos. 

Aunado a esto, está el problema de las heces fecales, el fecalismo al aire libre, que también se agrava con el incremento de la gente, dijo. 

Agroquímicos 

Indicó que el uso de agroquímicos además de contaminar el “agua sagrada”, también tiene efectos peligrosos en la salud de las personas.

Hay estudios de la UADY y del CIR que evidencian que ciertos males, como el cáncer de mama Y afectaciones en los órganos sexuales masculinos, que están vinculados con el glifosato de los transgénicos, pesticidas que se usan para controlar las malas hierbas en la agricultura; todo esto llega al manto acuífero y al final lo terminamos bebiendo, añadió-

"El manto acuífero se encuentra en la actualidad en un gran riesgo y necesitamos de manera urgente la participación de todos para el cuidado de este vital líquido”, expresó.  

Ante esto, propuso algunos compromisos básicos para contar con agua limpia en la península: valor el agua y sólo usar lo necesario, evitar dejar llaves abiertas y separar los residuos. 

Asimismo, colocar puntos de acopio de los productos que contienen sustancias peligrosas, como pilas, acumuladores, celulares, televisores, envases agroquímicos, medicamentos, caducos, material hospitalarios, para llevarlos a depósitos especiales.

También, guardar los residuos del aceite que se utiliza en la cocina en recipientes cerrados, que no llegan hasta el manto acuífero a través del lavabo. 

A su vez, tratar de incorporar en casa y oficinas fosas sépticas, evitar descargar el agua en sumideros, cenotes, aguadas, e incorporar biodigestores y sistemas de reutilización de las aguas en excusados.

Exigir que se hagan los sistemas de tratamientos de agua en los fraccionamientos de la ciudad. 

También hay que tratar de comprar y utilizar productos biodegradables, evitar usar cloro y ácido, y reemplazarlos por una mezcla de bicarbonato de sodio, limón y vinagre y disminuir el uso de insecticidas y herbicidas. 

Por último, sugirió la recuperación de la tradicional colecta de agua de lluvia maya y crear almacenes de agua, y el uso de la composta.

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 Edición: Estefanía Cardeña