Especial: Derecho al chuchú
“Aunque la lactancia ha sido una experiencia bastante fructífera, también he tenido que demostrar que lo que la gente suele creer de ella está mal, sobre todo porque es algo que muchos no han vivido y de lo que nada más han escuchado, principalmente historias de hace años, cuando no había suficientes estudios científicos respecto a todos sus beneficios”, asegura Sandra Ramírez.
La periodista y community manager inició su faceta de mamá hace casi dos años; un camino que, revela, la ha llevado a descubrir y aprender sobre la lactancia, y la importancia que ésta tiene para su hijo, no solamente en cuanto a nutrición, sino también respecto a la conexión emocional madre-hijo.
Desde antes de que su bebé naciera, ella ya había tomado la decisión de alimentarlo con leche materna de forma exclusiva durante seis meses, por todos los beneficios que tiene y porque, al haber llegado en plena pandemia de Covid-19, encontraba que esto sería positivo para cuidar la salud de su pequeño.
La elección de Ramírez se fortaleció aún más cuando, al nacer su bebé, tuvo que pasar 12 días en el cunero por complicaciones en su salud, tiempo durante el que no pudo alimentarlo con su propia leche porque el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no le informó que ella podía proporcionarla para que se le dieran a su hijo.
“Lo alimentaron con fórmula y eso le cayó mal: le provocó una distensión abdominal que, probablemente, le pudo desencadenar otros problemas digestivos”, comenta Sandra Ramírez antes de añadir que esta situación incrementó su interés por alimentar a su hijo exclusivamente con leche materna.
Apenas se enteró de que podía proporcionar la leche al IMSS, Ramírez comenzó a hacerlo y en seguida percibió mejoría en la salud de su bebé. A partir de ese momento, decidió ignorar todos los mitos que había escuchado de la lactancia, comentarios como “deberías darle fórmula para que duerma más”, y eligió alimentar a su hijo sólo con leche materna.
Lucha constante
“La verdad sí fue super pesado derribar mitos e ir en contra de todo lo que opinaban los miembros de mi familia”, reconoce.
La periodista comenzó a informarse más del tema, por medio de YouTube y otras plataformas, para dar respuesta a las preguntas que le surgían en su día a día. Por ejemplo, buscó si era normal el dolor en los pechos y si la cantidad de leche que producía era normal, entre otras dudas.
“Adentrarse en el tema de la maternidad es introducirse en un universo muy diverso, que muchas veces es totalmente desconocido para uno y que requiere aprender sobre la marcha, más aún si una se adentra sola”.
Entre los mitos que logró romper, gracias a consultas con nutriólogos, ginecólogos y pediatras, está el que afirma que hay alimentos prohibidos para las madres, pues lo único que estas deben evitar son algunos medicamentos y el alcohol.
Pero incluso ahora, dos años después de la llegada de su pequeño, Ramírez continúa luchando con comentarios que se oponen a su estilo de alimentación: le han dicho que debería dejar de amamantar porque la leche materna ya no le nutre, que su niño se hará muy dependiente, y muchos otros mitos. “No importa en qué fase de la lactancia estés, siempre te señalarán por qué sí y por qué no deberías alimentar a tu bebé de esta manera”, revela.
Reconoce que puede ser muy cansado luchar constantemente contra la sociedad para defender su estilo de alimentación, pero “es lo mejor para tu bebé, para protegerlo, y también trae muchos beneficios para la mamá”.
Lactar, apunta, puede contribuir a la prevención del cáncer de útero, seno y ovario; además, genera un gasto energético extra, pues las mamás queman en promedio 500 calorías diarias mientras amamantan; y promueve la alimentación saludable de la madre, por lo que ésta obtiene un hábito positivo para si misma.
Diversidad maternal
Aunque asegura que “dar leche materna es uno de los actos más grandes de amor que puedes hacer por tu hijo”, Ramírez resalta que eso no significa que las mamás que llevan lactancia con fórmula o mixta están mal, pues que cada decisión individual es respetable y no hay que satanizar a quienes eligen diferente. “Cada una da ese mismo acto de amor a su manera”.
¿Y el destete?
“Del destete no hay mucha información; no tengo la menor idea de cómo va a ser ni cuándo va a pasar”, bromea la periodista.
Pese a esta carencia, Ramírez ya ha considerado hacerlo, pero le interesa llevarlo a cabo de forma respetuosa, pues asegura que no se trata únicamente de un tema físico, biológico y alimentario, sino también emocional: “Actualmente, todavía no me siento lista; yo creo que cuando mi bebé ya no lo pida, o lo pida muchísimo menos, yo voy a entender la señal”.
Para ella, lactar conlleva un apego emocional con su hijo y por eso, será hasta que uno de los dos ya no quiera que decidirá destetar, pues ahora, cuando su bebé siente ansiedad, sed, hambre o necesita estar cerca de su mamá mientras ella trabaja, Sandra Ramírez lo amamanta para tranquilizarlo y recordarle su inmenso amor.
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