Más de 21 mil 600 yucatecos están en riesgo de padecer 'fatiga pandémica'

Durante 2020 fueron más de 21 mil 600 yucatecos los que perdieron su empleo a causa de la crisis económica provocada por la presencia de coronavirus (COVID-19) y de acuerdo con especialistas en salud mental estas personas tienen mayor probabilidad de padecer la denominada ‘fatiga pandémica’, concepto que fue detectado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Cuando me quedé sin trabajo en julio, yo sentí muchísimo miedo porque me preguntaba cómo iba a conseguir entrar a otra empresa en medio de esto, lloré muchos días en casa, creo sí me sentí rebasada en su momento”, compartió Nancy Pech Aguilar, quien formó parte de las estadísticas de personas desempleadas durante el inicio de la contingencia sanitaria.

Su mayor temor era no tener los ingresos suficientes para sostener la casa en la que vive con su hija de 10 años y su papá y mamá, siendo ya adultos mayores.

“Yo sentía que mi pecho se oprimía todos los días y aunque sí sonreía y no mostraba preocupación, sí estaba aterrada; yo lloraba todas las noches ya cuando mi hija dormía. Me daba miedo no poder con todo”, relató.

Ella se considera una mujer afortunada porque no tuvo que pasar mucho tiempo en hallar otro empleo, pero sabe que, a diferencia de su caso, hay otras personas que aún no encuentran esa oportunidad.

La cifra de las personas que perdieron su trabajo en 2020 fue dada a conocer durante el informe de resultados del Ejecutivo estatal y precisamente, la presidente del Colegio de Psicólogos de Yucatán, Patricia Gili López, confirmó que son quienes se encuentran más vulnerables ante las crisis emocionales.

Incluso, dijo que por parte del Colegio de Psicólogos hay 25 especialistas que atienden vía telefónica a las personas que necesitan auxilio sicológico de manera urgente desde que inició la contingencia sanitaria a causa del virus y a pesar de que los meses más fuertes de atención fueron julio, agosto y septiembre, luego hubo una baja, pero ahora las llamadas van en aumento de nueva cuenta.

“En aquellos meses recibíamos hasta 50 llamadas por día; para las fechas navideñas bajaron a 10 o 15, pero recientemente hemos detectado un alza, pues ahora vamos otra vez por 20 o 25 llamadas diarias”, señaló.

Sobre los motivos de las llamadas telefónicas, Patricia Gili explicó que el año pasado se trataba de personas que tenían incertidumbre por miedo al contagio o depresión por el encierro, sin embargo, actualmente, estos motivos han sido superados por la incertidumbre que causa la situación económica.

“Los motivos del año pasado ya fueron superados por el miedo a la situación de desempleo, esto es un indicador que las personas que han perdido su trabajo tienen mayores riesgos de sufrir trastornos emocionales”, añadió.

Por su parte, Fernando Nieto Reynaldos, director fundador de la asociación civil Perma, Cultura en Resiliencia, explicó que la OMS fue el organismo que recientemente nombró como ‘fatiga pandémica’ o ‘agotamiento pandémico’ al cansancio que presentan las personas, ya sea a causa de la hipervigilancia de medidas de prevención de contagios de COVID-19 o por la incertidumbre económica.

El especialista añadió que otro sector que podría estar en riesgo de vivir ‘fatiga pandémica’ es el de las madres de familia porque realizan triple jornada entre sus trabajos, las labores en casa y la atención de las hijas e hijos, mientras ven el cumplimiento de los contenidos educativos.

Ambos especialistas en temas de la salud sugieren a las personas que hay que dar el espacio al malestar emocional, es decir, reconocerlo y buscar ayuda sicológica.

“También hay que construir redes de apoyo y fortalecerlas; tener espacios de reflexión facilita la resiliencia.  Muchas personas  creen que la falta de dinero, trabajo, la falta de ventas es porque no le están echando suficientes ganas; a partir de estas creencias sortear esta adversidad se vuelve complicado y es cuando me avergüenzo y temo decir que me estoy sintiendo rebasada o rebasado. Nos queda aceptar con humildad y valentía que nuestras herramientas se han visto agotadas en medio de este sistema y no por eso soy menos, fracasada, fracasado o soy débil. Somos vulnerables y humanos”, puntualizó.

También sugirieron que hay que cambiar la formulación de ideas, es decir, por ejemplo, no pensar: esto no tiene fin, ya viene lo peor y viene el rebrote sino decir: ya está la vacuna y comienzan a haber personas vacunadas y se están haciendo acciones necesarias. 

La OMS ha denominado ‘fatiga pandémica’ al cansancio derivado del agotamiento que está creando la hipervigilancia de medidas para evitar contagios, la incertidumbre por pérdida de empleo y la situación económica, así como el aburrimiento que causa el confinamiento.

Edición: Elsa Torres