Luego de conocer la existencia de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para cambiar el uso de suelo de un predio en la comunidad de San Antonio Tehuitz, en Kanasín, activistas solicitaron un encuentro con la empresa responsable para recibir información sobre el megaproyecto de construcción y las posibles afectaciones que traerá a mediano y largo plazo.
Sin embargo, tras una reunión informativa con los representantes de la inmobiliaria que lidera el proyecto, aseguran que sus dudas no fueron resueltas y que, por el contrario, estas evasiones han encendido las alarmas de una posible construcción que implica el uso de millones de litros de agua al año y la invasión de tierras ejidales.
Habitantes de la comisaría de Kanasín advierten que se trata de la cervecera Heineken, cuya construcción fue anunciada en septiembre del año pasado, pero que a pesar de que se les hizo la pregunta directa a sus representantes, no quisieron admitir que éste es el proyecto a construir.
El temor es que el proyecto cause afectaciones a los habitantes de San Antonio Tehuitz y zonas aledañas, como contaminación del agua o extracción masiva del líquido que les limite a ellos recibir el recurso hídrico.
“En Yucatán hay una guerra por el agua y tiene que ver con la justicia ambiental. No queremos que suceda lo mismo que en Nuevo León o Ciudad de México (afectaciones por la sequía). Recordemos que el recurso hídrico es valiosísimo y lo estamos defendiendo porque es un recurso para la vida”, señaló Marcela García Aguilar, activista especialista en educación ambiental para la sustentabilidad.
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Como ejemplo, usaron la experiencia de los habitantes de Hunucmá, quienes sufren las afectaciones de una cervecera instalada en 2017.
“Nunca nos dijeron lo que posiblemente íbamos a sufrir. Antes de la cervecera teníamos el agua 100 por ciento para nosotros, ahora no sube el agua, los agricultores cuentan que sus pozos no se llenan y nos damos cuenta de que se están llevando millones de litros de agua y nos están dejando agua contaminada”, señaló Librada Romero, habitante de Hunucmá.
A través de una rueda de prensa, habitantes de San Antonio Tehuitz advirtieron que es una falta de respeto a la comunidad realizar un cambio de suelo sin consultarlos previamente. Además, señalaron que el perímetro marcado en la MIA corresponde a tierras ejidales que no pueden ser vendidas a particulares.
“Existe una total falta de transparencia, en la Manifestación de Impacto Ambiental no dicen qué construcción quieren llevar a cabo y tenemos que recordar que es una comunidad indígena y los estados tienen la obligación de obtener el consentimiento libre e informado de los habitantes antes de realizar algún proyecto.
“La autorización de esto violaría la ley porque también es necesario probar la tenencia legal de la tierra y son tierras ejidales, divididas en tierras parceladas y de uso común, y de éstas últimas no se puede asignar la tenencia a otros particulares. Vamos a estar pendientes para tomar las medidas legales necesarias para defender el territorio”, advirtió Sergio Oceransky, de la Fundación Yansa, que acompaña a los convocantes.
El pasado viernes 19 de enero, los kanasinenses sostuvieron una reunión informativa sobre el megaproyecto en la que no quedaron satisfechos con las respuestas recibidas. Por ello, anunciaron que se encuentran unidos y listos para defender su territorio de posibles afectaciones.
“Están pasando sobre los derechos humanos constitucionales de todo Kanasín y no lo vamos a permitir”, manifestó Jorge Iván Herrera, habitante de la comisaría.
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